“¿En qué debo centrarme?”, Mi llamamiento como consejero de la presidencia del cuórum de élderes, 2020.
“¿En qué debo centrarme?”, Mi llamamiento como consejero de la presidencia del cuórum de élderes.
Mi llamamiento como consejero de la presidencia del cuórum de élderes
¿En qué debo centrarme?
“Los líderes alientan a los miembros a participar en la obra de Dios al llegar a ser ‘discípulos verdaderos de […] Jesucristo’ (Moroni 7:48)” (Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 4.1). El objetivo de su presidencia es ayudar a cada miembro de su cuórum y a los integrantes de sus familias a prepararse para hacer el siguiente convenio que necesiten en la senda de los convenios y a fortalecerlos para que guarden sus convenios.
En su primer discurso como Presidente de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson aconsejó: “Su compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a toda bendición y privilegio espiritual que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes […]. El fin por el que cada uno nos esforzamos es ser investidos con poder en una Casa del Señor, ser sellados como familias, ser fieles a los convenios hechos en el templo que nos hacen merecedores del don más grande de Dios, que es la vida eterna” (“Al avanzar juntos”, Liahona, abril de 2018, pág. 7).
Dirigir a la manera del Salvador
Usted es un discípulo de Jesucristo y el discipulado implica amar, enseñar, guiar y prestar servicio a los demás. El presidente Henry B. Eyring enseñó: “Se le ha llamado para representar al Salvador. Cuando usted testifica, su voz es la de Él; sus manos que auxilian son las de Él” (“Elévense a la altura de su llamamiento”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 76).
Los siguientes principios de liderazgo ayudarán a su presidencia a medida que procuren bendecir a los miembros de su cuórum de élderes:
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Prepararse espiritualmente.
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Ministrar a todos los hijos de Dios.
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Enseñar el evangelio de Jesucristo.
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Presidir en rectitud.
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Deliberar juntos y cultivar la unidad.
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Delegar responsabilidades y asegurarse de que se rindan cuentas.
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Preparar a los demás para ser líderes y maestros.
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Planificar reuniones, lecciones y actividades con propósitos claros.
Para obtener más información, consulte el Manual General, 4.2.
Enseñar a la manera del Salvador
Cada lección y actividad es una oportunidad para que los miembros del cuórum de élderes aprendan las verdades del Evangelio y cómo poner en práctica esas verdades en su vida cotidiana. Cree un ambiente en el que el Espíritu pueda enseñar. Ayude a los miembros del cuórum a reconocer las impresiones del Espíritu Santo e invítelos a actuar de acuerdo con lo que escuchen y sientan.
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Como presidencia, supervisen los esfuerzos por mejorar el aprendizaje y la enseñanza en el cuórum de élderes. Revisen las próximas lecciones y actividades, y analicen cómo podrían mejorar el aprendizaje y la enseñanza del Evangelio en el cuórum. “Los líderes del barrio son responsables de mejorar el aprendizaje y la enseñanza en sus organizaciones” (Manual General, 13.4). Deliberen en consejo con la presidencia de la Escuela Dominical en sus intentos por mejorar la enseñanza en el cuórum de élderes.
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Instruya y asesore a los maestros del cuórum. Ayúdelos a ganar confianza en su capacidad para enseñar por el Espíritu.
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Participe en las reuniones del consejo de maestros. En ellas, los maestros analizan los principios que se encuentran en Enseñar a la manera del Salvador. A esas reuniones deben asistir al menos un integrante de su presidencia y todos los maestros del cuórum (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 3).
Conocer y ministrar a cada miembro del cuórum
Al llegar a conocer y amar a los miembros del cuórum a los que se lo ha llamado a servir, usted puede ayudarlos a progresar hacia la conversión de por vida al evangelio de Jesucristo. Con espíritu de oración, deliberen como presidencia para decidir quién necesita de su tiempo y atención. Al tender una mano a quienes se sienta inspirado a servir, se dará cuenta de que aumenta su amor por cada miembro del cuórum. Al orar por el don de la caridad, su corazón estará lleno de amor por el Salvador y por los demás (véase Moroni 7:46–48).
El élder Dale G. Renlund enseñó: “En la Iglesia, para servir a los demás de forma eficaz debemos verlos a través de los ojos de un padre, a través de los ojos del Padre Celestial. Solo entonces podremos empezar a comprender el verdadero valor de un alma; solo entonces podremos percibir el amor que nuestro Padre Celestial tiene por todos Sus hijos; solo entonces podemos darnos cuenta de la preocupación del Salvador por ellos […]. Solo cuando vemos a través de los ojos de nuestro Padre Celestial podemos ser llenos del ‘amor puro de Cristo’ [Moroni 7:47]” (véase “A través de los ojos de Dios”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 94).
Usted puede llegar a conocer y amar a los miembros del cuórum a los que sirve de las maneras siguientes:
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Orar por cada miembro del cuórum.
