“Capítulo 9: Encuentre personas para enseñar”, Predicad Mi Evangelio: Una guía para compartir el Evangelio de Jesucristo, 2023
“Capítulo 9”, Predicad Mi Evangelio
Capítulo 9
Encuentre personas para enseñar
El Salvador resucitado dijo a sus discípulos: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19; véase también Marcos 16:15). El Señor repitió esa comisión en nuestros días, diciendo: “Id por todo el mundo [y] predicad el evangelio” (Doctrina y Convenios 68:8; véase también 50:14).
La obra misional consiste en encontrar personas, enseñarles y ayudarlas a prepararse para el bautismo. Usted cumplirá el mandato del Señor de enseñar Su Evangelio y bautizar conversos a medida que “hall[e] a quienes [los] reciban” (Doctrina y Convenios 42:8). No ocurre nada en la obra misional sino hasta que se encuentre a una persona para enseñar. Esté alerta todo el tiempo para encontrar oportunidades de presentar el Evangelio. Aprenda a utilizar los métodos que sean eficaces en su área.
Sobre todo, es importante trabajar con los miembros para encontrar personas. Trabaje arduamente para ganarse su confianza. Si los miembros confían en los misioneros, es más probable que inviten a sus amigos y familiares a reunirse con usted. Es más probable que estas personas se conviertan al Señor, se bauticen y progresen en la senda del Evangelio.
De acuerdo con la preparación de las personas para escuchar el Evangelio es que se las encuentra; el momento oportuno será diferente para cada persona. El encontrar puede ser el resultado de una interacción por primera vez o de muchas interacciones a lo largo de mucho tiempo. Muchas personas tienen varias interacciones con los misioneros o los miembros de la Iglesia antes de comenzar un estudio serio del Evangelio, así que no dude en ponerse en contacto con ellos otra vez.
Sus esfuerzos por encontrar pueden dar fruto después de su traslado a otra área o incluso después de haber terminado la misión. Independientemente del momento o del resultado, el Señor se siente agradecido por sus esfuerzos.
En este capítulo se bosquejan principios e ideas que le ayudarán a encontrar. Estos principios son universales, sin embargo, los misioneros y los líderes de misión tal vez deban adaptarlos a las circunstancias de las personas.
Ejerza la fe para encontrar personas para enseñar
Dondequiera que preste servicio, el Señor lo ha llamado a trabajar “para la salvación de almas” (Doctrina y Convenios 100:4). Para ello, debe ejercer fe en Cristo a fin de encontrar personas para enseñar, de modo que puedan escoger seguirlo a Él y ser bautizadas.
La fe es un principio de acción y poder. Tenga fe en que el Señor está preparando personas para recibir el Evangelio restaurado. Tenga paciencia y confianza en que Él lo conducirá a ellas, o ellas a usted. Actúe de acuerdo con su fe, fijando metas, haciendo planes y llevándolos a cabo a fin de encontrar personas para enseñar (véase el capítulo 8).
Ore con fe al buscar la ayuda de Dios para encontrar personas para enseñar. Cuando Alma lideró una misión a los zoramitas, oró de este modo: “¡Oh Señor, concédenos lograr el éxito al traerlos nuevamente a ti en Cristo! ¡He aquí, sus almas son preciosas, oh Señor […]; por tanto, danos, oh Señor, poder y sabiduría para que podamos traer a estos, nuestros hermanos, nuevamente a ti!” (Alma 31:34–35).
A menudo, las personas con las que habla no se dan cuenta de que están buscando el Evangelio restaurado sino hasta que lo encuentran. Por ejemplo, un converso dijo: “Cuando oí el Evangelio, eso llenó un vacío en mi corazón que yo no sabía que existía”. Otro dijo: “Ya terminé la búsqueda que no sabía que había emprendido”. Otros están buscando activamente la verdad, pero no saben dónde hallarla (véase Doctrina y Convenios 123:12).
Trate de obtener la guía del Espíritu mientras busca personas para enseñar. El encontrar por el Espíritu es tan importante como el enseñar por el Espíritu. Tenga fe en que sabrá cómo encontrar a las personas que le recibirán.
Amplíe su visión de planear para encontrar
A medida que procure encontrar personas para enseñar, tenga en cuenta la diferencia entre programar y planear. Programar es llenar el planificador y escribir qué hacer en un día. Planificar es realizar un esfuerzo con espíritu de oración y propósito para centrarse en las personas y en las mejores maneras de encontrarlas.
La actividad correcta, en el momento y en el lugar correctos, puede ayudarle a encontrar personas para enseñar. Hágase las siguientes preguntas:
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¿Dónde podríamos encontrarnos con personas que el Señor pueda estar preparando?
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¿Cuáles son los mejores lugares y tipos de actividades para encontrar personas en momentos específicos del día o de la semana?
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¿Cómo podemos demostrar amor, servirles o aportar valor a su vida ahora mismo?
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¿Cómo podemos usar las fortalezas, las habilidades y los talentos personales para elevarlas?
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¿Cuáles son nuestros planes de respaldo si algo no sale bien?
Trate de reconocer maneras en que el Señor está preparando a las personas. ¿Están dispuestos a hablar con usted? ¿Están buscando ayuda o consuelo?
Piense en los esfuerzos para encontrar que hayan tenido éxito. ¿Dónde ocurrió la primera interacción? ¿Participaron en esas labores los miembros locales? ¿Se utilizó la tecnología?
Comience su planificación centrándose en cómo puede usted bendecir a las personas y, luego, su horario tomará forma.
Estudio con el compañero
Con su compañero, utilice la siguiente tabla para evaluar sus esfuerzos para encontrar personas para enseñar. Planee probar algunas de las ideas que sean nuevas para usted.
