Escritura del día: “Sí, e implora a Dios todo tu sostén; sí, sean todos tus hechos en el Señor, y dondequiera que fueres, sea en el Señor; deja que todos tus pensamientos se dirijan al Señor; sí, deja que los afectos de tu corazón se funden en el Señor para siempre” (Alma 37:36).
Sabemos por otros pasajes de las Escrituras (como Alma 34:24–25) que el Padre Celestial se preocupa por nosotros y que nos ayudará en todos los aspectos de nuestra vida, no solo en los que consideramos los aspectos “espirituales”.
Este versículo señala otra manera de ver esta verdad. Alma dice que todo lo que hagamos, debemos hacerlo con el Señor en mente. Debemos pedirle Su ayuda y Su bendición, ya sea que se trate de nuestro trabajo en la Iglesia, las tareas escolares, el empleo, las citas, las amistades, los pasatiempos, los deportes; sea lo que sea aquello a lo que dediquemos nuestro tiempo y nuestras emociones, el Señor está dispuesto a ayudarnos.
Entonces, lógicamente, si estás considerando hacer algo de en lo que no querrías incluir al Señor… tal vez no deberías hacerlo.
Si tienes algo en mente con lo que te sentirías mal si le pidieras a Dios que te ayudara, probablemente sea una buena indicación de que deberías pensarlo de nuevo.
Deja que esa sea tu pauta. “¿Me sentiría cómodo pidiéndole al Padre Celestial que me ayudara a hacer esto?”. ¿No es maravilloso saber que Él desea ayudarnos? ¡Él te ama!