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La crianza de los hijos de forma recta y deliberada


“Righteous, Intentional Parenting”, Ensign, marzo de 2019

La crianza de los hijos de forma recta y deliberada

La autora vive en Texas, EE. UU.

La crianza de los hijos no es fácil, pero el ejemplo del Salvador puede inspirarnos a desempeñarnos como padres de forma recta y deliberada.

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Una madre con su hija

Ilustración por Malte Mueller/Getty Images.

Durante una ajetreada tarde en casa, pedí a todos mis hijos que comenzáramos la costumbre diaria de limpiar entre todos después de la cena. Una de mis hijas simplemente estaba de mal humor, quejándose de que las cosas eran demasiado difíciles y recordándonos a gritos a todos que le estábamos haciendo la vida imposible. Al dar la vuelta molesta para entrar en la cocina, el tazón de vidrio que llevaba se cayó al suelo y se hizo añicos por toda la cocina. ¡Aquello era un desastre!

La miré, noté que tenía los ojos llenos de lágrimas, y acudió a mi mente un pensamiento inspirado: “¿Qué haría Jesús?”.

De modo que me incliné y empecé a ayudarle a limpiar. Trabajamos una junto a la otra en silencio hasta terminar. Como quince minutos después, ella me buscó, se me acercó para abrazarme y me dijo: “Mamá, siento mucho haber roto el tazón”. Con una perspectiva clara en el corazón, no me fue difícil responder: “Está bien, es solo un tazón. A ti te quiero mucho más”.

La crianza de los hijos deliberada y cristiana

En su primera declaración pública como Presidente de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson dijo: “Doy gracias a Dios […] por los padres y las madres que toman en serio su compromiso de criar a los hijos de forma recta y deliberada”1.

Es probable que la mayoría de los padres tengan la esperanza de ser parte de ese grupo. La familia y la labor que realizamos en el hogar son temas de mucho interés para nosotros. Sin embargo, no es ningún secreto que el ser padres es sumamente difícil. Cuán bendecidos somos de tener el ejemplo de nuestro Salvador al navegar por el aprendizaje de cómo criar a los hijos de forma recta y deliberada.

¿En qué consiste la crianza de los hijos de manera recta y deliberada? La crianza de los hijos de forma deliberada consiste en criar a los hijos a la manera de Cristo. Es decidir cómo responder (en lugar de reaccionar) a la conducta de los hijos con un propósito y de forma intencional de manera que se enseñen habilidades y se estreche la relación.

En nuestro papel de guardianes de la familia, nuestra mayor responsabilidad es formar un hogar lleno de un amor semejante al de Cristo, un hogar con un entorno de enseñanza seguro donde los hijos puedan aprender acerca de la felicidad que se deriva de hacer lo correcto. El hogar es un lugar donde los padres son ejemplos de compasión y de ver lo bueno en los demás. No es un lugar que se gobierna a base de temor y dominio, sino un santuario donde el crecimiento se reconoce y se fomenta.

El modelo de la crianza de los hijos de forma deliberada

¿De qué manera criamos a los hijos como Jesucristo lo haría y fomentamos ese tipo de entorno en el hogar? Seguimos Su ejemplo. Hacemos todo lo posible por seguir Sus pasos, sobre todo al honrar nuestra función sagrada de padres2. La crianza de los hijos que es cristiana y deliberada se practica con determinación, resolución y sincera atención. En realidad, se manifiesta en una experiencia de aprendizaje para el progenitor que se realiza de forma deliberada debido a que abrimos la mente y el corazón al crecimiento.

Hay muchas maneras de poner en práctica el ejemplo del Salvador en nuestra vida y, a medida que aprendemos más acerca de Él, descubrimos muchos atributos divinos que nos sirven de guía en cuanto a cómo interactuar con nuestros hijos y cómo criarlos. Las siguientes son cuatro maneras de poner en práctica Su ejemplo en nuestro compromiso de criar a los hijos de forma recta y deliberada.

