Thomas S. Monson, “No está aquí, sino que ha resucitado”, Liahona, abril de 2011
Como resultado de la victoria de Cristo sobre el sepulcro, todos resucitaremos.
Dallin H. Oaks, “La Expiación y la fe”, Liahona, abril de 2008
El concepto central del Evangelio de Jesucristo —el más potente, junto con la Resurrección universal— es la expiación de nuestro Salvador.
Jeffrey R. Holland, “La expiación de Jesucristo”, Liahona, marzo de 2008
En verdad, la expiación del Unigénito Hijo de Dios en la carne es el fundamento crucial sobre el cual descansa toda la doctrina cristiana y la expresión más grandiosa de amor divino que ha recibido este mundo en toda su existencia. El énfasis que se le da en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nunca se podría calificar de exagerado. El significado de todo otro principio, mandamiento y virtud del Evangelio restaurado depende de este acontecimiento fundamental.
Bruce R. McConkie, “El poder purificador de Getsemaní”, Liahona, abril de 2011
Yo siento, y el Espíritu parece concordar conmigo, que la doctrina más importante que puedo declarar, y el testimonio más poderoso que puedo compartir, es el del sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo. Su expiación fue el acontecimiento de mayor trascendencia que ha ocurrido o que jamás ocurrirá desde el alba de la Creación a través de todas las edades de una eternidad sin fin.
Gordon B. Hinckley, “El perdón”, Liahona, noviembre de 2005
La gran Expiación fue el acto supremo del perdón. La magnitud de esa Expiación trasciende nuestra capacidad de entender completamente. Lo único que sé es que en verdad aconteció y que fue tanto para mi provecho como para el de ustedes. El sufrimiento fue tan profundo y la agonía tan intensa que nadie puede llegar a comprender que el Salvador se hubiera ofrecido como rescate por los pecados de toda la humanidad.
Neal A. Maxwell, “El testificar de la grande y gloriosa expiación”, Liahona, abril de 2002
Al comprender y creer personalmente en la Expiación, ustedes y yo podremos enseñar y testificar de ella con mayor gratitud, mayor amor y mayor poder.
James E. Faust, “La Expiación: nuestra mayor esperanza”, Liahona, enero de 2002
Nuestra salvación depende de creer en la Expiación y de aceptarla; dicha aceptación requiere de un esfuerzo continuo por comprenderla más plenamente.
Russell M. Nelson, “Preparémonos para las bendiciones del templo”, Liahona, octubre de 2010
El segundo concepto que se ha de recalcar en nuestra preparación mental es Expiación. La expiación de Jesucristo es el acto fundamental de la historia de la humanidad. Es la esencia del plan de salvación. Sin la infinita Expiación, toda la humanidad se habría perdido irremediablemente. Las ordenanzas y los convenios del templo enseñan sobre el poder redentor de la Expiación.
Jeffrey R. Holland, “La caridad nunca deja de ser: Una conversación sobre la Sociedad de Socorro”, Liahona, marzo de 2011
La expiación, la resurrección y el ejemplo de Cristo nos enseñan a tener fe en Él, a arrepentirnos, a hacer convenios y a amarnos los unos a los otros; que Jesucristo es la luz que nunca deja de ser, la luz brillante que atravesará la oscuridad.
Quentin L. Cook, “Quiero que sepas que lo pasamos muy mal”, Liahona, noviembre de 2008
Por medio de las Escrituras sabemos que algunas pruebas son para nuestro propio bien y nuestro progreso personal.
Quentin L. Cook, “Fortalezcan la fe mientras buscan conocimiento”, Liahona, septiembre de 2008
Vivan de tal modo que la Expiación sea totalmente eficaz para ustedes.
Steven E. Snow, “Esperanza”, Liahona, mayo de 2011
Nuestra esperanza en la Expiación nos concede el poder de una perspectiva eterna.
Craig C. Christensen, “El gozo del arrepentimiento”, Liahona, abril de 2007
El gozo es algo mucho más profundo que un simple momento pasajero de satisfacción o sentimientos de felicidad. El gozo verdadero o “perpetuo gozo” (2 Nefi 8:11) se recibe al experimentar el poder de la Expiación a través del arrepentimiento sincero y de la confirmación espiritual de que podemos ser redimidos del pecado gracias al Señor Jesucristo y heredar la vida eterna.
Kent F. Richards, “La Expiación sana todo dolor”, Liahona, mayo de 2011
Nuestro gran desafío individual en esta tierra es llegar a ser “santo por la expiación de Cristo”.
Cecil O. Samuelson, hijo, “¿Qué significa para usted la Expiación?”, Liahona, abril de 2009
La Expiación es algo intensamente personal y fue diseñada exclusivamente para aplicarla, en forma individual, a nuestras circunstancias y situaciones.
Shayne M. Bowen, “La Expiación puede purificarnos, reivindicarnos y santificarnos”, Liahona, noviembre de 2006
La expiación de Jesucristo está al alcance de cada uno de nosotros. Su expiación es infinita.