Vivimos con Dios

¿No sería magnífico que la vida viniera con un mapa que nos mostrara dónde hemos estado y a dónde dirigirnos?

Afortunadamente, la vida sí tiene un mapa. Nuestro Padre Celestial tiene un plan para nosotros y quiere que sepamos de dónde venimos y adónde desea que nos dirijamos.

Antes de nacer, vivíamos con Dios en el cielo. Todos nuestros hermanos y hermanas espirituales estaban allí también: todos los que han vivido o vivirán en la tierra, incluido Jesucristo. En esa "vida preterrenal", cada uno de nosotros era una persona individual, con un destino y naturaleza divinos. Dios nos dio a todos el don del albedrío, o el derecho a elegir por nosotros mismos. Debido a que Él es el Padre de nuestros espíritus, lo llamamos nuestro Padre Celestial.

Antes de nacer, vivíamos con Dios, El Padre de nuestros espíritus. Todas las personas de la tierra son literalmente hermanos y hermanas de la familia de Dios.

 

Saber que todos somos hijos espirituales de Dios cambia nuestra manera de vernos y de ver a los demás.