Transmisiones anuales
Mesa redonda


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Mesa redonda

Transmisión de la capacitación anual de SeI de 2022, con el presidente Ballard

Viernes 21 de enero de 2022

Hermana Becky Scott: Bienvenidos a nuestra reunión de análisis de Seminarios e Institutos. Como pueden ver, todos aquí mantenemos la distancia social, así que vamos a quitarnos las mascarillas. Es maravilloso verlos a todos hoy, agradecemos su participación. Quisiera mencionar que, por medio de la tecnología, nos reunimos con participantes de cada Área de SeI a nivel mundial. Damos la bienvenida a todos, gracias por participar con nosotros hoy. Adam, ¿puede darnos algunos detalles más sobre nuestro análisis de hoy?

Hermano Adam Smith: Encantado de hacerlo. Primero, permítanme expresar nuestra gratitud por estar con cada uno de ustedes hoy. Amamos y apreciamos a cada maestro, coordinador, asistente administrativo, misionero y administrador de Seminarios e Institutos de todo el mundo. Ustedes hacen mucho bien y bendicen a muchas personas. Gracias. Sabemos que en cada uno de sus corazones arde el amor por el objetivo de Seminarios e Institutos, y que desean ayudar a cada joven y joven adulto a comprender a su Padre Celestial y a Jesucristo, y a confiar en Ellos, para que lleguen a conocerlos y amarlos mejor y seguirlos de manera más profunda. Ustedes aman el objetivo porque aman a sus alumnos y, sobre todo, porque aman a su Salvador. Durante muchos, muchos años, SeI ha tenido éxito en ayudar a cada alumno a llegar a conocer mejor a Jesucristo. Sin embargo, en la actualidad, reconocemos que en el mundo existe la necesidad urgente de recoger a aún más jóvenes y jóvenes adultos en Jesucristo, y deseamos hacerlo creando experiencias de aprendizaje de conversión, relevancia y pertenencia. Sabemos que esas experiencias de aprendizaje tendrán lugar a medida que nos centremos en las necesidades de los alumnos, así como en Jesucristo, Su evangelio restaurado y Su misión expiatoria. Al centrar nuestra enseñanza en las Santas Escrituras y en las palabras de los profetas vivientes, a medida que enseñemos la doctrina de Cristo. Sabemos que invitaremos al Espíritu Santo a desempeñar la función que únicamente Él puede realizar: ayudar a estos jóvenes a convertirse al Señor, a permanecer en Su senda de los convenios, a discernir la verdad del error, a ser recogidos a salvo en su Salvador Jesucristo y a regresar a su Padre Celestial.

El propósito de los recursos que les presentaremos hoy es definir lo que significa ayudar a los alumnos a experimentar conversión, relevancia y pertenencia. Describiremos, basándonos en principios, algunas habilidades y prácticas que un maestro podría incorporar para ayudar a los alumnos. También creamos recursos de capacitación con modelos e invitaciones, para practicarlos e incorporarlos. Además, queremos mejorar la forma de medir nuestra influencia en la vida de los alumnos, para que podamos ver qué hacemos verdaderamente bien y así seguir edificando y reconocer las oportunidades de satisfacer aún mejor las necesidades de los alumnos. Esperamos que, al final de estos momentos juntos hoy, comprendan estos recursos y se sientan entusiasmados y con un fulgor de esperanza para seguir adelante en su incorporación y aplicación, de nuevo con la meta particular de ayudar a cada alumno a llegar a conocer a Jesucristo. Por eso estamos hoy reunidos aquí. Gracias, hermana Scott.

Hermana Scott: Gracias. Agradecemos que todos ustedes estén hoy aquí. Sigamos adelante y comencemos con nuestra primera pregunta. La hermana Jessica Brandon, del Área Norteamérica Oeste, tiene una pregunta para nosotros. Hermana Brandon, adelante, por favor.

Hermana Jessica Brandon: Gracias. Al estudiar los documentos de capacitación, me surgió una pregunta: ¿Hay que seguir un orden particular para centrarnos en estas habilidades y aspectos? ¿Son secuenciales?

Hermana Lori Newbold: Jessica, muchas gracias por esa pregunta. Creo que la respuesta rápida es no. Sin embargo, al pensar en cómo podrían decidir qué orden seguir, diría que lo primero siempre es comenzar con fe en el Salvador Jesucristo y saber que Él puede ayudarlos a enseñar cualquier principio o práctica que terminen escogiendo. Podrían escoger qué hacer por medio de las herramientas de evaluación que les hemos dado, para que les permitan averiguar qué experiencia están teniendo los alumnos.

Hermana Brandon: Perfecto. Gracias.