1. Sea un ejemplo en toda la extensión de la palabra.

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Un padre y su hija juegan a lanzar una pelota

Ilustración por Malte Mueller

Ejemplo de Jesucristo

  • Jesús fue paciente, compasivo, longánimo y bondadoso. Él es el “ejemplo supremo del poder de la humildad”3. Nos enseñó a “camina[r] en la mansedumbre de [Su] Espíritu” (Doctrina y Convenios 19:23).

  • Jesús no injuriaba, lo cual significa que nunca habló a los demás de manera abusiva ni con desprecio. Aun cuando se enfrentó a la crueldad, sabía que la mejor manera de cambiar corazones era por medio del amor y la comprensión. No injuriar ni emplear lenguaje abusivo es uno de los mensajes más importantes que el Salvador nos dio. Él nos recordó que “aquel que tiene el espíritu de contención no es mío” (3 Nefi 11:29).

Aplicación a la crianza de los hijos

  • Manténgase cerca de sus hijos. Aprenda a escucharlos sin juzgarlos ni menospreciarlos, para que cuando necesiten ayuda acudan a usted. Preste atención al punto de vista de ellos cuando algo salga mal y permita que las dificultades que tengan lo llenen de compasión a usted.

  • Mantenga la calma y la prudencia en esos momentos en que los ánimos se caldean. Recuerde que sus hijos aprenden del ejemplo de usted, de modo que procure desarrollar atributos como la longanimidad, la paciencia, la benignidad y la mansedumbre (véase Alma 13:28).

  • Sea un ejemplo de felicidad. Mire el lado positivo de las cosas y muestre a sus hijos cómo manejar la desilusión y el conflicto de una manera saludable. Por ejemplo: “Me fue mal en el trabajo, pero vamos a lanzar la pelota. Eso me ayudará a sentirme mejor”.

2. Enseñe a sus hijos.

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Padres leyendo con un niño

Ilustración por Malte Mueller

Ejemplo de Jesucristo

  • Jesús pasó la mayor parte de Su ministerio en la tierra enseñando. Él enseñó los mismos principios varias veces, cambiando la manera de enseñar a fin de adaptarla a los que lo escuchaban.

  • Jesús sabía que a menudo se cometían pecados porque los pecadores no entendían a plenitud las bendiciones que se reciben por guardar los mandamientos. Enseñó acerca del Padre Celestial y del Evangelio, y perdonó a los que se arrepintieron.

  • Dijo que debemos venir a Él con “un corazón quebrantado y un espíritu contrito” (3 Nefi 9:20), lo que nos hace más receptivos y enseñables.

Aplicación a la crianza de los hijos

  • Usted es el maestro de su hijo. Si un hijo se comporta mal, en lugar de recurrir al castigo, piense en cómo puede enseñarle mejor a comportarse bien. Hágase esta pregunta: “¿Qué necesita aprender mi hijo?”. La enseñanza permite que su hijo desarrolle habilidades que le servirán en el futuro.

  • Enseñe en el momento en que su hijo esté listo para aprender. Espere a que sea enseñable; para ello, dedique tiempo a infundirle calma y a calmarse usted también (véase 3 Nefi 17:3). Cuando esté listo, enséñele sobre las conductas específicas que a usted le gustaría ver. Encuentre un entorno que no sea amenazante para la enseñanza, como en una reunión familiar en la que se hagan dramatizaciones. Para que el aprendizaje de nuevas habilidades sea una experiencia feliz, dé muchos elogios.

  • Reoriente a sus hijos. Céntrese en la forma positiva del comportamiento. Por ejemplo, en lugar de decir: “Deja de correr”, diga: “Mejor camina”. Centre su energía en enseñarles lo que deben hacer.

  • Tenga la disposición de enseñar el mismo concepto varias veces, ya sea que enseñe a su hijo acerca de la fe o de poner en orden su habitación. El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) nos recordó que “la repetición es una de las leyes del aprendizaje”4.