Esfuerzos para encontrar |
A veces |
A menudo |
Casi siempre |
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Conocemos a los miembros y los apoyamos en sus esfuerzos por compartir el Evangelio, incluyendo a los miembros nuevos, los jóvenes, los que se están preparando para servir en misiones, los misioneros que regresan, las familias en las que no todos son miembros y los futuros élderes. | |||
Trabajamos para ganarnos la confianza de los miembros a fin de que se sientan cómodos al invitar a sus familiares y amigos a reunirse con nosotros. | |||
Trabajamos con los líderes de barrio en las reuniones de coordinación semanales para apoyar nuestros esfuerzos para encontrar y averiguar si hay personas con las que podríamos contactar. | |||
Trabajamos con personas a las que se está enseñando actualmente, con personas a las que se ha enseñado con anterioridad y con personas referidas por las redes sociales para encontrar. | |||
Cada día hablamos con cuantas personas nos sea posible. | |||
Nos preparamos espiritualmente y oramos para pedir la ayuda de Dios al planificar para encontrar personas para enseñar. | |||
Creemos que el Señor está preparando a personas para que les enseñemos. | |||
Reflexionamos en cuanto a cómo ayudar a las personas con las que hablamos a sentir la influencia del Espíritu Santo. | |||
Fijamos metas específicas de encontrar, semanales y diarias (véase el capítulo 8). | |||
Constantemente buscamos personas para enseñar. | |||
Somos creativos y utilizamos diversos métodos para encontrar personas. Intentamos nuevas maneras de hacerlo y evitamos quedarnos atrapados en la rutina. | |||
Planeamos encontrar de forma específica. Planificamos cuándo, dónde y cómo nos centraremos en encontrar. | |||
Consideramos cuáles podrían ser los mejores lugares y momentos del día para encontrar personas para enseñar. | |||
Pensamos en qué actividades para encontrar personas han sido efectivas en el pasado. | |||
Adaptamos nuestros planes de encontrar según resulte necesario y tenemos planes de respaldo si fallan los eventos programados. | |||
Utilizamos la aplicación Predicad Mi Evangelio para encontrar, fijar metas y elaborar planes, y revisar y actualizar nuestros registros a diario. | |||
Utilizamos nuestros talentos y fortalezas personales para ayudar a encontrar. | |||
Planificamos cuándo y cómo usaremos las redes sociales y otra tecnología para encontrar personas para enseñar. | |||
Utilizamos las iniciativas de las redes sociales y las ofertas locales que satisfacen los intereses y las necesidades de las personas de nuestra área. | |||
Respondemos con prontitud a las solicitudes y mensajes en línea de personas que podrían estar interesadas. | |||
Planificamos con anticipación nuestras publicaciones en las redes sociales y trabajamos con los miembros para encontrar en línea. |
Sea diligente en la labor de encontrar
Haga que encontrar sea una labor constante
En los primeros días de la Iglesia restaurada, el Señor instruyó repetidamente a un grupo de hermanos que enseñaran Su Evangelio “por el camino” mientras viajaban, porque Él quería que utilizaran todas las oportunidades posibles para compartir el Evangelio (véase Doctrina y Convenios 52:9–10, 22–23, 25–27).
Ponga en práctica esta instrucción para encontrar. Realice un esfuerzo diligente por encontrar a lo largo del día. Planifique su labor para encontrar y busque oportunidades que no se hayan planeado. Encontrar personas nuevas para enseñar es una necesidad constante.
Busque inspiración y esté dispuesto a utilizar diversos métodos. Céntrese en las maneras de encontrar que sean más efectivas en su área.
Mantenga varios sedales de pescar en el agua
En cuanto a la obra que llevan a cabo los misioneros, el presidente Dallin H. Oaks dijo:
“Ninguno de nosotros debería ser como el pescador que piensa que ha estado pescando todo el día cuando, en realidad, se ha pasado la mayor parte del tiempo metiéndose y saliéndose del agua, comiendo y ocupándose innecesariamente por el equipo de pesca. El tener éxito en la pesca tiene que ver con el tiempo que tengamos el sedal de la caña de pescar en el agua, y no con el tiempo que estemos ausentes de casa. Algunos pescadores se ausentan de casa durante doce horas y tienen la caña de pescar en el agua durante diez. Otros pescadores están fuera de casa doce horas y tienen la caña en el agua durante solo dos horas. Estos últimos tal vez se pregunten por qué no tienen el mismo éxito que los demás.
“Ese mismo principio se aplica a los misioneros, a quienes el Maestro llamó ‘pescadores de hombres’ [Mateo 4:19]. El sedal de pescar del misionero debe entrar al agua en el momento en que este sale del apartamento” (Seminario para nuevos presidentes de misión, 20 de junio de 2000).
El élder Quentin L. Cook amplió esta comparación. Además de decir que se debe mantener el “sedal de pescar en el agua” por períodos más largos de tiempo, enseñó que los misioneros que encuentran personas para enseñar “constantemente mantienen varios sedales en el agua […].
“Ellos averiguan qué familias hay en las que no todos son miembros y se comunican con ellas.
“Escudriñan su [aplicación Predicad Mi Evangelio] en busca de personas a las que se les haya enseñado en el pasado para comunicarse con ellas por teléfono y por mensajes de texto.
“Ofrecen prestar servicio a los miembros, a las personas a las que se ha enseñado en el pasado, a las personas a las que enseñan actualmente y a la comunidad en general […].
“Ayudan a los miembros a crear mensajes del Evangelio para compartirlos en sus propias […] plataformas de redes sociales.
“Obtienen referencias de las personas a las que visitan y enseñan” (“Be Spiritual Pathfinders and Influencers”, Devocional misional, 10 de septiembre de 2020; cursiva agregada).
Hable con todos
Desarrolle un profundo deseo de traer almas a Cristo (véase Mosíah 28:3). Cuando sienta ese deseo, su amor y preocupación se reflejarán en sus esfuerzos por encontrar. Su amor también se reflejará en las conversaciones que entable.