Hermano Chad Wilkinson: Tengo algo que agregar. Muchas gracias, hermana Brandon. No lo compliquen demasiado, no lo analicen en exceso; estas son herramientas y habilidades para ayudarlos. Una idea relacionada con su pregunta: en Alma 48 hay un versículo de las Escrituras con el que todos están familiarizados. En el versículo 17 Mormón añade un inciso y dice: “Sí, en verdad, en verdad os digo que si todos los hombres hubieran sido, y fueran y pudieran siempre ser como Moroni, he aquí, los poderes mismos del infierno se habrían sacudido para siempre; sí, el diablo jamás tendría poder sobre el corazón de los hijos de los hombres”.

¿Qué tenía Moroni que hizo que Mormón escribiera esto? Creo que uno de los principios de los que podríamos hablar es que pasó algún tiempo convirtiendo ciudades débiles en ciudades fuertes, así que prestó atención a los lugares débiles y los hizo fuertes. Por lo tanto, mediante la autoevaluación, las observaciones de supervisores o de aquellos a quienes han pedido ayuda —como sus compañeros, así como las encuestas de los alumnos— pueden empezar a reconocer cuáles podrían ser algunos puntos débiles y quizás comenzar por ellos.

Hermana Brandon: Solo una idea, quería agregar algo a lo que dijo la hermana Newbold. Creo que el cambio puede ser aterrador, me da miedo entregar evaluaciones a un grupo de jóvenes y jóvenes adultos y preguntarme qué resultados van a salir. Una de las cosas que me ha ayudado mucho a lo largo de los años es reconocer que cada uno de esos jóvenes y jóvenes adultos es uno de los preciados hijos del Padre Celestial. Si nos centramos en eso, en lugar del temor del hombre natural por lo que piensen de nosotros, nos centraremos en el hecho de que nuestro Padre Celestial ama muchísimo a cada uno de ellos y que eso forma parte de nuestro llamamiento o de nuestro trabajo: ayudarlos a llegar a conocer a su Salvador por sí mismos. Solo quería decir cuánto valoro el enfoque de establecer relaciones individuales con nuestros alumnos, a fin de ayudarlos a alcanzar ese objetivo.

Hermano Smith: Gracias, Jessica. Creo que, en todos estos recursos, realmente hemos tratado de centrarnos, de simplificar y de unificar, y edificar sobre todas las cosas que hemos aprendido a lo largo de los años. Creo que en estos recursos verán elementos de los fundamentos de La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio, los elementos del “aprendizaje profundo” y la influencia de aquellos que nos guían para que nos centremos en el Salvador, para que escuchemos, observemos, discernamos y encendamos un fuego en el corazón de los alumnos. Hemos tratado realmente de simplificarlo todo y centrarlo. Aunque estos recursos están separados en diferentes documentos, esperamos que los consideren una misma cosa: que nuestro trabajo es ayudar a un alumno a llegar a conocer mejor al Salvador. No podemos hacerlo sin la ayuda del Espíritu Santo.

La manera número uno de invitar al Espíritu Santo es amar a nuestros alumnos, centrarnos en Jesucristo y confiar en la virtud de la palabra de Dios. Sabemos que el Padre Celestial está ansioso y deseoso de ayudarnos, conforme tratamos de ayudarlo a Él a ayudarlos a ellos. Sabemos que, al buscar al Padre Celestial en oración mediante una autoevaluación, al preguntar a nuestros alumnos lo que necesitan por medio de esa evaluación, y al pedir a un supervisor o a un compañero que acuda para darnos más información, todo eso propicia la revelación, a fin de que podamos ayudar a un joven a llegar a conocer a Jesucristo.

Hermana Scott: La hermana Sara Bradley, del Área Utah Salt Lake, que está con nosotros hoy, ¿podría compartir su experiencia con nosotros, por favor?

Hermana Sara Bradley: Sí, me encantaría. Después de utilizar yo misma estos recursos, me ha impresionado de verdad lo sencillos que son y lo bien pensados que están. El proceso para mí fue muy sencillo. Comencé con las herramientas de evaluación; utilicé la autoevaluación y la evaluación del alumno, y los supervisores me ayudaron. Evaluamos en qué punto me encontraba yo y luego, junto con mi supervisor, decidimos en qué deseaba centrarme en función de mi evaluación y la de mis alumnos. Después, seguí adelante. Consulté el nuevo manual La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio y el recurso “Habilidades para el desarrollo del maestro”. Esto me llevó directamente a aquello en lo que quería centrarme. Leí y estudié esos materiales, regresé a mi clase y realmente intenté ponerlo en práctica de varias maneras, ¿me explico? Espero que esté aumentando la capacidad de mis alumnos para experimentar esa conversión, relevancia y pertenencia. Lo mejor fue que luego utilicé de nuevo la evaluación para valorar mi progreso, para ver si algo había cambiado. De ese modo, se comienza de nuevo a utilizar esa herramienta de evaluación para saber qué camino tomar. Y luego se vuelve a los recursos, que ayudan a seguir mejorando y progresando.

Hermano Gary Lowell: ¿Qué le sugerirían a alguien que duda en usar estas herramientas, en particular cuando el descubrir y abordar debilidades puede ser algo difícil de afrontar? Y a la par, ¿habrá una responsabilidad profesional o administrativa de llevar a cabo estas encuestas con frecuencia?

