“Aprender el idioma del Espíritu”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2021, págs. 16–18.
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Aprender el idioma del Espíritu
La revelación es como un idioma que cada uno de nosotros necesita aprender.
Aprender un nuevo idioma puede ser un trabajo difícil. Si alguna vez has tenido una clase de lengua en la escuela o has intentado aprender un idioma por tu cuenta, ¡puede que sepas esto por experiencia! Requiere mucho trabajo y dedicación. Aprendí español en mi misión, lo cual era difícil al principio, pero con la ayuda del Espíritu, llegué a dominarlo.
Me gusta pensar en la revelación como un tipo de idioma —el idioma del Espíritu— que necesitamos aprender durante nuestra vida. El presidente Russell M. Nelson ha dicho: “En los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo”1.
Cuando piensas en ello, aprender un nuevo idioma y aprender el idioma del Espíritu tienen mucho en común. Echa un vistazo a las siguientes similitudes; pueden ayudarte mucho a aprender más sobre cómo recibir revelación mediante el idioma del Espíritu.
Estilos de aprendizaje
Para conseguir recordar las cosas al empezar a aprender un nuevo idioma, hay diferentes enfoques que funcionan para diferentes personas. Personalmente, estudiar la gramática y tomar notas me ayudó mucho a aprender español. Otros misioneros preferían practicar conversación con su compañero. Un enfoque podría ayudar más que otro; encuentra el que es mejor para ti.
No todos sentimos el Espíritu ni lo escuchamos de la misma manera. Por ejemplo, mi madre. Durante un tiempo, mientras crecía, me preocupaba no poder sentir el Espíritu porque nunca recibía las impresiones de la manera que ella lo hacía. Ella siempre describía las impresiones como palabras que venían a su mente. A mí nunca me había sucedido eso, así que pensé que yo no podía sentir el Espíritu. Sin embargo, he descubierto con el tiempo que el Espíritu se comunica conmigo, sobre todo, a través de sentimientos o impresiones más que a través de palabras. Normalmente, los sentimientos de paz, gozo y amor están asociados con mi experiencia de revelación.
Al igual que con los estilos de aprendizaje, no hay una manera de sentir el Espíritu que sea mejor que otra. Cada persona es única, por lo tanto, el Espíritu se comunica con cada uno de nosotros de forma diferente. En Doctrina y Convenios podemos aprender sobre todas las maneras en que el Espíritu puede hablarnos. Él puede “[iluminarnos] la mente”, “[hablar] paz a [nuestra] mente”, “[hablar] a [nuestra] mente y a [nuestro] corazón” o podemos sentir un ardor en el pecho o “sentir que está bien”, así como muchas otras maneras (véase Doctrina y Convenios 6:15, 23; 8:2; 9:8).
A medida que estudiamos las Escrituras y practicamos el escuchar al Espíritu, podemos reconocer cómo Él nos habla.
Pide ayuda
Cuando uno aprende un idioma, puede ser muy útil obtener ayuda de alguien que sepa el idioma. Sin duda, los libros y otros recursos ayudan, pero hablar con alguien que sepa el idioma acelera el proceso.
Cuando queremos aprender más sobre el Espíritu, podemos obtener ayuda adicional si preguntamos a personas que conocemos cómo lo hacen: familiares, líderes o amigos. Pero lo más importante es preguntar al Padre Celestial. Podríamos pedirle, por ejemplo, más oportunidades de escuchar al Espíritu o ayuda para reconocer cuando recibimos impresiones. Si somos humildes, le pedimos que nos ayude, y tenemos fe en que nos ayudará a aprender cómo sentir el Espíritu, Él nos ayudará.
Toma notas
Cuando uno aprende un idioma, tomar notas también puede ser muy útil. Yo llevaba conmigo un pequeño cuaderno durante el día para anotar nuevas palabras de vocabulario que escuchaba, e intentaba escribir en mi diario en español cada noche para poder practicar. Nuestra memoria no es perfecta, así que tomar notas nos permite volver a revisarlas.
Nuestros líderes nos han invitado a escribir las impresiones espirituales para que no las olvidemos2. Tomar notas de ello puede ayudarnos con el Espíritu de varias maneras: (1) Puede ayudarnos a recordar impresiones y sentimientos después de que haya pasado un tiempo. Puede que una impresión anterior te ayude en el futuro, o que simplemente te recuerde que el Espíritu realmente te ha hablado. (2) También es una gran manera de hacer un seguimiento de cómo has sentido el Espíritu en el pasado para poder reconocerlo mejor en el futuro. Así, puedes empezar a reconocer el Espíritu más claramente.
Sigue intentándolo
Y por último, pero no por ello menos importante, no te rindas. Incluso con el don de lenguas, es muy probable que no aprendas un idioma perfectamente de la noche a la mañana. A medida que sigas practicando y trabajando arduamente, lo aprenderás, pero debes tener fe y seguir perseverando.
Aprender a recibir revelación y llegar a estar más en sintonía con el Espíritu es realmente un esfuerzo de toda la vida. Estoy segura de que si preguntaras a tus padres o líderes de la Iglesia, dirían que también están trabajando en ello todavía. Así que no te desanimes si sientes que te está llevando un tiempo; ¡no te ocurre solo a ti! Todos necesitamos tiempo para aprender un nuevo idioma. Sé paciente, sigue intentándolo y el Señor estará ahí para ayudarte a aprender el idioma del Espíritu.