Cada día hable con cuantas personas le sea posible, hable con ellas dondequiera que vaya y, donde sea apropiado, vaya de casa en casa. El Señor instruyó a algunos de los primeros élderes de la Iglesia que “[abrieran su] boca para declarar mi evangelio”. Luego prometió que sus bocas serían “llenas” con lo que debían enseñar (Doctrina y Convenios 30:5; véase también 33:7–10).
Del mismo modo, el Señor les dijo a José Smith y a Sidney Rigdon: “… alzad vuestra voz a este pueblo; expresad los pensamientos que pondré en vuestro corazón”. Luego prometió: “… os será dado […] en el momento preciso, lo que habéis de decir (Doctrina y Convenios 100:5–6).
Al conocer a nuevas personas, a menudo sentirá que el Espíritu le ayuda a saber qué decir. Sin embargo, si no siente una impresión, simplemente comience en algún lugar, tal vez haciendo una pregunta y escuchando la respuesta (véase “Encuentre personas en la situación personal en que ellas estén” en este capítulo). O tal vez desee hablar del Señor Jesucristo o del llamamiento de José Smith para ser un profeta de Dios.
Las siguientes ideas pueden resultar útiles al hablar con las personas con las que se encuentre:
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Sea amable, sincero y amigable. Busque maneras de conectar con la persona y comenzar una conversación.
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Escuche sinceramente lo que las personas digan. Trate de comprender las necesidades e intereses de cada persona. Ofrezca ayuda personal si es apropiado.
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Considere cómo el Evangelio puede ayudar a satisfacer sus necesidades, y luego enseñe una verdad básica del Evangelio e invítelas a aprender más. Hable de cómo el Evangelio restaurado puede brindar mayor esperanza y significado a su vida.
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Pregúnteles acerca de su familia. Ayúdelas a ver cómo el Evangelio restaurado puede bendecir a su familia. Ofrézcase para ayudarlas a encontrar los nombres de sus antepasados fallecidos.
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Invítelas a venir a una reunión sacramental.
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Ofrezca recursos aprobados u otros materiales de la Iglesia, tanto impresos como digitales.
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Comparta con ellas su objetivo como misionero y por qué decidió servir en una misión.
Estos principios también se aplican a sus interacciones con los miembros.
Es natural estar algo preocupado por tener que hablar con las personas. Ore para tener fe y valor para enseñar el Evangelio restaurado. Cada persona con la que se encuentre es su hermano o hermana en la familia de Dios. Recuerde que Él “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres […]; y todos son iguales ante Dios” (2 Nefi 26:33).
Únase a los miembros
“Invitar a todos a recibir el Evangelio forma parte de la obra de salvación y exaltación (Manual General, 23.0). Trabaje con los miembros de la Iglesia a fin de encontrar personas para enseñar. Cuando los miembros le dan la referencia de alguien a usted y luego participan en las lecciones, es más probable que las personas se bauticen y permanezcan activas en la Iglesia.
Entable relaciones sólidas con los líderes locales
Establezca relaciones sólidas con el obispado y otros líderes del barrio. El líder misional de barrio (si hay uno llamado) y las presidencias del cuórum de élderes y de la Sociedad de Socorro son sus principales puntos de contacto. Busque su guía y apoyo en las reuniones de coordinación semanal (véase el capítulo 13).
Durante las reuniones de coordinación semanales, trabaje con el ayudante del cuórum de presbíteros y la presidenta de clase de las Mujeres Jóvenes para la clase de jóvenes con mayor edad. Estos jóvenes tienen una función importante en cuanto a compartir el Evangelio. Ayúdeles a alentar a los miembros del cuórum y de la clase a compartir el Evangelio. Una manera es que los jóvenes inviten a sus amigos a las actividades.
Con regularidad, pregúntese: “¿Soy una bendición para los líderes locales?”. Desarrolle la actitud de “¿Cómo puedo ayudar?”. Al igual que Ammón en el Libro de Mormón, acérquese a los líderes locales con una actitud de servicio (véase Alma 17:23–25).
A los líderes de misión, el presidente Russell M. Nelson les enseñó: “Espero que aprendan a amar a los miembros y líderes locales, a elevarlos y a inspirarlos. Su capacidad para vincular el entusiasmo de los misioneros con la estabilidad y los amorosos esfuerzos de los miembros no se puede enfatizar lo suficiente. Su éxito se verá multiplicado exponencialmente (“Hopes of My Heart”, Seminario para nuevos líderes de misión, 23 de junio de 2019).
Apoye a los miembros en sus esfuerzos por compartir el Evangelio
Hay muchas maneras de apoyar y alentar a los miembros a compartir el Evangelio. Ayúdeles a reflexionar sobre cómo el Evangelio ha sido una bendición en sus vidas. Anímelos a que “[alcen su] luz para que brille ante el mundo” (3 Nefi 18:24).
Ayude a los miembros a poner en práctica los principios de amar, compartir e invitar. Dé ejemplos de maneras normales y naturales en que pueden aplicar estos principios.
Amar. Una manera de demostrar amor por Dios es amar y servir a Sus hijos. Aliente a los miembros a tender una mano con amor a familiares, amigos, vecinos y otras personas. Cualquier esfuerzo por expresar amor es una forma importante de guardar los convenios que han hecho con Dios (véase Mosíah 18:9–10).
Compartir. Debido al amor que los miembros sienten por Dios y Sus hijos, de manera natural desean compartir las bendiciones que Él les ha dado (véase Juan 13:34–35). Inste a los miembros a que hablen con otras personas sobre la forma en que el Evangelio bendice su vida. Anímelos a hablar del Salvador y de Su influencia. Ayúdeles a sentir el gozo de compartir su amor, su tiempo y los acontecimientos que ocurren en su vida. Ayúdeles a aprender a compartir de manera normal y natural, sencillamente como parte de lo que ya están haciendo en su vida.