Hermana Newbold: ¿Puedo decir algo al respecto? Quiero decir esto de manera delicada, pero mi experiencia también ha sido que, a veces, sentimos mucho temor al tener a alguien en clase, por si cometemos errores. Así que, a veces, es la experiencia del hombre natural la que nos hace tener miedo a que alguien nos critique, porque estoy entregando mi corazón y mi alma a estos hombres y mujeres jóvenes a quienes amo tanto. Por eso, es difícil que alguien entre y diga: “Lori, tienes que mejorar tu corazón”.

Y no creo que eso, a menudo, sea lo que queremos decir al hablar de medir. Creo que lo que de verdad decimos es que debemos seguir esforzándonos por crear una cultura de fe en el Salvador Jesucristo, que podemos cambiar y que podemos progresar. Eso es lo que yo le diría a alguien. Estas herramientas tienen que ver con el progreso y el progreso se produce por medio del arrepentimiento. Arrepentirse significa cambiar y solo es posible gracias al Salvador. Pienso que si pudiéramos ver ese día en que cada maestro le diga a alguien: “¿Puedes venir a observarme? Estos alumnos merecen lo mejor que podamos darles y sé que no estoy llegando a algunos de ellos. ¿Puedes venir a ayudarme?”.

Hermano Bert Whimpey: ¿Puedo mencionar otra cosa? En este entorno, en el caso de nuestros increíbles maestros de estaca, que son los que enseñan a la mayoría de estos jóvenes maravillosos, estas herramientas de evaluación son recursos. De nuestros maestros profesionales de tiempo completo se espera que las utilicen. Aprenderemos a usarlas mejor y trataremos de establecer esa cultura. Si son maestros llamados por la estaca, es un recurso que ustedes pueden utilizar de acuerdo con sus necesidades y deseos, todo lo que piensen que los ayudará.

Hermano Wilkinson: Gary, esa es una gran pregunta y apreciamos todo lo que hace en su asignación. Gracias. Ha formulado la pregunta que todos desean hacer. En las Escrituras hay muchas preguntas inspiradas que ayudan a medir el desempeño, pero hay tres que me han bendecido de forma sustancial. Verán este elemento de medición en las tres. El joven rico preguntó: “… ¿Qué más me falta?” 1 . Esa pregunta, ese indicador, propició una revelación del Salvador, y ahora el joven tenía que tomar la decisión de seguirlo o no. Pablo, o Saulo, en el camino a Damasco, dijo: “… Señor, ¿qué quieres que yo haga?” 2 . Una vez más, esa es una forma de medir. La tercera es de José Smith, que antes de la primera visita de Moroni suplicaba, buscando el perdón de sus pecados. Lo que también quería conocer era su condición y posición ante el Señor 3 . Creo que es en ese tipo de preguntas introspectivas en las que nos estamos midiendo. No se trata de que alguien me evalúe, sino de permitir que me acerque al Padre Celestial y al Salvador, para que Ellos me digan dónde estoy. Al abrirnos a eso, creo que la revelación fluye y llegamos a ser mucho mejores de lo que seríamos por nosotros mismos.

Hermano Jack Menez: Al escuchar varios comentarios, me he dado cuenta de la idea de edificar una cultura de mejora y confiar en el Salvador, e incluso de superar la preocupación que a veces nos abruma como maestros. Esa es actualmente mi asignación, ayudar a otros maestros a mejorar. Y una de las cosas que he aprendido es el poder del Salvador para ayudarnos a ayudar a otros maestros, a las personas que nos rodean, a nuestros compañeros. Y en última instancia, esto ayuda a los alumnos. A medida que los maestros confíen en Jesucristo, podrán dar más testimonio de Su gracia.

Así que, tal como se mencionó con el ejemplo del joven rico, me encanta lo que dijo el Salvador: “Estas son algunas cosas que debes hacer, y ya las estás haciendo, maravilloso”, y luego le dice una cosa más en la que puede trabajar. Así que, a veces, una de las cosas que podemos hacer como administradores es decir: “Bien, creo que esto agrada al Señor, creo que el Señor estaría complacido con todas las cosas buenas que usted está haciendo. ¿Podemos unirnos en nuestra fe en Jesucristo para hacer una cosa más?”. A veces, esto puede ayudar, a medida que desarrollamos esta nueva cultura de mejora, y puede ayudar a evitar los sentimientos de ineptitud o de que no estamos haciendo lo suficiente, o que nunca vamos a ser lo suficientemente buenos. En lugar de ello, podemos unir la gracia de Jesucristo a esa labor de una manera que produzca algo mucho más eficaz. Eso se reflejará en clase y podremos dar un testimonio más poderoso a los alumnos del poder de Jesucristo para fortalecernos y efectuar las cosas que nos resulta demasiado difícil hacer por nosotros mismos.

