“Un modelo para el crecimiento”, Desarrollo personal: Guía para los jóvenes, 2019
“Un modelo para el crecimiento”, Desarrollo personal: Guía para los jóvenes
Un modelo para el crecimiento
Crecer es una parte importante del plan del Padre Celestial; para ayudarte, Él te proporciona la guía del Espíritu Santo, de las Escrituras y de las palabras de los profetas vivientes. Aprenderás de tus experiencias, sobre todo cuando confíes en Jesucristo y Su expiación. A continuación hay un modelo para ayudarte a vivir el Evangelio en todos los aspectos de tu vida.
Descubre en qué tienes que trabajar.
Planifica cómo lo harás.
Actúa con fe en tu plan.
Reflexiona en lo que has aprendido.
Descubre
tus necesidades, dones y talentos
El Padre Celestial te ha dado dones, talentos y habilidades. Él desea que los descubras y los desarrolles para mejorar tu persona, ayudar a otros a mejorar e incluso contribuir a hacer un mundo mejor. ¿Cómo puedes mejorar y crecer?
Hazte preguntas como estas:
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¿Qué creo que debo aprender o cambiar en mi vida?
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¿Qué talentos o habilidades nuevas quiero cultivar?
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¿Qué hábitos espirituales tengo que desarrollar o mejorar?
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¿Cómo puedo guardar los convenios que hice cuando me bauticé?
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¿A quién puedo prestar servicio?
El Padre Celestial contestará estas preguntas si confías en Él. Ora, escudriña las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes. Lee tu bendición patriarcal, si la tienes. Aprende a reconocer los sentimientos y pensamientos que provienen del Espíritu Santo. Él te ayudará a saber qué es lo más importante para ti en este momento. Si no estás seguro de qué hacer, mira las páginas 41–48.
Planifica
para mejorar
Una vez que hayas decidido en qué vas a trabajar, realiza un plan de cómo lo puedes hacer. Tu plan podría incluir pasos o acciones específicas, o formas de desarrollar un hábito o una cualidad personal.
Hazte preguntas como estas:
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¿Por qué es esto importante para mí?
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¿Cómo me ayudará esto a ser más como Jesucristo?
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¿Qué acciones puedo tomar para hacer esto?
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¿Puedo dividir esas acciones en pasos más pequeños?
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¿Qué planes puedo hacer ahora para superar los desafíos que pueda enfrentar?
Ora con respecto a tu plan y presta atención a los sentimientos e ideas que recibas. Puedes pedir la ayuda del Espíritu Santo, de tu familia y de tus líderes.
Actúa
para crecer en fe
¡Sigue tu plan! Haz recordatorios para que te ayuden a mantenerte centrado. Puedes escribir una nota, programar un despertador o pedirle a alguien que trabaje contigo. A veces, trabajar en tu plan será difícil. A veces fracasarás. ¡Está bien! El aprender lo que funciona y lo que no funciona te ayuda a crecer.
Si te quedas estancado, hazte preguntas como estas:
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¿Qué ha funcionado bien? ¿Por qué?
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¿Qué no ha funcionado bien? ¿Por qué no?
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¿Qué más puedo intentar hacer?
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¿Dónde puedo encontrar más ideas?
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¿Puedo dividir mi meta en pasos o acciones más pequeñas?
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¿Cómo puedo aprender de los contratiempos?
Hacer algo bien requiere práctica y paciencia. Pide a tu familia, amigos o líderes de la Iglesia que te ayuden. El Salvador te conoce y está al tanto de los desafíos que afrontas. Él te puede ayudar a hacer cosas difíciles. Ora para recibir ayuda y guía.
Reflexiona
en lo que aprendiste
Piensa en tus metas y planes mientras trabajas en ellas y cuando hayas terminado. ¿Cómo te sientes? ¿Qué has aprendido? Anota los pensamientos e impresiones que te puedan ayudar más adelante.
Hazte preguntas como estas:
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¿Cómo he crecido?
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¿Cómo puedo utilizar lo que he aprendido para prestar servicio a los demás?
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¿Cómo me han ayudado mis acciones a acercarme más al Salvador?
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¿Cómo puedo continuar creciendo en este aspecto?
Cuando hayas terminado de trabajar en una meta o en un plan, agradece al Padre Celestial y a quienes te ayudaron. Cuando participes de la Santa Cena, piensa en la función que cumple el Salvador en tu vida. Piensa y ora sobre lo próximo en lo que puedes trabajar.