“Todos compartimos cosas con otras personas y lo hacemos a menudo. Compartimos las películas y las comidas que nos gustan, las cosas divertidas que vemos, los lugares que visitamos, el arte que apreciamos y las citas que nos inspiran.
“¿Cómo podríamos agregar sencillamente a esa lista de lo que ya compartimos aquello que nos encanta del evangelio de Jesucristo? […]. Al compartir con los demás las experiencias positivas que tenemos en el Evangelio, participamos en el cumplimiento de la gran comisión del Salvador” (Gary E. Stevenson, “Amar, compartir, invitar”, Liahona, mayo de 2022, pág. 86).
Invitar. El Salvador invita a todos a recibir Su Evangelio y a prepararse para la vida eterna (véase Alma 5:33–34). Al igual que con compartir, invitar a menudo es cuestión de simplemente incluir a familiares, amigos y vecinos en lo que los miembros ya están haciendo. Anime a los miembros a orar para invitar a las personas de las siguientes maneras:
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Venir y ver. Invite a las personas a “venir y ver” las bendiciones que pueden recibir por medio de Jesucristo, Su Evangelio y Su Iglesia.
1:17 -
Venir y servir. Invite a las personas a “venir y servir” a otras personas necesitadas.
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Venir y pertenecer. Invite a las personas a “venir y pertenecer” como miembros de la Iglesia restaurada de Jesucristo.
El élder Gary E. Stevenson dijo: “Hay centenares de invitaciones que podemos extender a los demás. Podemos invitarlos a ‘venir y ver’ un servicio sacramental, una actividad de barrio o un video en línea que explique el evangelio de Jesucristo. ‘Venir y ver’ puede ser una invitación a leer el Libro de Mormón o a visitar un templo nuevo durante el programa de puertas abiertas previo a su dedicación. En ocasiones, la invitación es algo que extendemos interiormente: una invitación a nosotros mismos a ser sensibles y ver oportunidades a nuestro alrededor en las que podemos actuar” (Amar, compartir, invitar”, pág. 87).
Asegúrese de ayudar a los jóvenes a amar, compartir e invitar. Los jóvenes tienen el don especial de amar a sus amigos, de compartir lo que tienen en el corazón y de invitarlos a las actividades.
Ayude a los miembros a entender que cualquier esfuerzo por vivir los principios de amar, compartir e invitar es positivo, ya sea que una persona se reúna o no con los misioneros o se una o no a la Iglesia.
Ayude a los miembros a aprovechar sus fortalezas para compartir el Evangelio. Algunos son excelentes para encontrar personas para enseñar, y otros son grandes maestros. Algunos tienen la capacidad natural de conectarse con amigos, mientras que a otros les encanta orar por sus amigos. Ayúdeles a ver que hay varias maneras en que todos pueden involucrarse.
Cuando visite a los miembros, hágalo con un propósito. Demuestre que usted está anhelosamente consagrado a la obra de encontrar y enseñar. Respete el tiempo y horario de ellos.
Algunos miembros podrían estar encantados de que usted enseñe el mensaje de una de las lecciones. Las verdades del Evangelio cambian vidas. Fortalecer la comprensión que tienen los miembros del Evangelio aumentará la confianza de ellos en usted y su entusiasmo por compartirlo. Ayúdelos a reconocer el Espíritu y a actuar de acuerdo con las impresiones que reciban.
Trate de encontrar personas para enseñar por medio de familias en las que no todos son miembros, futuros élderes, miembros que regresan a la actividad y miembros nuevos. Es probable que ellos tengan muchos familiares y amigos de otras religiones.
En todo lo que haga con los miembros, siga al Espíritu e intente edificar su fe en el Salvador Jesucristo.
Para más ideas y recursos sobre cómo puede apoyar a los miembros a compartir el Evangelio, consulte:
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“Compartir el Evangelio” en la Biblioteca del Evangelio.
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Predicad Mi Evangelio, capítulo 13.
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Manual General, capítulo 23.
Prometa bendiciones por compartir el Evangelio
Ayude a los miembros a comprender las extraordinarias bendiciones de compartir el Evangelio, que son entre otras:
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Gozo y paz (véanse Doctrina y Convenios 18:10–16; Alma 26:11, 13, 35; Alma 36:24–28).
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El poder sustentador de Dios (véanse Mosíah 18:8–13; Juan 15:4–5).
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Protección contra la tentación (véase 3 Nefi 18:24–25).
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El perdón de los pecados (véase Doctrina y Convenios 62:3).
Encuentre por medio de la aplicación Predicad Mi Evangelio
La aplicación Predicad Mi Evangelio es un recurso excelente para encontrar personas para enseñar. Los misioneros que utilizan constantemente las funciones de esta aplicación consiguen más éxito al encontrar. Para familiarizarse con estas funciones, consulte la capacitación que se ofrece en la aplicación. Sea sensible a las impresiones espirituales que reciba al repasar los nombres de las personas.
La aplicación incluye información sobre personas que nos hayan dado su referencia o que hayamos contactado o enseñado anteriormente. Algunas de esas personas tal vez quieran reunirse de nuevo con los misioneros. Tal vez también conozcan a otras personas que estén interesadas en aprender acerca del Evangelio.
En su planificación, utilice el mapa y los filtros de la aplicación para dar prioridad a las personas que se deban visitar. Mire sus datos y averigüe cómo se las encontró. Vea si hay un registro de miembros que les ayudaron. Utilice esta información para decidir la mejor manera de comunicarse con ellos de nuevo.
Utilice la función de filtros de la aplicación para identificar a todas las personas que:
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Tenían una fecha bautismal previamente programada, pero no fueron bautizadas.