Hermana Scott: Hermana Sorenson, ¿podría compartir su pregunta con nosotros?

Hermana Jamie Sorenson: Claro que sí. Tenemos los objetivos, los tres resultados que deben alcanzar los alumnos —relevancia, pertenencia y conversión—, cinco maneras de ayudarnos a lograr esos resultados y 25 prácticas que contribuyen a que cumplamos nuestra función. Además, como maestra, debo centrarme en Cristo, basarme en las Escrituras y enfocarme en el alumno. Y utilizo tres evaluaciones diferentes para ayudarme a fijar una meta de progreso profesional. Parece un poco abrumador, son muchas cosas. Entonces, ¿en qué debemos centrarnos?

Hermano Whimpey: La meta es ayudar a los hombres y mujeres jóvenes, y a los jóvenes adultos, a entender y confiar en las enseñanzas de Jesucristo y en Su expiación, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y prepararse para la vida eterna. Eso es lo que intentamos hacer. En ese objetivo, nuestra función es ayudar. Entonces, ¿cómo podemos ayudar? Pude ver, sobre todo entre nuestros maestros de estaca, que al ver todos estos recursos decían: “Bueno, esto es demasiado”. Así que un maestro podría preguntar: “Ese es el objetivo, ¿cómo lo hago?”. Me alegro de que lo pregunte. La mejor manera de hacerlo es ayudar a los alumnos a tener experiencias de conversión, relevancia y pertenencia. “Bien, gracias, pero, ¿cómo hago que ocurran esas experiencias?”. Me alegro de que lo pregunte. La manera de hacerlo es que quiero que ame a las personas a quienes enseña, que enseñe por el Espíritu, que se centre en Jesucristo, que enseñe la doctrina y fomente el aprendizaje diligente. “Bien, pero ¿cómo lo hago?”. Me alegro de que lo pregunte. Debido a que ahora tenemos estas prácticas, las habilidades lo ayudarán, pero todo debe orientarse al objetivo.

Así que cuando un maestro se sienta, abre las Escrituras y piensa en sus alumnos, espero que no piense en todas estas cosas que son abrumadoras, sino que piense en esto: “¿Cómo puedo ayudar a estos alumnos a quienes amo? ¿Cómo puedo ayudarlos a entender y a confiar en las enseñanzas y la expiación de Jesucristo, y a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y prepararse para la vida eterna?”. Y a decir verdad, estamos hablando de la senda de los convenios, en la que el presidente Nelson nos pidió que nos involucráramos para recoger a Israel. Así que si les parece abrumador y piensan: “No sé si puedo hacer todo esto”, simplemente concéntrense en el objetivo.

Hermano Jason Willard: Jamie, tal vez podría agregar un pasaje de las Escrituras de mi maestro favorito del Libro de Mormón, el hermano Nefi. Lo expresa de esta manera en 1 Nefi 6:4: “Porque toda mi intención es persuadir a [mis alumnos] a que vengan al Dios de Abraham, y al Dios de Isaac, y al Dios de Jacob, y sean salvos”. Todo lo que hizo Nefi fue ayudar a sus hermanos y hermanas a ser salvos, a confiar en Jesucristo de una manera que los ayudó, en última instancia, a recibir la vida eterna.

Jamie, gracias por hacer la pregunta correcta, porque en realidad pasó por alto los siete principios fundamentales, las 16 capacitaciones finales y todas las experiencias del Dominio de la doctrina que deben tener a lo largo del curso. La próxima vez que hagamos esta pregunta, ¿incluirá todo lo que se le pide que haga? Es mucho lo que se le pide que haga, pero, sinceramente, todo se reduce a una sola cosa. Me encanta el Salvador cuando está hablando con María y Marta, y parece que usted, Jamie, es como María, cuando Jesús dice: “… solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte” 4 . Jamie, estamos agradecidos de que haya escogido esa buena parte, y de que cada uno de ustedes, los maestros de todo el mundo, hayan escogido esa buena parte, de sentarse a los pies del Salvador y de convertirlo en el centro de todo lo que hacen. Los felicito por ese esfuerzo.

Hermano Smith: Jamie, si me lo permite, me gustaría hacerle una pregunta de seguimiento. El hermano Whimpey y el hermano Willard nos enseñaron de forma hermosa en cuanto a centrarse en lo más necesario, el objetivo de Seminarios e Institutos. Pero, Jamie, como maestra, ¿cómo sabe si el objetivo se está consiguiendo en la vida de sus alumnos?

Hermana Sorenson: Bien. No sé si esta respuesta será beneficiosa, pero me vino a la mente cuando las personas explicaban su experiencia. Es por medio de la relevancia, la pertenencia y la conversión que veo en su vida, ¿verdad? Esas tres cosas realmente nos señalan el objetivo. Veo que sucede por las conversaciones que tienen. Lo veo fuera de Seminario, lo veo cuando están en Seminario tomando notas y anotando sus experiencias. Son esas tres cosas las que verdaderamente nos señalan el objetivo.

