Como padres, lo que más deseamos para nuestros hijos es que encuentren gozo al vivir el Evangelio. El Padre Celestial, por medio de Su ejemplo perfecto como padre, nos muestra cómo hacerlo.
1. El Padre Celestial nos ayuda a ver nuestro potencial
Sin una visión de nuestro potencial, es difícil tener una motivación para actuar. Dicho de manera sencilla: “Sin profecía, el pueblo se desenfrena” (Proverbios 29:18).
En la vida preterrenal, el Padre Celestial nos ayudó a entender nuestro potencial divino. Mediante Su plan, Él amplió nuestra comprensión de lo que podemos llegar a ser con el tiempo. ¡Qué maravilloso y emocionante debió haber sido darnos cuenta de eso! Podemos sentirnos inspirados al recordar que nuestro Padre Celestial está trabajando activamente para ayudarnos a llegar a ser como Él (véase Moisés 1:39).
Como padres, debemos hacer lo mismo. Podemos enseñar a nuestros hijos sobre su valor y potencial divinos. A menudo podemos recordarles lo especiales que son y lo mucho que pueden lograr con la ayuda de Dios.
Al darse cuenta de todo lo que Dios tiene reservado para ellos, aumentará su motivación para acercarse a Dios y seguir a Su Hijo.
Sugerencia
Para ayudar a sus hijos a desarrollar su propia visión, háganles preguntas sobre cómo se sienten en cuanto al Evangelio. ¿Saben cuál es la visión de Dios para ellos y dónde encajan en el divino plan de Dios? Si no es así, ¿cómo pueden trabajar con ellos para aumentar su comprensión?
2. El Padre Celestial prepara a Sus hijos para los desafíos
Tal vez no podamos proteger a nuestros hijos de las acciones de los demás, las pruebas, la aflicción, el dolor, las enfermedades o los desastres. Sin embargo, podemos seguir el ejemplo del Padre Celestial y enseñar a nuestros hijos la verdad y los principios que los preparan para los tiempos difíciles.
Cuando aceptamos el plan de Dios, sabíamos que surgirían desafíos y que pecaríamos; es por eso que Dios proporcionó un Salvador. Al darnos a Jesucristo, Dios nos dio un medio de rescate y una fuente de fortaleza y consuelo.
Los padres deberían hacer lo mismo. Hablen con sus hijos de la función sagrada de Jesucristo como su Salvador y Redentor. Enséñenles que volverse a Jesucristo en cada aspecto de su vida les dará esperanza, paz y motivación para mantenerse fuertes en circunstancias difíciles.
Sugerencia
Si se preguntan cómo preparar a sus hijos para los desafíos, abran las Escrituras; están llenas de ejemplos de familias, personas y civilizaciones que afrontaron tiempos difíciles. Muestren cómo el Salvador ofreció alivio cuando el pueblo se volvió a Él. Expresen cómo en su propia vida Cristo ha sido una fuente de consuelo y rescate.
3. El Padre Celestial da mandamientos y bendiciones a sus hijos
El Padre Celestial da a Sus hijos el albedrío, pero Él define claramente los mandamientos que traerán la felicidad y las bendiciones prometidas.
Como padres, nosotros debemos hacer lo mismo. No podemos descuidar nuestro sagrado deber de enseñar los límites y las normas del Señor. El Padre Celestial lo hace a menudo por medio de las Escrituras, los profetas vivientes y otros medios. Podemos seguir ese modelo y tener conversaciones frecuentes con nuestros hijos sobre estos mismos principios, incluso normas y reglas especiales dentro de nuestro hogar para mantener a los niños a salvo.
Sugerencia
Prueben estas actividades para ayudar a su familia a establecer límites y seguirlos:
- Hablen acerca de los límites y las normas dentro de su hogar y por qué brindan seguridad, bendiciones y felicidad.
- Lean secciones de Para la Fortaleza de la Juventud en voz alta como familia. Fíjense en las normas o los límites que les vengan a la mente que deben definirse claramente.
- Inviten a sus hijos a hablar acerca de qué límites y normas desean vivir y por qué.
- Elogien a sus hijos por todas las buenas decisiones que están tomando. Reconózcanlos por esforzarse por vivir sus normas.
4. El Padre Celestial ayuda a Sus hijos cuando cometen errores
El Padre Celestial sabía que todos pecaríamos y cometeríamos errores, pero cada día nos da un don: la capacidad de arrepentirnos. Eso significa que si nos hacemos responsables de nuestras acciones, nos volvemos sinceramente a Él, nos arrepentimos y nos esforzamos por llegar a ser mejores, Él proporciona una manera para que cambiemos y lleguemos a ser más fuertes por medio de Su Hijo.
Si los niños saben que pueden arrepentirse cuando cometen un error, y que cometer un error no afecta el amor de ustedes por ellos, se sienten motivados a cambiar. Los hijos están deseosos de ser responsables; solo necesitan el apoyo de padres amorosos.
¿Quieren averiguar más?
- Lean “Más diligentes y atentos en el hogar”1.
- Estudien las palabras del presidente Heber J. Grant en “Enseñemos a nuestros hijos en la disciplina y la admonición del Evangelio”2. ¿Están de acuerdo en que “la mejor herencia que pueden dejar a sus hijos e hijas es una adquisición en el reino de Dios”?
Notas
- “Más diligentes y atentos en el hogar”, David A. Bednar, Liahona, noviembre de 2009, págs. 17–20.
- Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Heber J. Grant, 2003, pág. 225.