Historia de la Iglesia
La Iglesia llega a Paraguay


La Iglesia llega a Paraguay

Carlos Alberto Rodríguez conoció a un exmisionero de Argentina en 1943, pero perdieron el contacto. Unos años más tarde, Carlos y su novia, Mafalda Figueira, una cantante brasileña, se hicieron buenos amigos de los Santos de los Últimos Días Samuel J. y Beth Skousen en Río de Janeiro, Brasil, y comenzaron a asistir a las reuniones y actividades de la Iglesia. En 1946, Carlos y Mafalda se casaron y se mudaron a Asunción, Paraguay. Cuando Samuel y Beth fueron trasladados a Asunción por su trabajo, continuaron su amistad con los Rodríguez.

Dos años más tarde, Carlos y Mafalda volaron a Buenos Aires para participar en una conferencia de misión. Mientras estaban allí, pidieron permiso al presidente de la Misión Brasil para ser bautizados. Debido a que vivían en Paraguay, Frederick S. Williams, presidente de la Misión Uruguay, recibió permiso para que Samuel realizara el bautismo y se le indicó que conservara el registro bautismal y que supervisara la actividad de la Iglesia en Asunción.

El 21 de agosto de 1948, Samuel bautizó a Carlos. Mafalda estaba embarazada en ese momento y decidió esperar hasta después del nacimiento de su hijo. Unos meses después, entró a las aguas bautismales.

Las familias Rodríguez y Skousen trabajaron incansablemente para crear buenos sentimientos sobre la Iglesia en Paraguay, se reunieron de forma regular con dignatarios y funcionarios del Gobierno y compartieron su testimonio del Evangelio restaurado. Carlos y Mafalda fueron pilares de su pequeña rama después de que los Skousen fueron trasladados a otro lugar por su trabajo. Después de varios años, dejaron de participar activamente en la Iglesia, pero dejaron una impresión duradera debido a su servicio y amor.

Los primeros misioneros de tiempo completo llegaron de la Misión Uruguay en 1950. La obra progresó lentamente. Clara Ana Victoria Gigglberger de Krisch fue el primer contacto que hicieron los misioneros que expresó un sincero deseo de aprender más, especialmente sobre el Libro de Mormón. Después de reunirse regularmente con los misioneros y participar en las actividades de la Iglesia, fue bautizada el 13 de enero de 1951.

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Clara Gigglberger

Clara Ana Victoria Gigglberger de Krisch, alrededor de 1950.

Ella fue la única miembro de su familia inmediata en ser bautizada en ese momento, pero produjo una influencia espiritual duradera en sus tres sobrinas, Ofelia, Nery y Edith Gigglberger. Nery recuerda que su “tía Clara tenía un fuerte testimonio de Jesucristo y de la restauración del Evangelio. Ella fue presidenta de la Sociedad de Socorro y tocaba el piano, enseñaba clases y organizaba actividades de la rama”. Para mostrar su gratitud por aprender acerca de la Iglesia, “prestaba especial atención a cuidar de los misioneros, les lavaba su ropa y les compartía alimentos”, y se centraba en presentar el Evangelio a otras personas que sabía que lo necesitaban en su vida.