Hermano Smith: Muchas gracias. ¿Cree que sería beneficioso, Jamie, que preguntara a sus alumnos, incluso de manera directa, si su experiencia en Seminario o en Instituto los está llevando a la conversión, la relevancia y la pertenencia?

Hermana Sorenson: Claro que sí. Y las evaluaciones que les damos y, tal vez de manera informal, preguntarles “¿cómo les está yendo? ¿Está funcionando?”. Creo que sería un buen indicador de cómo funciona el objetivo.

Hermano Smith: Gracias. Ahora quiero que se imagine que ha hecho esta pregunta a sus alumnos y que ellos determinan algo que creen que podría hacer que Seminario fuera un poco mejor, por ejemplo, en el ámbito de la pertenencia. Y dicen: “La hermana Sorenson es maravillosa, nos encanta su clase, es increíble”. Pero usted ve este pequeño detalle en sus respuestas en el cual identifica la oportunidad de generar más pertenencia. En ese caso, ¿qué le sería útil como maestra para poder generar más pertenencia en sus clases?

Hermana Sorenson: Creo que, para mí, como maestra, es muy beneficioso hablar de ello. Puedo decirle a mi supervisor: “Estos son algunos comentarios que estoy recibiendo, ayúdeme a evaluarlos para mejorar”. O puedo hablar con otros compañeros y decirles: “Ayúdenme a evaluar esto, ¿qué podría ser? ¿Cómo podría hacerlo mejor?”. Pienso que eso sería beneficioso.

Hermano Smith: Maravilloso. Y la razón por la que quería hacerle estas preguntas es que esa es exactamente la idea subyacente, no solo de la evaluación, sino también del manual La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio actualizado y de los recursos de capacitación, que un maestro pueda decir: “Quiero que mis alumnos puedan alcanzar el objetivo en su vida. Me he dado cuenta de que dicen que necesitan esto, ¿cómo puedo mejorarlo? Luego, al deliberar en consejo con otros maestros y el supervisor, y al hablar con los alumnos, podría reconocer algo en lo que usted podría mejorar. El manual proporciona una descripción y el recurso de capacitación brinda un modelo. Ahora tienen una habilidad que pueden poner en práctica y ojalá mejoren para que, con el propósito mismo que acaban de mencionar el hermano Willard y el hermano Whimpey, en la vida de ese alumno se logre el objetivo, que es ayudarlo a venir al Salvador.

Hermana Wendy Parker: Para mí, todo se remonta al objetivo. Nuestro objetivo comienza con Jesucristo. Él es el camino que nos llevará a nosotros —y a nuestros alumnos— al templo, y que, finalmente, nos llevará a vivir con nuestro Padre Celestial. Cada parte de este nuevo programa que he leído me ha centrado en Cristo. Cada habilidad se centra en Cristo. Para mí, eso fue muy poderoso personalmente. Y al coordinar a otros maestros y ayudarlos a desarrollar esas mismas cosas, estas herramientas servirán para cambiar nuestro programa de una manera muy positiva y para ayudar a los alumnos, por quienes me siento muy agradecida. Solo quería darles las gracias.

Hermano Whimpey: Sé que Shadrack, del Área África Oeste, tuvo una experiencia en la que ayudó a un alumno a tener ese tipo de experiencia en clase. Shadrack, ¿estaría dispuesto a compartir eso con todos nosotros?

Hermano Shadrack Bentum: Sí, hermano Bert, gracias. Tengo una alumna en mi clase que era muy tímida y que, por lo general, no leía en clase y no hacía ni respondía preguntas. Esto fue así durante un tiempo, hasta que apliqué algunos de los principios que se encuentran en “Conocer el nombre, las circunstancias y las necesidades de aprendizaje de cada alumno”, y me centré en la habilidad “Observar y preguntar en cuanto a los intereses de los alumnos”, en “Habilidades para el desarrollo del maestro”. Observé que, por lo general, la alumna venía a Instituto a estudiar para las pruebas y exámenes de su centro educativo. Así que me interesé por los estudios que ella estaba realizando y a veces le hablaba de sus tareas para casa. Luego me enteré de que ella también tenía una buena amiga en mi clase. Por lo general, la colocaba en el mismo grupo que su amiga en las actividades en grupo, las cuales yo solía realizar debido a esa alumna. Poco a poco, comenzó a leer en clase, a responder preguntas y a compartir experiencias. En uno de sus comentarios, ella dijo que solía ser muy tímida en clase, pero que ahora se sentía más segura. Actualmente presenta las asignaciones de su grupo en clase y siempre es de las primeras en llegar a clase. La experiencia de aprendizaje ha mejorado para ella.

Hermana Scott: Creo que esto nos conduce muy bien a una pregunta que tiene el hermano Douglas Franco. Él es de nuestra Área Sudamérica Noroeste y lo invitamos a formular su pregunta ahora.

