La blasfemia es la falta de respeto o desprecio por lo sagrado. Esto incluye el uso casual o irreverente del nombre de cualquier miembro de la Trinidad. También incluye cualquier lenguaje o comportamiento sucio o vulgar.
Información adicional
Siempre debemos usar los nombres de Padre Celestial, Jesucristo, y el Espíritu Santo con reverencia y respeto. El mal uso de sus nombres es pecado. El lenguaje o gestos profanos, vulgares o crueles, así como las bromas inmorales, son ofensivas para el Señor y para los demás.
El lenguaje soez y vil es degradante y dañino al espíritu. No debemos ceder a la influencia de otros para utilizar este lenguaje vil. En lugar de eso debemos emplear un lenguaje limpio que edifique a otros y escoger amigos que utilicen una buena forma de hablar. El establecer el ejemplo animará a otros a usar un lenguaje limpio. Si los amigos o conocidos usan blasfemias, podemos de una buena manera animarles a usar otro vocabulario. Si continúan haciéndolo, podemos salir de ahí de una manera educada o cambiar el tema.
Aquellos que han desarrollado el hábito de maldecir podrán deshacerse de él Deben empezar por tomar la decisión y después pedir ayuda por medio de la oración.
Véase también Modestia; Tentación
—Véase Leales a la fe 2004, págs. 35–36
Referencias de las Escrituras
Materiales adicionales para el estudio
-
“El lenguaje”
Para la Fortaleza de la Juventud, pág. 22 -
“Blasfemar, Blasfemia”
Guía para el Estudio de las Escrituras