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Asistieron a la reunión sacramental al menos una vez, pero no se bautizaron.
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Recibieron más de tres lecciones.
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No se les ha contactado recientemente.
Si las personas con las que se comunica no están interesadas en que se les enseñe o deciden dejar de recibir visitas, anote esa información en la aplicación. Registre cómo se mantendrá en contacto con ellas y de qué forma las nutrirá hasta que estén listas para aprender más. Por ejemplo, podría invitarlas a inscribirse en una serie de correos electrónicos para recibir mensajes sobre Jesucristo u otros temas del Evangelio. También podría conectarlas con un miembro que pueda responder preguntas y nutrir su interés y amistad. Programe un recordatorio en la aplicación para hacer seguimiento de ellas. Pregunte si conocen a alguien más que pudiera estar interesado.
Además, puede encontrar personas para enseñar por medio de la aplicación Predicad Mi Evangelio utilizando filtros o grupos para enviar mensajes a grupos. Esta puede ser una excelente manera de hacer saber a las personas sobre eventos como las actividades del barrio y los servicios bautismales. Haga un seguimiento de las invitaciones personales a estos eventos.
Encuentre por medio del servicio
Brinde oportunidades para que las personas puedan venir y servir
Las personas pueden tener experiencias positivas y conectarse con los misioneros y los miembros locales en las actividades de servicio. A muchas personas les encanta compartir sus talentos, habilidades o servicios, y solo necesitan que alguien las invite.
Invite a las personas a participar en actividades de servicio organizadas por el barrio. También puede conectar a las personas con oportunidades de servicio como las que se encuentran en SirveAhora.org donde esté disponible. Al servir con los demás, las personas se unen de una manera poderosa.
Ofrézcase a prestar servicio
Al igual que el Salvador “[ande] haciendo bienes” (Hechos 10:38; véase también “Ande haciendo bienes” en el capítulo 1). Ore para estar al tanto de las oportunidades que tiene de hacer el bien a lo largo del día. A veces, el servicio que prestará estará planeado, pero a menudo no lo estará. Busque maneras sencillas e inmediatas de servir, ayudar y elevar a las personas. Recuerde que el Señor aprovechó las oportunidades inesperadas de tender una mano y bendecir a los demás.
Preste servicio con el deseo sincero de ayudar a las personas. Si el servicio conduce a una oportunidad de enseñanza, siéntase agradecido. Si no es así, entonces esté agradecido de haber hecho algo bueno por alguien. Responda preguntas si las personas las hacen. Si alguien expresa interés, responda brevemente y haga los arreglos necesarios para reunirse en otro momento para compartir un mensaje.
Asegúrese de seguir las pautas para el servicio descritas en Normas misionales para los discípulos de Jesucristo, 2.7 y 7.2.
Encuentre personas en la situación personal en que ellas estén
Encontrar personas en la situación personal en que ellas estén comienza por tratar de verlas como Dios las ve. Suponga que tal vez se le haya guiado a hablar con esa persona, o que quizás él o ella haya sido guiado hacia usted. Trate de comprender las necesidades y los deseos espirituales de la persona. Averigüe qué es lo más importante para ella, en particular en la relación que tienen con su familia y con Dios. Usted podría hacer preguntas como las que se dan a continuación, y luego escuchar sinceramente:
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¿Qué es lo que más valora?
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¿Qué le brinda gozo?
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¿Qué desea para su propio futuro y para el de aquellos a quienes ama?
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¿Qué desafíos afronta para poder alcanzar sus esperanzas y sueños?
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¿Qué aspectos de su vida desea mejorar?
Busque inspiración al reflexionar en lo que aprende acerca de las esperanzas y los deseos de la persona. ¿Qué verdades del Evangelio se conectan de forma natural con lo que más desea esta persona?
Considere cómo abordar estas preguntas desde la perspectiva de esa persona. ¿Qué sabe esta persona de usted? ¿Qué puede ofrecer que podría ser útil? ¿Siente la persona que una interacción con usted valdrá la pena?
Considere diferentes razones por las que las personas podrían querer llegar a conocerle a usted, a otros miembros o a la Iglesia. A continuación, se describen algunos ejemplos de lo que usted puede proporcionar.
Aporte experiencias o información que ellos valorarán
Utilice los recursos de la Iglesia y sus propios talentos y fortalezas para conectar con los intereses de alguien. Busque la ayuda del Padre Celestial para ofrecer información o experiencias que la persona valorará.
Sea receptivo a la inspiración y sea creativo al pensar en diferentes tipos de experiencias o información que pueda proporcionar. Se indican a continuación varias ideas.
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Comparta el vínculo de un recurso en línea de la Iglesia que ofrezca información sobre algo que les interese.
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Organice un evento como un devocional (en persona o transmitido en vivo).
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Ofrezca algo en una reunión o evento local (por ejemplo, haga árboles de historia familiar gratuitos en un mercado local).
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Ofrézcase a enseñar una clase.
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Organice una clase de estudio de las Escrituras u ofrézcase a leer la Biblia y otros pasajes de las Escrituras con ellos.
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Enseñe el inglés como segundo idioma.
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Anuncie actividades locales de la Iglesia como una fiesta navideña o clases de autosuficiencia. Utilice volantes o las redes sociales.
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Invítelos a un servicio bautismal.
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Ofrézcales un recorrido por el centro de reuniones local.
Usted puede ayudar a que las personas tengan una de las experiencias más valiosas que puedan tener, esto es, asistir a una reunión de la Iglesia. Invítelos y explíqueles en qué consistirá. Hábleles de cómo el asistir a una reunión sacramental será una bendición en su vida.
Facilite relaciones genuinas
A muchas personas les gustaría conocer a otras personas de su comunidad o conocerlas mejor. Algunas personas se sienten solas. A continuación, se enumeran algunas ideas para ayudarle a facilitar relaciones genuinas.