Hermano Douglas Franco: Muchas gracias. Hola a todos. Sí, mi pregunta está relacionada con la función del maestro y la experiencia del alumno. ¿Cómo podemos saber mejor y estar seguros de que lo que estamos haciendo en la clase es ayudar al alumno a tener experiencias de conversión, relevancia y pertenencia? Por ejemplo, una clase centrada en Cristo que estamos enseñando puede ayudar con la conversión, pero, al mismo tiempo, enseñar por el Espíritu también puede ayudar con la conversión. Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de esto a fin de ayudar a nuestros maestros cuando tengan estas preguntas o quieran mejorar algunos de estos principios?

Hermano Willard: Hermano Franco, díganos dónde enseña. ¿Dónde está?

Hermano Franco: Gracias. Enseño en el Instituto de Bolivia, en Cochabamba, Bolivia.

Hermano Willard: Muy bien, hermano Franco. Nos alegra que esté hoy aquí. Hermano Franco, supongo que ha tenido algo de éxito al saber que esas experiencias de conversión están sucediendo en su clase. ¿Puede pensar en alguna ocasión en la que sintió que el Espíritu Santo le enseñaba que esas experiencias de conversión verdaderamente estaban teniendo lugar en su clase?

Hermano Franco: Sí. Creo que a veces los alumnos mencionan esto, a veces en clase y en ocasiones después de clase. A veces me escriben por WhatsApp, por ejemplo, y dicen: “Hermano Franco, gracias por la enseñanza, me sentí inspirado a hacer tal cosa”. A otros alumnos los veo escribiendo en el diario de estudio, incluso cuando no les doy instrucciones de escribir, pero siguen escribiendo y su actitud demuestra que están sintiendo algo. Creo que eso es digno de mención.

Hermano Willard: Eso es muy bueno. Me recuerda esas tres palabras que nos enseñó hace años el élder Bednar acerca de discernir, observar y escuchar al enseñar 5 . Para mí, esa es la esencia de lo que acaba de compartir con nosotros. Usted discernió u observó algunas cosas que habían sucedido, bien durante la clase o después de la clase. Gracias a esas observaciones, es como si el Espíritu Santo le estuviera enseñando algo que sucedió ese día y que fue importante. Hermano Franco, ¿qué podría hacer para continuar extendiendo esa práctica? ¿Qué podría hacer para…? Lo siento, no conozco la palabra en español. ¿Qué hará para aumentar las oportunidades de que eso suceda en su clase con más frecuencia?

Hermano Franco: He estado pensando en muchas cosas, ¡hay tantas! Por ejemplo, en las herramientas de evaluación. Creo que eso ayuda, como también que te observe otra persona, como un colega o un supervisor, para que yo pueda sentir y descubrir las cosas en las que tengo que mejorar. Pero al mismo tiempo, esta herramienta de evaluación que se da a los alumnos también es útil. La estamos usando. Es asombroso ver lo que sienten y lo que dicen en clase, lo que piensan del maestro, de la clase y de la función que desempeñamos. Es asombroso. Vemos los resultados y decimos: “Oh, no, debo mejorar en esto, o esto es lo que hago muy bien”. Pienso que usar esta herramienta puede ayudar, pero, al mismo tiempo, lo que me ayuda a dar lo mejor de mí mismo, como todos han mencionado, es ser guiado por el Espíritu, prestar atención a lo que ellos necesitan y comprobar si lo que hago los ayudará a cubrir esas necesidades.

Hermano Willard: Hermano Franco, muchas gracias. Mientras compartía ese testimonio, ese deseo de ser mejor, sentí que el Espíritu Santo me testificaba lo mucho que el Padre Celestial los ama a usted y a maestros como usted en todo el mundo. Si nos esforzamos al máximo por amar a Dios y a Sus hijos, Él nos bendecirá y nos revelará qué tal lo hacemos en esa clase, y nos hará saber si esas experiencias de conversión, relevancia y pertenencia están teniendo lugar, para ayudar a todos esos jóvenes y jóvenes adultos a acercarse más a Jesucristo. Por ello damos las gracias al hermano Franco y a todos ustedes por bendecir a todos esos jóvenes. Le agradezco que haya compartido su experiencia.

Hermano Franco: Gracias.

Hermana Newbold: Hermano Willard, gracias. Me encanta esa interacción con usted, hermano Franco, y me hago eco de su gratitud y amor por usted y por todos nuestros maestros. Pensaba asimismo en un par de cosas relacionadas con la conversión, la relevancia y la pertenencia. Creo que esto es muy importante: muchas personas han solicitado capacitación en cuanto a esos aspectos concretos y debemos recordar que la conversión al Salvador Jesucristo y a nuestro Padre Celestial, la relevancia y la pertenencia son los resultados de lo que estemos consiguiendo al enseñar. Pero si ellos no ven cómo ponerlo en práctica en su vida, entonces les resultará más difícil tener la experiencia que necesitan. El Espíritu Santo es quien hace eso.

