En la Iglesia, una ordenanza es un acto sagrado y formal realizado por la autoridad del sacerdocio. Algunas ordenanzas son esenciales para nuestra exaltación. Éstas se denominan ordenanzas de salvación y comprenden el bautismo, la confirmación, la ordenación al Sacerdocio de Melquisedec (para los varones), la investidura del templo y el sellamiento del matrimonio. En cada una de estas ordenanzas concertamos convenios solemnes con el Señor.
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Las otras ordenanzas, como el dar un nombre y bendecir a los niños, consagrar aceite y bendecir a los enfermos y afligidos, también se llevan a cabo por la autoridad del sacerdocio. Aunque no son esenciales para nuestra salvación, son importantes para darnos consuelo, guía y ánimo.
Las ordenanzas y los convenios nos ayudan a recordar quiénes somos y nos recuerdan nuestro deber hacia Dios. El Señor los ha proporcionado para ayudarnos a venir a Él y recibir la vida eterna. Cuando los honramos, Él nos fortalece espiritualmente.
Véase también Convenio; Evangelio; Sacerdocio
—Véase Leales a la fe, 2004, págs. 134–135
Referencias de las Escrituras
Materiales adicionales para el estudio
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“Ordenanzas”
Guía para el Estudio de las Escrituras -
“Las ordenanzas y bendiciones del sacerdocio”
Guía para la familia, págs. 21–29 -
“Ordenanzas”
Gospel Fundamentals, Chapter 21 -
“El propósito de las ordenanzas del sacerdocio”
Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte B, Lección 4 -
“Las ordenanzas del sacerdocio”
La Mujer Santo de los Últimos Días, Parte A, Lección 12