Cómo ayudar a los hijos a amar las Escrituras

El Paso, Texas: People at home

Como padres, probablemente desearían que su familia hubiera estado con el Salvador cuando Él estuvo entre los nefitas y “tomó a sus hijos pequeños, uno por uno, y los bendijo, y oró al Padre por ellos” (3 Nefi 17:21). ¿No es eso lo que todos queremos para nuestros hijos, que ellos experimenten al Salvador y sean bendecidos por Él de una manera significativa y personal?

Bueno, la verdad es que de hecho podemos ayudar a nuestros hijos a tener una experiencia poderosa con el Salvador. Tal vez no podamos tocar las marcas de los clavos en Sus manos, pero podemos abrir y estudiar las Escrituras juntos y sentir el amor del Salvador y el poder de Su espíritu.

La pregunta es: ¿Cómo hacemos esto cuando nuestros hijos dan vueltas impacientemente durante Ven, sígueme cada semana?

No se preocupen. Aquí hay cuatro consejos para ayudarles a sentir el poder de las Escrituras.

1. Hagan del estudio familiar una prioridad

Cuando están tratando de que su familia avance todos los días, con las comidas, el trabajo, el servicio y la escuela, puede ser fácil dejar de lado los hábitos espirituales.

Pero una vez que empiezan a hacer del estudio de las Escrituras una prioridad en su hogar, llegan las bendiciones; todo lo demás parece haberse completado o deja de ser una prioridad. Eso se debe a que las Escrituras dan claridad, propósito, esperanza y dirección.

Recuerden, no tienen que leer todo un capítulo en un día para ser bendecidos por el poder de las Escrituras. El hacer de las Escrituras una parte regular de la vida en bocados más pequeños ayudará a todos a sentir el Espíritu. En las Escrituras leemos: “… por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas” (Alma 37:6).

Sugerencia: Inviten a su hijo a escoger un pasaje favorito de las Escrituras y a ponerlo donde lo vea. Si tiene la edad suficiente, invítenlo a memorizarlo. Ustedes pueden hacer lo mismo.

2. Den un buen ejemplo

Los niños muy pequeños aprenden lo que es importante simplemente al observarlos a ustedes. Si ustedes tienen con frecuencia los ojos en las Escrituras, ellos se darán cuenta. Empezarán a valorar lo que ustedes valoren. Del mismo modo, si expresan sus sentimientos positivos acerca de las Escrituras y encuentran maneras naturales de testificar de ellas, sus hijos también lo notarán.

3. Hagan que sea un momento de conexión

El amor irradia de lo que leemos en las Escrituras; el estudio de las Escrituras debería hacer lo mismo. Traten de no pensar en ello como una obligación que hay que marcar en su lista de tareas pendientes, sino más bien como una oportunidad para expresar amor a sus hijos. Al hacerlo, los niños esperarán con anhelo el estudio de las Escrituras como una manera de conectarse con ustedes. Aprenderán a relacionar esos sentimientos de amor con las Escrituras, y su propio amor por las Escrituras crecerá.

4. Adapten el estudio a la edad de ellos

No todos los niños pueden sentarse durante treinta minutos para leer y reflexionar profundamente. Creen maneras de hacer que las Escrituras estén accesibles para cada aprendiz de su casa. Para un niño de tres años, el tiempo de las Escrituras podría ser jugar un juego o representar un relato. Para un niño mayor, podría significar usar diccionarios a fin de buscar palabras desconocidas o analizar los desafíos de la vida y la forma en que las Escrituras pueden ayudarlos. Para los niños que tienen dificultades para comenzar por sí mismos, consideren leer en voz alta con ellos.

Las herramientas como los calendarios de metas y los cronómetros pueden mantener a sus hijos mayores en el camino y ayudarlos a desarrollar aptitudes de enfoque, atención, organización y planificación. Ayudar a su hijo a establecer metas de estudio del Evangelio motivará su independencia espiritual.

5. Inviten al Espíritu.

El poder de las Escrituras se manifiesta por medio del Espíritu Santo, quien lleva las verdades de Dios tal como se encuentran en las Escrituras al corazón de sus hijos (véase 2 Nefi 33:1-2).

Para ayudar a invitar al Espíritu, hagan preguntas a sus hijos que los animen a aplicar las Escrituras a su vida. Relaten una historia personal que haya aumentado su fe. Expresen su testimonio y su gratitud por el Salvador. Consideren cantar un himno que tenga un significado especial para su familia.

Hay muchas otras maneras de estudiar las Escrituras que invitarán el poder de Dios a su hogar. Tal vez no sea fácil, y quizás necesiten bastante dedicación; pero sus hijos tendrán más fortaleza para afrontar el día cuando tengan por armas la palabra de Dios y la influencia del Espíritu Santo.

Sugerencia: Animen a sus hijos a orar antes de estudiar las Escrituras a fin de que puedan estar preparados para que el Espíritu ilumine su mente.

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