Hermana Scott: La hermana Jamie Scott compartió una hermosa historia. Hermana Scott, ¿podría compartirla también con nosotros?

Hermana Jamie Scott: Sí, me encantaría. Al centrarme en los maestros semejantes a Cristo, no estoy comprometida a seguir un estilo o método en particular, sino a edificar la fe en Jesucristo y llegar a ser más semejante a Él. Un día, mientras enseñaba, tuve la impresión de preguntar a mis alumnos: “¿Qué clase de lección los ayudaría a acercarse más al Salvador?”. En mis cuatro clases se mencionó la música, así que decidimos tener un día en el que aprendiéramos sobre el Salvador por medio de la música. Los alumnos podían compartir un himno o una canción, cualquier cosa que los ayudara a acercarse más a Jesucristo. Algunos tocaron un instrumento, otros me pidieron que reprodujera una canción y otros cantaron. Hubo muchos himnos y canciones. Antes o después de compartir la música, hablaron sobre nuestro Señor y Salvador y testificaron de Él. Realmente fue un día en el que todos pudieron sentir el Espíritu. Algunos alumnos compartieron experiencias que estaban teniendo en ese mismo momento, y a otros el Espíritu los hizo recordar alguna verdad que habían aprendido en el pasado y el Espíritu les volvió a testificar de esa verdad.

Había un joven en particular que asistía a Seminario, pero que habría preferido no estar allí. Levantó la mano y dijo: “No he sentido el Espíritu en más de cuatro años, pero cuando Ben tocó el himno ‘Yo sé que vive mi Señor’ con la viola, sentí el Espíritu y fue un sentimiento muy bueno”. Estoy muy agradecida de que el Señor sepa exactamente lo que necesitan Sus escogidos, y por haber escuchado y preguntado lo que ellos querían, para que ese joven en particular pudiera sentir el amor del Salvador y saber quién es, y que es amado.

Hermana Scott: Gracias por compartirlo. Hermano James, ha levantado la mano.

Hermano James: Oh, gracias. Quiero agregar algo más a lo que se ha dicho hasta ahora. Estas experiencias han sido maravillosas para mí personalmente. He tratado de aplicar las herramientas de medición y los materiales de observación que se entregaron a todos los alumnos la última vez. Lo aplico en mi clase y fue algo muy revelador para mí. Tal como se ha enseñado hoy aquí, la esencia de este indicador es ayudarnos a recibir más revelación sobre los aspectos que podemos mejorar.

Me gustaría leer una de las cosas que uno de los alumnos de mi clase dijo en una encuesta sobre la relevancia de las experiencias en clase. Después de la encuesta, yo estaba analizando la información a partir de los datos obtenidos y me topé con esta afirmación en una de las preguntas que el alumno respondió. Este dijo: “La clase ha sido muy relevante para mí porque el maestro me ayuda a relacionar con mi vida, de manera personal, los principios del tema del Evangelio que he aprendido”. El siguiente alumno también habló de lo que yo podía hacer para ayudarlo a mejorar. Él dijo: “Me gustaría que mi maestro me involucrara en los análisis de clase y que también me hiciera preguntas”.

Estas son las cosas que normalmente no habría podido averiguar. Al analizar estos materiales después de observarme los alumnos y el supervisor, y al realizar mi propia autoevaluación, se me abrieron los ojos para ver en qué debo mejorar. Estas 25 habilidades y prácticas son maravillosas, muy fáciles de poner en práctica incluso durante la presentación de la lección. Gracias.

Hermano Wilkins: Solo quería compartir una experiencia rápida que me enseñó el poder de combinar tanto el centrarnos en el objetivo como en las habilidades. El otro día, en clase, tuvimos una conversación muy centrada en Cristo sobre el arrepentimiento, y no solo de arrepentirnos de nuestra conducta, sino del principio de que podemos acercarnos a Cristo y pedirle que fortalezca nuestras debilidades. También pensé en algunas habilidades que se encuentran en los materiales de capacitación. Mientras observaba a los alumnos haciendo el análisis, vi a una joven, porque me centré en ella aplicando la habilidad de mirar a las personas a los ojos y hacer preguntas de seguimiento. Vi que se secaba los ojos y tuve la impresión de hacerle una pregunta de seguimiento. Le dije: “Nikki, ¿podrías compartir lo que el Espíritu te ha enseñado?”. La joven abrió el corazón, lloró y dijo que había recibido la respuesta a algo por lo que había orado cinco años, porque había tratado de arrepentirse, pero nunca le había pedido al Señor que le cambiara el corazón.

Por ello, fue bueno que me centrara en el objetivo a lo largo de toda la clase, con una conversación muy centrada en Cristo. Y porque me centré en una habilidad, me alegró mucho haber prestado atención y, simplemente, hacer una pregunta de seguimiento y mirar a las personas a los ojos. El resultado fue una experiencia realmente buena y espero que fuera una experiencia que cambia vidas. Para mí, eso marca la diferencia en cuanto a por qué el objetivo es el punto de partida, pero centrarnos en las habilidades luego nos permite ayudar a profundizar en ese objetivo.

