2021
José Smith — Mi profeta
Enero de 2021


“José Smith — Mi profeta”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2021, págs. 8–11.

Ven, sígueme

José Smith — Mi profeta

Él también es tu profeta. Puedes estudiar sus enseñanzas este año para hacer que lo sea aún más.

José Smith

Algo que el presidente Russell M. Nelson dijo en la Conferencia General de abril de 2020 me llamó la atención: “Sin importar dónde vivan ni cuáles sean sus circunstancias, el Señor Jesucristo es su Salvador, y José Smith, el profeta de Dios, es su profeta” (“Escúchalo” [Liahona, mayo de 2020, pág. 88]).

Desde que era joven, así es como me he sentido: José Smith es mi profeta. Más que nadie, este profeta de la Restauración me ha ayudado a conocer a Jesucristo y Su evangelio. Estudié las revelaciones de Doctrina y Convenios, y cuando era adolescente, devoré el libro que mi padre me dio de las enseñanzas del profeta José Smith. El estudio de esas enseñanzas se convirtió en un componente fundamental de mi testimonio del Evangelio restaurado.

Desde entonces, he pensado: ¿qué fue lo que me impresionó tanto de las enseñanzas de José Smith? ¿Qué le permitió al Espíritu testificarme de manera tan potente de su veracidad? Yo diría que fueron tres cosas: (1) él sabía lo que sabía, y lo declaró con audacia; (2) podía explicar con claridad las verdades que había aprendido por medio de la revelación; y (3) su carácter y personalidad siempre brillaron.

Sabía lo que sabía, y lo declaró con audacia

Desde la Primera Visión, José Smith se enfrentó a la persecución por compartir lo que aprendió a través de la revelación, pero sabía que no podía echarse atrás: “… ¿Por qué me persiguen por decir la verdad? En realidad he visto una visión, y ¿quién soy yo para oponerme a Dios? O, ¿por qué piensa el mundo hacerme negar lo que realmente he visto? Porque había visto una visión; yo lo sabía, y sabía que Dios lo sabía; y no podía negarlo, ni osaría hacerlo” (José Smith—Historia 1:25).

Aunque sabía que al hacerlo acarrearía más persecución y odio, José Smith declaró con valentía las verdades que aprendió de Dios el resto de su vida.

Ejemplo:

Aunque la mayoría de las personas del mundo cristiano creían que Dios había creado al hombre de la nada, José Smith enseñó con confianza algo distinto:

“También el hombre fue en el principio con Dios. La inteligencia, o sea, la luz de verdad, no fue creada ni hecha, ni tampoco lo puede ser” (Doctrina y Convenios 93:29).

“… [E]l alma, la mente del hombre, el espíritu inmortal. ¿De dónde vino? Todos los sabios y los doctores de teología dicen que Dios lo creó en el principio; pero no es así. Según mi concepto, la sola idea rebaja al hombre. No creo en esa doctrina; tengo mejor criterio. Óiganlo, todos los confines del mundo, porque Dios me lo ha dicho; y si no me creen, no por eso invalidan el efecto de la verdad” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 220–221).

José Smith enseñando

Explicó las verdades con claridad

José Smith insinuó a veces que sabía mucho más sobre los misterios de Dios de lo que podía compartir con el mundo. Sin embargo, cuando enseñaba, lo hacía de tal forma que las verdades de Dios parecían claras y sencillas.

Ejemplo:

Desde la Primera Visión en adelante, José Smith aprendió muchas verdades sobre la naturaleza de Dios el Padre Eterno, y en sus enseñanzas explicó el significado de estas. Por ejemplo, dijo:

“Si los hombres no comprenden la naturaleza de Dios, no se comprenden a sí mismos” (Enseñanzas: José Smith, pág. 42). Esa es una afirmación bastante clara que llega al fondo de la cuestión sobre quién es Dios, quiénes somos, cuál es nuestra relación con Él y cuál es nuestro potencial.

Siguió con esta declaración: “¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado…!” (Enseñanzas: José Smith, pág. 42). Todavía más claro.

Luego, enseñó esto: “Dios, hallándose en medio de espíritus y gloria, porque era más inteligente, consideró propio instituir leyes por medio de las cuales los demás podrían tener el privilegio de avanzar como Él lo había hecho (Enseñanzas: José Smith, pág. 221). José Smith expresó aquí algo que es fundamental para el plan del Padre Celestial: Él quiere que lleguemos a ser como Él.

