Podemos hallar la felicidad

A menudo caemos en la trampa de pensar que un auto nuevo, un ascenso en el trabajo, un tratamiento de belleza o la fama nos harán ser felices. A veces es así… por un momento. Pero no dura para siempre, porque la riqueza, el poder, la belleza y la fama no nos proporcionan una felicidad duradera, por mucho que deseemos que así sea.

La verdadera felicidad

La verdadera felicidad se halla en seguir el ejemplo de Cristo y desarrollar atributos divinos, como la obediencia, la bondad, la honestidad, la gratitud, la humildad, el amor, la caridad y el perdón. Viene al servir y ayudar a los demás a seguir a Jesucristo. Se alcanza al vencer los apetitos de nuestro cuerpo físico, y al seguir las impresiones del Espíritu. Se obtiene al trabajar duro, tener un estilo de vida saludable, tener amigos, familia y logros personales.

Seguir el plan que Dios tiene para nosotros es la manera más segura de encontrar felicidad y enfrentar los desafíos de la vida.

 

Independientemente de lo que poseamos o no en esta vida, la felicidad más profunda y duradera se logra al conocer y seguir el plan de Dios. Un antiguo profeta lo expresó así:

“Quisiera que consideraseis el bendito y feliz estado de aquellos que guardan los mandamientos de Dios. Porque he aquí, ellos son bendecidos en todas las cosas, tanto temporales como espirituales; y si continúan fieles hasta el fin, son recibidos en el cielo, para que así moren con Dios en un estado de interminable felicidad”.

Podemos encontrar la felicidad al prestar servicio a los necesitados.