Hermana Scott: Gracias, hermano Wilkins. La conexión humana, simplemente establecer contacto visual con alguien, invita a interactuar y a tener una experiencia personal con usted. ¡Qué maravillosa ilustración! Hermano Mark Espidita.

Hermano Mark Espidita: Como coordinador, comencé a utilizar los materiales que se nos dieron hace unos dos meses para las nuevas capacitaciones en Canvas. Comparé cómo reaccionaron los maestros con las cosas que publiqué en mis capacitaciones anteriores, usando el antiguo manual de La enseñanza y el aprendizaje del Evangelio. Antes no había mucha interacción en nuestro foro de análisis. Hace poco, cuando comencé a utilizar estos temas del nuevo manual, me di cuenta de que los maestros estaban más involucrados, que eran muy abiertos al compartir sus experiencias.

Solo quiero compartir uno de los comentarios, de uno de los maestros. Fue una capacitación que impartí hace unas semanas, que trataba de orar por las personas a las que se enseña mencionando su nombre. Recibí comentarios muy buenos e increíbles. Una de las cosas que dijo uno de los maestros fue… Voy a leer el comentario. Dice así: “Fue un gran recordatorio como maestros. Hay momentos en los que estamos muy ansiosos por enseñar a los alumnos y permitirles sentir el Espíritu en la clase por medio de nuestra preparación. Sin embargo, lo que importa de verdad es la forma en que el mensaje de la lección se puede adaptar de acuerdo con sus necesidades. Los alumnos necesitan un mensaje que sea relevante para ellos. Por eso, orar por ellos individualmente puede marcar una diferencia al preparar lecciones para ellos. Nos abre una especie de vía en la que el Espíritu nos puede guiar cuando hablamos y enseñamos”. No me di cuenta de que esto iba a tener una influencia tan poderosa en ellos. En mi opinión, estos materiales son muy útiles para nuestros maestros. Eso es todo.

Hermana Scott: Hermano Kevin Brown, ¿le gustaría compartir algo con nosotros?

Hermano Kevin Brown: He sentido muy fuertemente el proceso de revelación integrado en toda esta capacitación y en todas las herramientas que se nos han dado, y me siento muy agradecido por ello. En mis notas apunté que, si averiguo algo —y ojalá que lo haga por medio del Espíritu Santo, especialmente por medio del Espíritu Santo—, ¿con cuánta urgencia y deliberación debo actuar, cambiar o aplicarlo? Alguien dijo antes que es el Espíritu Santo el que determina la relevancia para los alumnos, pero hoy me vino a la mente que también es el Espíritu Santo el que establece la relevancia para el maestro. Por ello, si averiguo por el Espíritu que debo actuar o aplicar algo, debo hacerlo rápidamente. Sentí firmemente que, al hacerlo, ocurrirán milagros en la clase y que los maestros podrán ser testigos de ello.

Hermana Scott: Muchas gracias por compartir ese mensaje con nosotros. Tenemos otra mano levantada. Hermano Castro, ¿le gustaría compartir algo con nosotros?

Hermano Castro: Sí, hermana Scott, gracias. Me vino a la mente un pensamiento o una enseñanza del élder David A. Bednar, quien dijo: “Una cosa es saber que Jesucristo vino a la tierra para morir por nosotros, lo cual es básico y fundamental respecto a la doctrina de Cristo; pero también es necesario que reconozcamos que el Señor desea, mediante Su expiación y por medio del poder del Espíritu Santo, vivir en nosotros, no solo para guiarnos, sino también para darnos poder” 6 . Eso es lo que sentí hoy, que el Señor realmente desea ayudarnos en esta gran obra, y que podemos ayudar a sentir lo mismo a nuestros jóvenes y maestros llamados.

Hermana Scott: Muchas gracias, hermano Castro. Gracias a todos los que han participado hoy. Hemos escuchado testimonios maravillosos sobre la manera de aplicar los puntos que hemos estado analizando hoy de una manera muy personal. Me gustaría agregar mi testimonio solemne. Sé que esta es la obra del Señor. Sé que Él está interesado en nuestro desarrollo personal y en nuestra capacidad de conectarnos con los jóvenes y los jóvenes adultos a quienes enseñamos. Sé que Él ayudará a cada uno de ustedes a medida que pongan en práctica todas estas diferentes herramientas de las que hemos hablado, de una manera que sea personal para ustedes. Y que Cristo, por medio del Espíritu Santo, les dirá en qué deben mejorar. Y exactamente aquello en lo que tienen que mejorar, como lo ilustran todos nuestros relatos de hoy, es justo lo que esa persona necesita escuchar y, por medio de ustedes, podrá venir a Cristo. Doy testimonio de estas cosas. En el nombre de Jesucristo. Amén.