Caridad


La caridad es el amor puro de Cristo. Es el amor que Cristo tiene por los hijos de los hombres y el que éstos deberían tenerse mutuamente. Es el tipo de amor más elevado, noble y fuerte, y el de mayor gozo para el alma (véase 1 Nefi 11:23).

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La caridad es “el amor puro de Cristo” o “amor eterno” (Moroni 7:47; 8:17). El profeta Mormón enseñó: “La caridad es sufrida y es benigna, y no tiene envidia, ni se envanece, no busca lo suyo, no se irrita fácilmente, no piensa el mal, no se regocija en la iniquidad, sino se regocija en la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (Moroni 7:45; véase también 1 Corintios 13:4–7).

Jesucristo es el ejemplo perfecto de la caridad. En Su ministerio terrenal, siempre “anduvo haciendo bienes”, enseñaba el Evangelio y demostraba tierna compasión por los pobres y afligidos (véase Mateo 4:23; Marcos 6:6; Hechos 10:38). La expresión suprema de Su caridad fue Su Expiación infinita. Él dijo: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Ése fue el acto más grande de longanimidad, de bondad y de abnegación del que tendremos conocimiento.

El Salvador quiere que todos reciban Su amor y que lo compartan con los demás. Él declaró a Sus discípulos: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:34–35). En sus tratos con sus familiares y con otras personas, los seguidores de Cristo consideran al Salvador como su ejemplo y se esfuerzan por amar como Él ama, con compasión, paciencia y misericordia inagotables.

Véase también Amor; Servicio

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