La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una religión para todo el mundo, no sólo porque sus miembros se encuentran en todo el mundo, sino también porque busca compartir el mensaje de la verdad de Dios con todo el mundo.
La diversidad de miembros de todo el mundo de la Iglesia es una característica notable de los Santos de los Últimos Días debido a que el evangelio de Jesucristo trasciende toda cultura, raza, nacionalidad e idioma. Las culturas y los pueblos de todo el mundo se reúnen según su ubicación geográfica para formar congregaciones locales y adorar juntos. Debido a la invitación del Salvador que todos los hijos de Dios vengan a Él (véase Mateo 11:28; D. y C. 10:67), no existen dos congregaciones iguales dentro la Iglesia.
Sin importar la raza o apariencia, todos los miembros de la Iglesia están unidos en el conocimiento de que son hijos del Padre Celestial. Ellos saben que Él ama a cada uno de Sus hijos por igual. Este conocimiento crea un sentimiento de unidad en cada edificio y servicio de adoración en el mundo y une a todos los miembros de la Iglesia.
También aumenta la unidad en cada congregación cuando las personas enseñan y adoran usando himnos similares, Escrituras, lecciones y oraciones sacramentales cada domingo. Las organizaciones para los niños, jóvenes y adultos unen a las personas de todo el mundo cada año en un área común de enfoque. Del mismo modo, la conferencia semestral de la Iglesia, la cual se transmite a todo el mundo, permite a los miembros tener la oportunidad de aprender al mismo tiempo del profeta, los apóstoles y otros líderes de la Iglesia.
Los integrantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han cambiado con el tiempo y continúan cambiando cada día. Desde principios del siglo XX , la Iglesia ha pasado de tener congregaciones principalmente compuestas de inmigrantes del norte de Europa en los Estados Unidos a ser una Iglesia mundial cuyos miembros viven en 190 países y hablan más de 120 idiomas.
En 1996, el número de miembros que vivía fuera de los Estados Unidos sobrepasó a aquellos que residían allí, y para el año 2000 el idioma de la mayoría de los miembros no era el inglés. En diciembre de 2014, la Iglesia superó los 15 millones de miembros, llegando a un poco más de 29 000 barrios y ramas (congregaciones) en todo el mundo.
Tal como enseñó Pablo en el Nuevo Testamento que la Iglesia es un cuerpo donde cada parte añade belleza y propósito al conjunto, así también La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es fuerte debido a su diversidad.
Escrituras
Referencias de las Escrituras
Profetas y líderes de la Iglesia
Profetas y apóstoles
Dieter F. Uchtdorf, “La Iglesia mundial es bendecida por la voz de los profetas”, Conferencia General de octubre de 2002
Russell M. Nelson, “Llena nuestro corazón de tolerancia y amor”, Conferencia General de abril de 1994
Dallin H. Oaks, “Para todos los hombres, de todas partes”, Conferencia General de abril de 2006
M. Russell Ballard, “Doctrina de la inclusión”, Conferencia General de octubre de 2001
Richard G. Scott, “Cómo eliminar las barreras que nos separan de la felicidad”, Conferencia General de abril de 1998
Gordon B. Hinckley, “La necesidad de más bondad”, Conferencia General de abril de 2006
Howard W. Hunter, “El evangelio: Una fe universal”, Conferencia General de octubre de 1991
Otros líderes de la Iglesia
Chi Hong (Sam) Wong, “Unidos en el rescate”, Conferencia General de octubre de 2014
Gérald Caussé, “Ya no sois extranjeros”, Conferencia General de octubre de 2013
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, “Proclamemos alegres nuevas por todo el mundo”, capítulo 12
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young, “Definición del Evangelio”, capítulo 2
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young, “El Reino de Dios y el recogimiento de Israel”, capítulo 44
Recursos de aprendizaje
Revista de la Iglesia
- Marion G. Romney, “La unidad”, Liahona, de agosto de 2010