Compartir el Evangelio
Aprender acerca de amar, compartir e invitar


Aprender acerca de amar, compartir e invitar

El Señor resucitado mandó a Sus apóstoles: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Nuestra divina comisión de hoy es la misma. En Doctrina y Convenios, el Salvador nos invita a “abr[ir] [nuestra] boca para declarar [Su] Evangelio” (Doctrina y Convenios 30:5).

El élder Gary E. Stevenson nos recuerda que “se puede cumplir con la gran comisión del Salvador mediante unos principios sencillos y fáciles de entender que se nos han inculcado desde la infancia: amar, compartir e invitar” (“Amar, compartir, invitar”, Liahona, mayo de 2022, pág. 85). Esos principios son formas cohesivas y poderosas de compartir el Evangelio con las personas de maneras normales y naturales. No se precisa una placa de identificación ni una carta; tampoco se necesita un llamamiento formal.

Amar: “Amar a los demás es la manifestación elocuente del segundo gran mandamiento de amar a nuestro prójimo, pues deja entrever el proceso refinador del Santo Espíritu obrando en el interior de nuestra alma. Al tratar a los demás con amor cristiano, tal vez hagamos que quienes vean nuestras buenas obras ‘glorifiquen a [n]uestro Padre que está en los cielos’ [Mateo 5:16]” (Gary E. Stevenson, “Amar, compartir, invitar”, págs. 85–86).

Compartir: “Todos compartimos cosas con otras personas y lo hacemos a menudo. Compartimos las películas y las comidas que nos gustan, las cosas divertidas que vemos, los lugares que visitamos, el arte que apreciamos y las citas que nos inspiran. ¿Cómo podríamos agregar sencillamente a esa lista de lo que ya compartimos aquello que nos encanta del Evangelio de Jesucristo?” (Gary E. Stevenson, “Amar, compartir, invitar”, pág. 86).

Invitar: “Hay centenares de invitaciones que podemos extender a los demás. Podemos invitarlos a ‘venir y ver’ un servicio sacramental, una actividad de barrio o un video en línea que explique el Evangelio de Jesucristo. ‘Venir y ver’ puede ser una invitación a leer el Libro de Mormón o a visitar un templo nuevo durante el programa de puertas abiertas previo a su dedicación” (Gary E. Stevenson, “Amar, compartir, invitar”, pág. 87).

Ora para tener oportunidades de compartir el Evangelio. El Padre Celestial te guiará para que sepas qué personas cerca de ti están listas y qué invitaciones debes extenderles.

No te preocupes si alguien rechaza la invitación. “Su éxito no depende de la forma en que los demás decidan responderle a usted, a sus invitaciones y a sus actos sinceros de bondad. […] Lo que el Señor desea es que usted haga su mejor esfuerzo, que le ‘sirv[a] con todo [su] corazón, alma, mente y fuerza’ (Doctrina y Convenios 4:2; cursiva agregada)” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para compartir el Evangelio de Jesucristo, 2023, pág. 13).

En la medida que vivas tu fe y sigas las impresiones espirituales de compartir el Evangelio, puedes experimentar el gozo que viene de ayudar a las personas a venir a Cristo cada día. “Compartir el Evangelio genera gozo y esperanza en el alma del que da y del que recibe. En verdad, ‘¡cuán grande será vuestro gozo’ [Doctrina y Convenios 10:15] cuando compartan el Evangelio!”. (Marcus B. Nash, “Alcen su luz”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 71–72).

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