Cuando servimos a los hijos de nuestro Padre Celestial, ayudamos a encaminarlos a creer en Dios. “Mas le dijo Ammón: No, sino seré tu siervo. Por tanto, Ammón se hizo siervo del rey Lamoni. […] Ahora bien, cuando Ammón vio esto, se le llenó de gozo el corazón, porque dijo: Manifestaré mi poder, o sea, el poder que está en mí, a estos mis consiervos, recogiendo estos rebaños para el rey […], para encaminarlos a creer” (Alma 17:25, 29).
Cuando servimos a los demás, demostramos nuestro amor por el Padre Celestial: “Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
Ayudar a las personas a venir a Cristo al servir con amorosa bondad como lo haría el Salvador. Ministrar en Su nombre a las personas individualmente mediante el poder del Espíritu Santo y vivir siendo un ejemplo de fe en Jesucristo, arrepentimiento, guardar los convenios con Dios y perseverar hasta el fin.
Al igual que los misioneros de enseñanza, los misioneros de servicio prestan servicio hasta dieciocho meses (mujeres jóvenes que tienen entre diecinueve y veintinueve años), y hasta veinticuatro meses (hombres jóvenes que tienen entre dieciocho y veinticinco años). Viven en su casa y prestan servicio localmente. Sirven en una misión de tiempo completo en la medida en que sus circunstancias lo permitan. A cada misionero de servicio se le proporciona una experiencia misional personalizada que se adapta singularmente a sus talentos, habilidades y dones. Durante su misión, es habitual que los misioneros de servicio sirvan en varias asignaciones, entre ellas organizaciones benéficas y comunitarias aprobadas, operaciones de la Iglesia y oportunidades de servicio asignadas por la estaca. Durante sus misiones, los misioneros de servicio prestan servicio localmente bajo la dirección de un presidente de misión, con el apoyo directo de los líderes de misión de servicio. El presidente de estaca y el obispo brindan apoyo en asuntos eclesiásticos tales como la dignidad y las recomendaciones para el templo.
Los hombres jóvenes (de dieciocho a veinticinco años) y las mujeres jóvenes (de diecinueve a veintinueve años) que sean dignos y cuyas circunstancias se adaptan mejor a una misión de servicio pueden ser asignados como misioneros de servicio.
Los misioneros de enseñanza que regresen a casa antes de terminar su misión debido a un accidente, una enfermedad u otros problemas de salud, y tengan el deseo de continuar prestando servicio, podrán ser reasignados a una misión de servicio cuando así lo recomienden los líderes del sacerdocio y cuando lo apruebe el Cuórum de los Doce. Cuando se hayan resuelto sus problemas de salud, podrán regresar a su asignación de enseñanza original.
Los misioneros de servicio son llamados de la misma manera que los misioneros de enseñanza. Los hombres y mujeres jóvenes cuyas circunstancias se adaptan mejor a una misión de servicio pueden ser asignados como misioneros de servicio. Esta asignación se hace ya sea durante el proceso de recomendación misional o después de que una persona sirva durante un tiempo en una misión de enseñanza y regrese a casa antes de la fecha prevista de finalización. Un misionero de servicio es llamado por el Señor por medio de Su profeta para servir en un entorno adaptado especialmente a sus talentos, sus habilidades y sus dones.