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Llegar a conocer los intereses, las fortalezas y los desafíos de cada miembro del cuórum.
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Prestar atención especial a las necesidades de los miembros nuevos o de los miembros menos activos.
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Demostrar amor a cada miembro del cuórum de maneras que se adapten a las necesidades de ellos.
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Estar dispuesto a compartir sus experiencias personales y su testimonio del Evangelio para contribuir a guiar a los miembros del cuórum a lo largo de la senda de los convenios.
Participar en las reuniones de presidencia
Participe en las reuniones regulares de presidencia con los demás miembros de la presidencia del cuórum de élderes y el secretario. A continuación se dan sugerencias relativas a los puntos de la agenda para las reuniones de presidencia:
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Leer y analizar pasajes de las Escrituras e instrucciones de líderes de la Iglesia relacionados con sus responsabilidades como líderes del cuórum de élderes, así como las secciones relevantes del Manual General que pudieran ser útiles.
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Deliberar en consejo sobre las fortalezas y las necesidades de cada miembro del cuórum y de su familia. Deliberen en consejo en cuanto a cómo pueden ayudar a cada miembro del cuórum, o futuro élder, y a su familia a hacer los convenios necesarios y guardar los que ya han hecho. Revisar los registros de asistencia puede brindarles información sobre la participación de los miembros del cuórum en las reuniones y actividades del cuórum de élderes.
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Analizar las necesidades de otras personas del barrio de las que sea responsable el cuórum de élderes, como las hermanas solteras y las viudas, y planificar maneras de atender esas necesidades.
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Analizar las asignaciones y la labor de ministración, y planificar cómo pueden mejorar allí donde sea necesario.
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Planificar las próximas reuniones dominicales del cuórum de élderes y analizar la eficacia de esas reuniones.
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Analizar maneras de mejorar la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio en el cuórum de élderes.
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Deliberar en consejo con espíritu de oración a fin de recomendar a personas a su obispado para que presten servicio en llamamientos en el cuórum de élderes.
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Analizar el consejo y las asignaciones del obispo y de las reuniones de líderes, y planificar maneras de seguir ese consejo y cumplir dichas asignaciones.
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Planificar maneras de contribuir a la unidad del cuórum, incluso mediante el servicio y otras actividades de cuórum.
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Compartir y actuar de acuerdo con las impresiones que reciban al deliberar en consejo como presidencia (véanse Doctrina y Convenios 8:2; 121:26).
Ayudar a planificar y supervisar las reuniones dominicales del cuórum de élderes
Las reuniones dominicales del cuórum de élderes son oportunidades sagradas para que los miembros del cuórum aumenten su conocimiento y testimonio de nuestro Salvador. Un miembro de la presidencia del cuórum, un instructor del cuórum u otro miembro asignado del cuórum dirige el análisis en estas reuniones. Los miembros del cuórum aprenden doctrina de las Escrituras y de los mensajes de la conferencia general, deliberan sobre las necesidades locales y hacen planes para trabajar juntos a fin de hacer avanzar la obra de salvación.
Para obtener más información, consulte el Manual General, 8.2.1.2.
Ayudar a organizar y coordinar la ministración
Ministrar consiste en cuidar de los demás a la manera de Cristo. Bajo la dirección del obispo, el cuórum de élderes y la Sociedad de Socorro coordinan sus esfuerzos para ministrar a las personas y las familias del barrio. Debido a que la ministración es guiada por el Espíritu y se adapta a las necesidades de las personas y las familias, puede haber muchas maneras de organizarla. Siga las pautas que figuran a continuación:
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Como presidencia, consideren con espíritu de oración a quién se asignará la ministración de cada familia y adulto soltero del barrio. Coordinen las asignaciones con la presidencia de la Sociedad de Socorro y presenten las recomendaciones al obispo para su aprobación.
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En la mayoría de los casos, cada familia o persona debe tener dos hermanos ministrantes que se ocupen de ella. En algunas situaciones, un hermano ministrante o un matrimonio podrían ocuparse mejor de las necesidades de esas personas.
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Su presidencia y la presidencia de la Sociedad de Socorro se reúnen trimestralmente para analizar la información que han obtenido mediante las entrevistas de ministración acerca de las fortalezas y las necesidades de las personas y las familias (véase “Llevar a cabo entrevistas de ministración” en esta sección). Según sea necesario, coordinan las asignaciones de ministración.
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El presidente del cuórum de élderes y la presidenta de la Sociedad de Socorro se reúnen trimestralmente con el obispo para abordar las necesidades de las personas y las familias.
Véanse Manual General, capítulo 21, y Ministrar.LaIglesiadeJesucristo.org para obtener más información sobre cómo organizar y coordinar la ministración.