José Smith hablando

Su carácter y personalidad resplandecen

La manera en que José Smith se expresaba nos da una idea de quién era y cómo era, como persona y como profeta. Eso es importante, porque conectar con las personas de alguna forma facilita conectar con sus ideas. El carácter de José brilla a través de sus enseñanzas.

Ejemplo:

Aunque José Smith era en general jovial por naturaleza (véase José Smith—Historia 1:28), cuando se trataba de lo que el Señor mandaba, no lo tomaba a la ligera. Había aprendido por experiencia cuáles serían las consecuencias de desviarse de tales mandamientos (véase por ejemplo, Doctrina y Convenios 3:4–9). Me parece fascinante que combinara una naturaleza alegre con un discipulado solemne, y personalmente, puedo identificarme con ello.

José Smith jugando

Ahora bien, como profeta de la Restauración, a José Smith se le mandó que enseñara las verdades reveladas de Dios, muchas de las cuales eran nuevas para todos. José tuvo que intentar ayudar a las personas a aprender esas nuevas verdades, pero a veces era frustrante. Él dijo una vez:

“Ha sido muy difícil hacer que algo penetre en la cabeza de los de esta generación. Ha sido como tratar de partir el nudo de un abeto usando un trozo de pan de maíz como cuña y una calabaza como mazo [martillo de madera]. Incluso los santos son tardos para entender” (Enseñanzas: José Smith, pág. 553).

Este era un tema serio para José Smith. Debe haber habido muchas cosas que deseaba que las personas supieran, entendieran, aceptaran y vivieran, y simplemente, no quisieron hacerlo; pero una sencilla analogía de la frontera de los Estados Unidos del siglo XIX produce una imagen divertida y nos abre una pequeña ventana a la personalidad de José Smith.

Hay muchos otros aspectos del carácter de José Smith que brillan a través de sus enseñanzas. Por ejemplo, su amor por los amigos: “[M]i corazón ama a aquellos que me aman y mis manos se esforzarán por los que se afanan por mí, y siempre permaneceré fiel a mis amigos” (Enseñanzas: José Smith, pág. 492).

O su bondad y generosidad: Una vez, cuando unos hombres decían cuánto compadecían a un hombre cuya casa se había quemado, José Smith dijo de inmediato: “Yo compadezco a ese hermano en la cifra de cinco dólares. ¿En cuánto lo compadecen ustedes?” (Enseñanzas: José Smith, pág. 490).

Luego está el amor por la familia, la integridad, la humildad, la confianza, la justicia y la equidad, la fe en medio de las pruebas y el sufrimiento. Está todo ahí, expresado junto a verdades eternas y principios que poner en práctica.

Él es mi profeta

Por supuesto, José Smith sigue siendo atacado y criticado hoy en día, por supuesto, pero como él dijo: “Nunca les dije que era perfecto; pero no hay error en las revelaciones que he enseñado” (Enseñanzas: José Smith, pág. 555). Podemos dar un testimonio valiente del hecho de que fue un profeta. Me ha resultado fácil testificar sobre José Smith, no porque haya una respuesta sencilla a todas las preguntas que las personas puedan hacerse sobre él, sino porque he estudiado sus revelaciones y enseñanzas proféticas y he sentido al Espíritu Santo testificar que son verdaderas. Es como cuando en una ocasión, José Smith dijo:

“… Puedo saborear los principios de vida eterna, y ustedes también pueden. Yo los recibo por medio de las revelaciones de Jesucristo; y sé que cuando les declaro estas palabras de vida eterna, así como se me han comunicado, ustedes las saborean y sé que en ellas creen. Dicen que la miel es dulce y yo también lo afirmo. También, puedo probar el espíritu de la vida eterna, y sé que es bueno; y cuando les hablo de esas cosas que se me han dado por la inspiración del Espíritu Santo, seguro las recibirán como algo dulce y se regocijarán más y más” (Enseñanzas: José Smith, pág. 558).

He saboreado esa dulzura; mi profeta, José Smith, la compartió conmigo. Y como dijo el presidente Nelson, él también es tu profeta. Puedes llevar a cabo un estudio serio de su vida y sus enseñanzas este año con Ven, Sígueme. Luego, podrás ser testigo de las dulces verdades que él te ha ayudado a saborear.