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Visite a las personas que se han mudado recientemente al área para darles la bienvenida.
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Presente a las personas de la comunidad a los miembros que tengan intereses comunes.
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Invite a las personas a asistir a reuniones, actividades y programas de puertas abiertas del barrio.
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Ofrézcase para ayudarles a conectar con el líder de templo e historia familiar de barrio, quien puede ayudarles a aprender más acerca de sus familiares fallecidos.
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Ofrézcase para enseñar a las personas cómo llevar a cabo la noche de hogar o leer las Escrituras en familia. (Véase Manual General, 2.2.4, para conocer principios útiles que se pueden adaptar a las circunstancias de las personas).
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Invite a personas de la edad adecuada a asistir a Seminario, a Instituto o a inscribirse en BYU–Pathway Worldwide.
Hay muchas maneras honorables de encontrar a las personas a las que Dios está preparando para el Evangelio restaurado. Haga todo lo posible por encontrarse en el sendero de las personas que están siendo preparadas.
Comuníquese con las personas que le hayan sido referidas a usted
Las personas que le han sido referidas pueden estar listas para recibir el Evangelio de Jesucristo. Las referencias pueden provenir de miembros de la Iglesia, de otros misioneros, de las Oficinas Generales de la Iglesia o de las redes sociales locales.
Contáctelas con prontitud
Cuando le refieran una persona por medio de las Oficinas Generales de la Iglesia o de las redes sociales locales, revise la información que se encuentra en la aplicación Predicad Mi Evangelio sobre sus intereses. Trate de comunicarse con ella tan pronto como le sea posible.
Observe las siguientes pautas al trabajar con personas que le han sido referidas:
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Si un miembro u otros misioneros dieron la referencia, comuníquese con la persona que envió la referencia para saber más. Si son misioneros quienes dieron la referencia de la persona, ellos pueden enseñar con usted virtualmente si su líder de misión lo aprueba. Los miembros pueden unirse a usted en persona o virtualmente para participar en la enseñanza.
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Intente comunicarse sin demora con la persona por medio de una visita, una llamada, un mensaje de texto, un correo electrónico u otra forma de comunicación. Si la persona no responde, trate de comunicarse con ella a otra hora del día.
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Si su contacto inicial fue por teléfono, mensaje de texto o correo electrónico, haga los arreglos necesarios para reunirse en persona o por medio de la tecnología.
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Como compañerismo, revisen la solicitud de la persona y descubran sus necesidades e intereses. Determinen la manera en que el Evangelio puede ayudar a satisfacer esas necesidades.
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Cuando se reúnan, lleven todos los artículos solicitados, tales como el Libro de Mormón. Compartan verdades del Evangelio de las lecciones misionales que satisfagan los intereses o las necesidades de la persona.
En ocasiones, las personas que le han sido referidas pueden guiarle hacia otras personas a las que Dios está preparando. Si las personas con las que se comunica no están interesadas, pregúnteles si conocen a otras personas que podrían estar interesadas o que necesitan esperanza en su vida. Tal vez se le haya dirigido a esa persona, porque hay otra persona en esa casa o vecindario que está preparada para recibir el Evangelio.
Si una cita con alguien falla, considere cómo puede hacer otro tipo de obra misional en el área. La aplicación Predicad Mi Evangelio puede ayudarlo a encontrar personas que viven cerca, a las que se haya contactado o enseñado previamente.
Dé referencias de personas a misioneros de otras áreas
Cuando conozca a personas que estén interesadas en aprender más sobre el Evangelio pero que vivan fuera de su área asignada, hábleles brevemente del Evangelio, y luego ayúdelas a prepararse para reunirse con los misioneros y los miembros en el área donde vivan.
Con la aprobación de su líder de misión, puede seguir apoyando a estas personas para ayudarles a recibir el Evangelio (véase Normas misionales, 7.5.4).
Utilice la tecnología
Hay muchas maneras en que puede utilizar la tecnología para encontrar personas para enseñar. A continuación, figuran algunos ejemplos:
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Utilice las redes sociales para trabajar con los miembros a fin de encontrar personas.
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Establezca relaciones interpersonales al contactar través del correo electrónico y las redes sociales.
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Comparta pasajes edificantes de las Escrituras, citas y mensajes del Evangelio.
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Ayude a las personas a utilizar FamilySearch.org para aprender más acerca de sus familiares fallecidos.
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Ofrezca clases en línea para enseñar habilidades.
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Establezca conexiones apropiadas en línea por medio de grupos con intereses comunes.
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Cree una publicación que hable de los próximos eventos del barrio.
El uso de la tecnología es una manera importante de mantener “varios sedales en el agua” a lo largo del día. Además de otros esfuerzos para encontrar, mantenga varios sedales de pescar en el agua por medio de internet.
El élder David A. Bednar enseñó: “La tecnología brinda una multitud de canales poderosos por los cuales podemos proclamar ‘a Jesucristo, y a este crucificado’ y ‘[predicar] el arrepentimiento a la gente’” [1 Corintios 2:2; Doctrina y Convenios 44:3]. La nueva generación está bien preparada para escuchar y aprender sobre el Evangelio restaurado mediante esos medios de comunicación (“They Should Proclaim These Things unto the World”, Seminario para nuevos presidentes de misión, 24 de junio de 2016).
Utilice la historia familiar
La historia familiar es otro medio de encontrar personas para enseñar. Por todo el mundo, el Espíritu está influyendo en millones de personas para que busquen a sus antepasados. Muchas personas desean tener un vínculo más fuerte con sus familiares, y eso las puede llevar a sentir el deseo de buscar una conexión y una identidad como parte de la familia de Dios.