Llevar a cabo entrevistas de ministración
Las entrevistas de ministración pueden ser un aspecto espiritual destacable de su servicio. Usted será bendecido al acercarse a cada miembro de su cuórum y deliberar en consejo sobre su bienestar y el de las personas a las que él ministra.
Un integrante de su presidencia se reúne al menos trimestralmente con cada compañerismo de hermanos ministrantes. Se pueden realizar entrevistas durante el trimestre, las cuales no tienen por qué ser largas para resultar eficaces. Cuando sea posible, lleve a cabo dichas entrevistas en persona y con ambos integrantes del compañerismo si se dio la asignación a dos hermanos. Un matrimonio que haya recibido la asignación de ministrar conjuntamente puede reunirse con un miembro de su presidencia, con un miembro de la presidencia de la Sociedad de Socorro o con ambos. Cerciórese de que los jóvenes que formen parte de compañerismos ministrantes tengan la oportunidad de compartir sus ideas durante esas entrevistas.
Durante las entrevistas de ministración:
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Deliberen en consejo en cuanto a las fortalezas y las necesidades de las personas o las familias a las que ministra cada compañerismo.
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Determine con qué necesidades podrían ayudar el cuórum de élderes o el consejo de barrio.
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Aliente a los hermanos ministrantes en sus esfuerzos.
El secretario del cuórum de élderes podría ayudar a programar las citas de las entrevistas de ministración y preparar los informes trimestrales correspondientes. El presidente del cuórum de élderes también podría consultar con el obispo en cuanto a llamar a un secretario de ministración que ayude a programar las entrevistas y a preparar los informes trimestrales correspondientes. No obstante, los secretarios no llevan a cabo esas entrevistas.
Procure seguir el ejemplo del Salvador al centrarse en la ministración. La Iglesia ha preparado materiales y videos para ayudarlo a captar la visión de esta importante obra. En Ministrar.LaIglesiadeJesucristo.org puede obtener más información sobre las entrevistas de ministración.
Participar en las reuniones del consejo de barrio cuando se lo invite
“[L]a Iglesia de Jesucristo es gobernada por consejos en cada uno de sus niveles” (Manual General 4.3). El presidente del cuórum de élderes podría invitarlo a asistir a una reunión del consejo de barrio cuando él se ausente. El consejo de barrio se reúne con regularidad para analizar y planificar cómo apoyar a los miembros en los aspectos siguientes:
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Edificar su testimonio.
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Recibir las ordenanzas de salvación.
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Guardar los convenios.
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Llegar a ser seguidores consagrados de Jesucristo.
Trabajar con los futuros élderes
La presidencia del cuórum de élderes ayuda a los futuros élderes a prepararse para recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Delibere en consejo con su presidencia en cuanto a quién asignar como hermanos ministrantes de los futuros élderes. En algunas situaciones, un matrimonio podría ocuparse mejor de las necesidades de un futuro élder. El presidente del cuórum de élderes analizará las recomendaciones con el obispo.
Si un futuro élder ha sido ordenado al oficio de maestro o presbítero, se lo podría asignar a servir como hermano ministrante. La presidencia debe invitar a cada futuro élder a asistir a las reuniones y actividades del cuórum.
Véase Manual General, 8.4, para obtener más información sobre cómo trabajar con los futuros élderes.
Apoyar los esfuerzos del barrio en cuanto a la autosuficiencia
Mejorar la autosuficiencia espiritual y temporal es fundamental en la labor del cuórum de élderes. Delibere en consejo con el presidente del cuórum de élderes en cuanto a sus responsabilidades relacionadas con el bienestar. Los siguientes recursos lo ayudarán a medida que asista a los demás con sensibilidad y amor:
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“Proveer para las necesidades temporales y desarrollar la autosuficiencia”, Manual General, capítulo 22
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“Las necesidades a largo plazo y la autosuficiencia”, Manual General, 8.2.2.3
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“Servicios de Autosuficiencia” (LaIglesiadeJesucristo.org)
Coordinar la obra misional de los miembros y la obra del templo y de historia familiar
El obispo es responsable de la obra misional de los miembros y la obra del templo y de historia familiar en el barrio. Él podría asignar al presidente del cuórum de élderes que supervise esa obra, quien, a su vez, podría delegar estas asignaciones en sus consejeros; un consejero podría supervisar la obra misional de los miembros y el otro podría supervisar la obra del templo y de historia familiar.
Delibere en consejo con el presidente del cuórum de élderes y con el otro consejero en cuanto a la mejor manera en que la presidencia del cuórum de élderes puede cumplir con estas responsabilidades.
Para obtener más información, véanse Manual General, 23.5.2; 25.2.2; 8.2.4. La Instrucción para líderes de templo e historia familiar 2020 también puede ayudarlo a entender cómo ministrar a cada miembro de su barrio y compartir el Evangelio por medio de la obra del templo y de historia familiar.