3. Fíjese en lo bueno.

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Una madre y su hijo pasando la aspiradora

Ilustración por Malte Mueller

Ejemplo de Jesucristo

  • Jesús “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38) y señalaba lo bueno que veía en los demás (véanse, por ejemplo, Juan 1:47; 3 Nefi 27:30).

  • Nuestro Salvador enseñó la ley de la cosecha, o sea que cosechamos aquello que sembramos. Enseñó que, para dar buen fruto, la tierra debe nutrirse y cuidarse (véanse Jacob 5; Doctrina y Convenios 6:33).

Aplicación a la crianza de los hijos

  • Fíjese en lo bueno que hay en sus hijos. Edifíquelos y hágales saber que todo lo bueno que hacen es valorado y no pasa desapercibido. Prestar atención a su hijo cuando se comporta bien es la mejor manera de hacer que esa conducta sea más sólida. Él conectará los buenos sentimientos con el buen comportamiento y, como resultado, a su hijo llegará a gustarle hacer lo correcto.

  • Haga uso de los elogios como herramienta para cultivar en él un carácter firme. Diga cosas como: “Gracias por esperarme; eso es ser paciente”. Los hijos responden mucho mejor a la responsabilidad si saben que sus buenas obras serán reconocidas.

4. Permita que sus hijos tomen decisiones.

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Una niña seleccionando caramelos

Ilustración por Malte Mueller/Getty Images

Ejemplo de Jesucristo

  • El Salvador dio Su vida por nosotros a fin de que aprendiéramos y llegáramos a ser mejores por medio de nuestras decisiones, incluso la de abrir nuestro corazón al arrepentimiento y al perdón.

  • El Salvador se vale de leyes para guiar nuestras decisiones y para enseñarnos la relación que hay entre el albedrío y las consecuencias.

Aplicación a la crianza de los hijos

  • Mantenga una perspectiva a largo plazo y ayude a sus hijos a llegar a ser adultos fuertes y capaces; para ello, establezca expectativas claras y deles autonomía y control sobre sus decisiones.

  • Permita que las decisiones que sus hijos tomen se conviertan en un vehículo para que aprendan muchas lecciones de la vida. No les quite la oportunidad de que aprendan de las consecuencias que conlleva ejercer el albedrío.

Cómo establecer un hogar en el que haya amor

Todos tenemos dificultades y pruebas dentro de las paredes del hogar. No hay un solo hogar en el que no haya retos, ya que eso es parte del plan del Padre Celestial para refinarnos a fin de que alcancemos todo nuestro potencial como padres eternos. Sin embargo, Él no desea que simplemente pasemos por las aflicciones; más bien, nos pide que procuremos Su consejo y que estemos dispuestos a cambiar y mejorar; y, por Su parte, Él magnificará nuestras habilidades. Con Su ayuda, podemos comprometernos a criar a nuestros hijos de forma recta y deliberada por medio del Espíritu, con el tipo de crianza que nos garantiza que, siempre y cuando estemos centrados en Jesucristo y en Su evangelio, desde una perspectiva eterna “nada podrá ir permanentemente mal”5.

Seguir el modelo del Salvador (aun cuando usted sienta que hay poca esperanza) le ayudará a mantener a sus hijos cerca y contribuirá a que tenga un semblante semejante al de Cristo. La crianza de los hijos de forma deliberada lo mantiene enfocado en la labor más gratificante que jamás llevará a cabo: establecer un hogar en el que reine el amor.

Notas

  1. Véase Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, Liahona, abril de 2018, pág. 5.

  2. Véase “Yo trato de ser como Cristo”, Canciones para los niños, págs. 40–41.

  3. Richard C. Edgley, “El poder que otorga la humildad”, Liahona, noviembre de 2003, pág. 99.

  4. Gordon B. Hinckley, “Y se multiplicará la paz de tus hijos”, Liahona, enero de 2001, pág. 61.

  5. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Howard W. Hunter, 2015, pág. 1.

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