Lo que nosotros llamamos a veces el espíritu de Elías es la singular influencia del Espíritu Santo [que] impulsa a las personas a buscar los datos, documentar y valorar a sus antepasados y parientes, tanto pasados como presentes (véase Malaquías 4:5–6).
En su labor de encontrar, podría presentarle a las personas el sitio web de FamilySearch.org o invitarlas a descargar la aplicación Árbol Familiar de FamilySearch o la aplicación Recuerdos de FamilySearch. También podría darles un ejemplar del cuadernillo Mi familia: Historias que nos unen. Estos recursos ayudan a las personas a descubrir a parientes y antepasados y a recopilar sus relatos.
Averigüe qué recursos de historia familiar están disponibles en su área y cómo estos podrían ser útiles para las personas con las que se comunique. El líder de templo e historia familiar de barrio puede ayudar a las personas a descubrir a sus antepasados fallecidos.
Invite a las personas a compartir con usted recuerdos de sus seres queridos. Al hacerlo, ellas pueden sentir que el Espíritu Santo les testifica acerca de la importancia de las familias en el plan de Dios. Esos momentos pueden llevar a conversaciones naturales acerca del propósito de la vida, el plan de felicidad de Dios y la función del Salvador en el plan.
Cuando sea apropiado, enseñe a las personas la doctrina sobre por qué los miembros de la Iglesia hacen la obra de historia familiar y cómo esta se relaciona con los templos.
Ore para darse cuenta de oportunidades para usar la historia familiar en sus esfuerzos por encontrar personas a quienes enseñar. Sea creativo y familiarícese con los recursos disponibles.
Encuentre al enseñar
Encontrar y enseñar a las personas son actividades relacionadas entre sí. Las personas a las que enseña a menudo tienen amigos o parientes que están preparados para recibir el Evangelio restaurado. A medida que experimenten las bendiciones del Evangelio, las personas a las que enseñe sentirán crecer en su corazón el deseo de compartir el mensaje con otras personas (véase 1 Nefi 8:12). En todas las situaciones, por ejemplo, al encontrar, al enseñar y al trabajar con los miembros, pregunte: “¿A quién conoce que pudiera beneficiarse de este mensaje?”.
Cuando las personas a las que enseñe se estén preparando para su servicio bautismal, pregúnteles acerca de familiares y amigos que les gustaría invitar a su bautismo. Haga planes para invitar y alentar a todos a venir. Se puede sentir el Espíritu poderosamente durante un servicio bautismal.
Enseñe al encontrar
A medida que conozca a las personas y descubra sus intereses y necesidades, desarrolle el hábito de comenzar a enseñar y compartir su testimonio. Usted encontrará más personas para enseñar al testificar del Salvador y Su Evangelio y permitir que las personas sientan el poder del Espíritu Santo.
Considere enseñar sobre temas como la felicidad, la adversidad, el propósito de la vida o la muerte. Cualquiera que sea su método inicial, refiérase rápida y sencillamente al Salvador, Su Evangelio y cómo llamó al profeta José Smith. Este es nuestro mensaje único y especial para el mundo.
Las siguientes secciones brindan ejemplos de cómo podría enseñar brevemente acerca de la restauración del Evangelio de Jesucristo y la importancia de la familia.
Enseñe y testifique sobre la restauración del Evangelio de Jesucristo.
Testifique de Jesucristo y enseñe breves resúmenes de la verdad restaurada. Por ejemplo, podría testificar del Evangelio restaurado de Jesucristo con tan solo dos o tres frases:
Después de siglos de estar perdidas, un Dios amoroso ha restaurado verdades por medio de un profeta viviente. Tenemos evidencia de ello, que usted puede sostener en sus manos, leerlo y meditarlo en su corazón. Lo invitamos a leer y orar para saber por usted mismo que es verdad. ¿Nos permite…?
Si tiene un poco más de tiempo, podría decir algo más:
Nuestro mensaje es sencillo. Dios es nuestro Padre; nosotros somos Sus hijos; formamos parte de Su familia y Él nos conoce personalmente y nos ama. Él desea que tengamos gozo. Desde el principio del mundo, Él ha seguido un modelo de extender la mano con amor para revelar el Evangelio de Jesucristo para que Sus hijos sepan cómo regresar a Él. Él reveló el Evangelio a profetas como Adán, Noé, Abraham y Moisés, pero muchas personas eligieron rechazar repetidamente el Evangelio y a los profetas que lo enseñaban. Hace dos mil años, Jesucristo mismo enseñó Su Evangelio y estableció Su Iglesia. Las personas rechazaron incluso a Jesús. Después de la muerte de los apóstoles de Jesús, las personas distorsionaron la doctrina verdadera, como fue el caso con la doctrina sobre la Trinidad. También cambiaron ordenanzas, como el bautismo.
La invitación que le hacemos es que añada verdades a las que ya conoce. Considere las evidencias que nosotros tenemos de que nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo de nuevo han extendido Su mano con amor hacia Sus hijos y han revelado la plenitud de Evangelio a un profeta. El nombre de ese profeta es José Smith. La evidencia de esta verdad se encuentra en un libro, el Libro de Mormón. Usted puede tener este libro, leerlo y meditar en su mente y corazón las verdades que contiene. Lo invitamos a asistir a la Iglesia para aprender más.
Enseñe y testifique acerca de la importancia de la familia
El tratar la importancia de la familia le ayudará a encontrar personas para enseñar, ya sea que tengan una formación cristiana o una distinta. Usted puede relacionar rápidamente lo que la mayoría de las personas saben acerca de la familia con el plan de salvación del Padre Celestial. Podría decir algo como esto:
Nuestra familia puede ser una de las influencias más importantes en nuestra vida. Nuestra familia establece lazos entre nosotros y nos hace sentimos amados y que se nos necesita.
