Control de la natalidad


Los hijos son una de las mayores bendiciones de la vida y su nacimiento en familias amorosas, que los ayuden a desarrollarse, es fundamental para los propósitos de Dios con la humanidad. Cuando el esposo y la esposa no tienen impedimentos físicos, gozan del privilegio y la responsabilidad de traer hijos al mundo y criarlos. La decisión con respecto a cuántos hijos tener y cuándo tenerlos es un asunto privado de los cónyuges.

Información adicional

Dios tiene un plan para la felicidad de todos los que viven en la tierra, y el nacimiento de hijos en familias amorosas es fundamental para Su plan. El primer mandamiento que Dios les dio a Adán y a Eva fue: “Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra” (Génesis 1:28). Las Escrituras declaran: “Herencia de Jehová son los hijos” (Salmo 127:3). Las personas sin impedimentos físicos tienen la bendición, el gozo y la obligación de tener hijos y de criar una familia. Dicha bendición no debe posponerse por razones egoístas.

Las relaciones sexuales en el matrimonio no tienen sólo el propósito de procrear, sino que también son un medio de expresarse amor y fortalecer los lazos emocionales y espirituales entre el esposo y la esposa.

Se insta a los cónyuges a orar y a consultarse mutuamente al planificar su familia. Entre los asuntos que deben considerar están la salud física y mental de ambos progenitores, así como su capacidad de proveer para las necesidades básicas de sus hijos.

Las decisiones en cuanto al control de la natalidad, y sus consecuencias, corresponden únicamente a la pareja casada. Sin embargo, el aborto como un método de control de la natalidad es contrario a los mandamientos de Dios.

Materiales adicionales para el estudio

  • “La familia es la parte central del plan del Creador” Matrimonio y relaciones familiares, Guía de estudio para el participante, Lección 1

  • “Control de la natalidad” Encyclopedia of Mormonism