“Los profetas de los últimos días hablan sobre el Antiguo Testamento”, Liahona,febrero de 2002
La Santa Biblia ha tenido mayor influencia para bien en el mundo que cualquier otro libro jamás publicado… La razón de la gran influencia para bien de la Biblia es que es un libro inspirado; contiene la palabra de Dios a Sus profetas, quienes escribieron y proclamaron según las indicaciones del Espíritu Santo desde el comienzo del mundo.
Capítulo 10: “Las Escrituras”, Principios del Evangelio
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días acepta cuatro libros como Escrituras: la Biblia, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, y la Perla de Gran Precio. A estos cuatro libros se les llama los libros canónicos de la Iglesia.
Russell M. Nelson, “Testigos de las Escrituras”, Conferencia General de octubre de 2007
Las Escrituras de la Restauración no compiten con la Biblia, sino que la complementan.
“Las Escrituras enseñan y testifican de Jesucristo”, Liahona, enero de 2011
La Biblia es una colección de escritos sagrados que contienen las revelaciones de Dios a los antiguos profetas en la Tierra Santa. En nuestro octavo Artículo de Fe se declara: “Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente”.
M. Russell Ballard, “El milagro de la Santa Biblia”, Conferencia General de abril de 2007
Es un milagro que tengamos la poderosa doctrina, los principios, la poesía y los relatos de la Biblia, pero, por encima de todo, es un milagro maravilloso que tengamos el registro de la vida, del ministerio y de las palabras de Jesús, que fue protegido durante la época del oscurantismo y a través de los conflictos de innumerables generaciones para que pudiésemos tenerlo en la actualidad.
“El aniversario número 400 de la Biblia se celebrará mejor con más estudio, sugieren las palabras de los Apóstoles”, Liahona, mayo de 2011
“Cuán agradecidos debiéramos sentirnos por la Santa Biblia”, expresó el élder Ballard. “Amo la Biblia, sus enseñanzas, sus lecciones y su espíritu… Amo la perspectiva y la paz que me infunde la lectura de la Biblia”.
Biblia, Infalibilidad de la
Los Santos de los Últimos Días tienen gran reverencia y amor por la Biblia. La estudian y se esfuerzan por vivir conforme a sus enseñanzas. Atesoran el testimonio que contiene acerca de la vida y misión del Señor Jesucristo. Sin embargo, no creen que la Biblia, tal y como se encuentra en la actualidad, carezca de errores.
D. Todd Christofferson, “La bendición de las Escrituras”, Conferencia General de abril de 2010.
El propósito central de todas las Escrituras es llenar nuestras almas de fe en Dios el Padre y en Su Hijo Jesucristo.
Jeffrey R. Holland, “…mis palabras… jamás cesan”, Conferencia General de abril de 2008
Invitamos a todos a examinar la maravilla de lo que Dios ha dicho desde tiempos bíblicos y lo que está diciendo aun ahora.
Charles Didier, “El mensaje de la Restauración”, Conferencia General de octubre de 2003
La historia religiosa comienza en la Biblia, que es un registro de las primeras revelaciones de Dios a Sus profetas respecto a sus tratos con la humanidad. Comienza con el relato de Adán y Eva, nuestros primeros padres; su creación, su caída y las consecuencias de ésta: la mortalidad y la separación de Dios; y sus primeros pasos en el mundo terrenal.
Lección 42: “La revelación continua a los profetas de los últimos días”, Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia - Doctrina del Evangelio: Manual para el maestro
En 1979, tras años de meticuloso trabajo bajo la dirección de la Primera Presidencia y del Quórum de los Doce, la Iglesia publicó una edición Santo de los Últimos Días de la Versión del rey Jacobo de la Biblia en inglés. Esa edición tiene el mismo texto de la Versión del rey Jacobo de la Biblia en inglés, pero contiene ayudas de estudio especiales, como por ejemplo la “Topical Guide” (Guía temática), el “Bible Dictionary” (Diccionario bíblico) y notas a pie de página que remiten al lector a pasajes de los otros libros de Escrituras y a selecciones de la traducción de José Smith de la Biblia en inglés.
Lección 12: “El enseñar en base a las Escrituras”, La enseñanza: El llamamiento más importante
Debemos tener una Iglesia repleta de mujeres y hombres que conozcan cabalmente las Escrituras, que correlacionen pasajes de las Escrituras y las marquen, que preparen lecciones y discursos empleando la Guía para el Estudio de las Escrituras y que dominen los mapas, y las demás ayudas que este maravilloso grupo de libros canónicos contiene. Obviamente todo este material es mucho más de lo que podemos conocer a fondo con rapidez. Ciertamente que el campo de las Escrituras está “blanco y listo para la siega”.
Capítulo 47: “El testimonio de Brigham Young en cuanto al profeta José Smith”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young
Nadie puede decir que este libro [poniendo su mano sobre la Biblia] es verdadero, es la palabra de Dios, es el camino, el cartel indicador en el sendero y el mapa por el que podemos saber cuál es la voluntad de Dios, y al mismo tiempo decir que el Libro de Mormón no es verdadero, si esa persona ha tenido el privilegio de leerlo, o escuchar su lectura, y aprender su doctrina. No hay una sola persona sobre la faz de la tierra que haya tenido el privilegio de conocer el Evangelio de Jesucristo por medio de estos dos libros y que pueda decir entonces que uno es verdadero y el otro es falso. Si uno es verdadero, ambos lo son; si uno es falso, ambos son falsos.
Capítulo 17: “El gran plan de salvación”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith
Creo en la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de sus escritores originales. Los traductores ignorantes, los escribientes descuidados y los sacerdotes intrigantes y corruptos han cometido muchos errores… Noten estas contradicciones en [Hebreos 6:1]: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección”. Si un hombre deja los rudimentos o principios de la doctrina de Cristo, ¿cómo puede salvarse en los principios? Esto es una contradicción. No la acepto. Lo repetiré como debería decir: “Por tanto, no dejando los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección”.
Julie B. Beck, “Mi alma se deleita en las Escrituras”, Liahona, mayo de 2004
De muchacho, el profeta José Smith tuvo un interrogante que le preocupaba intensamente. Comenzó a leer las Escrituras y halló la solución en la Biblia (véase Santiago 1:5). Él dijo: “Ningún pasaje de las Escrituras jamás penetró el corazón de un hombre con más fuerza que éste en esta ocasión, el mío”, y meditó en ello “repetidas veces” (José Smith—Historia 1:12). Debido a que José Smith puso en práctica lo que leyó en las Escrituras, llegó a saber acerca de nuestro Padre Celestial, de Su Hijo Jesucristo, del Espíritu Santo y de su identidad como hijo de Dios; José aprendió quién era él, por qué estaba aquí en la tierra y lo que debía hacer en esta vida.