El tener una familia fuerte y feliz es la mayor prioridad para muchas personas. Tener un matrimonio fuerte y criar hijos en el mundo actual puede ser muy difícil.
Entonces podría hacer una transición al mensaje de la Restauración:
Usted ha formado parte de la familia de Dios desde antes de nacer. Él es nuestro Padre. El Padre Celestial desea que regresemos a vivir con Él para siempre. Usted es un hijo o una hija de Dios y Él lo ama. Él tiene un plan para ayudarlo a regresar con Él.
Esas verdades y otras han sido restauradas en la tierra por nuestro amoroso Padre Celestial mediante un profeta viviente. Estas verdades nos ayudan a entender el lugar que ocupamos en la familia de Dios. ¿Nos permite enseñarle más acerca de estas verdades? ¿Asistirá a la Iglesia para que pueda aprender más?
No se desperdicia ningún esfuerzo
Cuando las personas deciden que no quieren saber más del Evangelio restaurado, la labor que usted ha hecho no se ha desperdiciado. Tal vez haya plantado una semilla que crecerá en otro momento. Ya sea que eso suceda o no, el servicio que preste y sus expresiones de amor genuino los bendecirán tanto a usted como a ellos.
Si las personas no están listas para recibir el Evangelio, mire qué más puede hacer para enriquecer la vida de ellos. Las relaciones interpersonales que usted desarrolle siguen siendo significativas y valiosas; continúe siendo su amigo.
A veces, las personas necesitan tiempo para considerar los cambios que se les piden. Ayúdeles a recibir mensajes por medio de correos electrónicos o sitios web de la Iglesia. Estos mensajes podrían ayudar a preparar a las personas para aceptar futuras invitaciones de aprender más.
Cuando una persona no acepta el Evangelio, es natural desilusionarse. Sin embargo, si usted acude al Señor en esos momentos, Él ha prometido: “… soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré” (Isaías 41:10).
Por medio de la fe en Cristo, usted puede hallar paz y seguridad en cuanto a sus esfuerzos. Mantenga la visión de quién es y por qué está sirviendo al Señor como misionero. La fe le ayudará a seguir adelante y a continuar trabajando con deseos justos.
Ideas para el estudio y la puesta en práctica
Estudio personal
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Lea Juan 15:12; Juan 21:15–17; 1 Tesalonicenses 2 y Mosíah 18:8–10. ¿Cuán bien está cumpliendo con su responsabilidad de amar y servir a los demás? ¿Cómo podría mejorar? Anote su respuesta en su diario de estudio.
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Lea 3 Nefi 18:31–32; Alma 24:7–8 y Alma 32:41. ¿Qué enseñan estos versículos acerca de cómo trabajar con las personas a las que se enseñó anteriormente? Anote lo que aprenda en su diario de estudio. Enséñelo a su compañero.
Estudio y análisis con el compañero
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Haga planes para reunirse con los miembros nuevos de su área. Si fuera necesario, utilice la aplicación Predicad Mi Evangelio para encontrarlos. Haga preguntas como las siguientes:
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¿Cómo se les preparó para recibir el Evangelio?
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¿Cuándo y cómo fue la primera vez que tuvieron algún contacto con la Iglesia?
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¿Qué les inspiró a reunirse con los misioneros?
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¿Cómo podemos apoyar su progreso continuo?
De estas reuniones, ¿qué aprendió acerca de cómo encontrar personas que progresen hacia el bautismo? Haga planes para poner en práctica lo que aprenda esta semana.
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Repase cada uno de los temas que figuran a continuación y, basándose en las lecciones del capítulo 3, prepare un método sencillo para encontrar personas a las que enseñar. Practique la enseñanza en un entorno de encontrar personas.
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Sienten la necesidad de recibir mayor guía y propósito en la vida
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Desean sentirse más cerca de Dios
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Necesitan ayuda con respecto a decisiones importantes
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Consejo de distrito, conferencias de zona y consejo de líderes de la misión
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Lea y analice la sección “Amplíe su visión de planear para encontrar”. Pida a cada compañerismo que complete la evaluación.
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Analicen cómo esas ideas han ayudado a los misioneros a encontrar personas para enseñar.
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Enumere otras ideas para encontrar personas para enseñar. Invite a los misioneros a hacer una demostración de sus ideas.
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Invite a los misioneros a fijar metas personales para mejorar sus esfuerzos para encontrar.
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Elabore una lista de varias oportunidades para encontrar personas para enseñar.
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Asigne una de las oportunidades a cada misionero. Conceda a cada misionero cinco minutos para preparar la forma en que enseñaría parte de una lección en la situación asignada.
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Recalque la necesidad de que el tiempo que dure el mensaje sea apropiado para la situación.
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Invite a varios misioneros a enseñar la lección que planearon en la situación asignada.
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Invite a los misioneros a practicar el compartir entre sí un mensaje del Evangelio que dure un minuto. Si lo desea, puede establecer varias situaciones de encontrar personas; por ejemplo: enseñar en el hogar de un miembro, enseñar en la entrada de la vivienda, enseñar en la calle o contactar con una referencia. Pida a los misioneros que practiquen un método de enseñanza para cada una de esas situaciones.
Líderes y consejeros de misión
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Dé el ejemplo en su familia de ser un miembro-misionero. Comparta sus experiencias con los misioneros y con los miembros.
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Consulte con los líderes locales del sacerdocio y de las organizaciones en cuanto a la mejor manera de que los misioneros encuentren personas para enseñar en su misión.
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Organice devocionales misionales en los que usted pueda hablar a las personas a las que se enseña en su misión. Coordine las actividades con los líderes locales del sacerdocio para que los miembros puedan llevar a sus amigos. Invite a los miembros nuevos a compartir su testimonio y a relatar la historia de su conversión antes de que hable usted.
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De vez en cuando, acompañe a los misioneros para ayudarles a encontrar personas para enseñar.