“Hallar la Iglesia en Bosnia y Herzegovina”, Historias mundiales: Bosnia y Herzegovina, 2019
“Hallar la Iglesia en Bosnia y Herzegovina”, Historias mundiales: Bosnia y Herzegovina
Hallar la Iglesia en Bosnia y Herzegovina
Ya en 1975 había bosnios viviendo fuera de su país que empezaban a unirse a la Iglesia. Algunos de esos conversos llegaron a servir en misiones y en sus congregaciones, pero ninguno logró llevar el Evangelio a Bosnia. Los primeros miembros que vivieron en Bosnia no eran de allí; algunos se trasladaron a ese país en asignaciones provisionales de trabajo. En la década de 1990, durante la guerra de Bosnia, muchos Santos de los Últimos Días se reunieron regularmente en grupos compuestos por militares. Después de la guerra se formaron pequeños grupos de familias extranjeras y de personas que residían en el país; pero no fue hasta que el élder Russell M. Nelson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, visitó Sarajevo en 2010 y dedicó el país para la obra misional, que los miembros que vivían en la ciudad se organizaron formalmente en una rama. Aquella pequeña unidad siempre comenzaba las reuniones semanales con un consejo de rama para analizar cómo darse a conocer en la comunidad y presentar el Evangelio a sus amistades. Fue mediante este tipo de enfoque que se unieron a la Iglesia las primeras familias de Bosnia.
En Banja Luka, Vicky Tadić, de dieciséis años, fue una de los primeros bosnios en asistir a la Iglesia. Cuando tenía seis años, su abuelo la animó a que aprendiera inglés y le prometió que algún día le resultaría útil. En 2008, la familia Rowe se mudó a su vecindario procedente de los Estados Unidos. Vicky solía traducir para sus hermanos más pequeños cuando estos se ponían a jugar con los hijos de Brooke y Ed Rowe. Vicky ganó confianza con Brooke y le mencionó que había algo diferente en David, el hijo de los Rowe que tenía una edad parecida a la suya. Brooke respondió con una invitación a acompañarlos a la Iglesia ese domingo. A Vicky le sorprendió que las reuniones dominicales tuvieran lugar en la sala de estar de la familia, pero le encantó el servicio, especialmente el discurso del pequeño Jessie, de cuatro años, sobre el Espíritu Santo. Unas horas más tarde, mientras se dirigía a la ciudad para comprar pan, Vicky iba reflexionando sobre su experiencia en las reuniones. Al acercarse a unos cubos de basura para tirar unos papeles, oyó una voz que le dijo que se alejase de allí. Instantes después, un automóvil chocó contra ese mismo sitio. Cuando Vicky compartió la experiencia con Brooke, esta le explicó que el Espíritu Santo puede avisarnos cuando hay un peligro. Vicky tomó la decisión de hacer lo que fuese necesario para recibir la compañía constante del Espíritu Santo.
Con la esperanza de que su familia también recibiera el Evangelio, Vicky decidió compartir el Libro de Mormón con su madre y terminó invitando a toda la familia a acompañarla a las reuniones. Al no haber misioneros, Vicky traducía para Ed Rowe, Johann y Ursula Wondra y los misioneros que prestaban servicio en Croacia mientras estos le enseñaban el Evangelio a su familia. Finalmente, en junio de 2011, toda la familia, incluida la abuela de Vicky, viajó hasta el centro de reuniones más próximo, situado en Belgrado, Serbia, para bautizarse.
Ese mismo mes llegaron a Sarajevo Phil y Gloria Smartt, los primeros misioneros asignados a Bosnia, quienes trabajaron con los miembros de la rama para ayudar a la Iglesia a recibir el reconocimiento oficial del Gobierno, el cual le fue concedido en febrero de 2012, abriendo así la puerta para que los misioneros jóvenes empezaran a hacer proselitismo en el país. Al mes siguiente, Bosnia se incorporó a la recientemente nombrada Misión Adriático Norte y se asignó a misioneros a servir en Sarajevo y Banja Luka. Además, se envió a misioneros a Tuzla para determinar si también podrían empezar a prestar servicio allí.
Valentino Sećić, que se ganaba la vida lavando ventanillas de automóviles en las intersecciones, se sorprendió cuando vio a los misioneros en Tuzla. Años atrás, él y su familia habían ido a los Estados Unidos como refugiados. Allí, sus padres y su hermano se habían unido a la Iglesia, pero él no tenía la edad suficiente. Luego de la muerte de sus padres en un accidente automovilístico, regresó con su hermano a su ciudad natal en Bosnia. Después de encontrar a los misioneros, Valentino se convirtió en la primera persona que se unió a la Iglesia en Tuzla. Recibió el sacerdocio y pudo compartir la Santa Cena con los misioneros cada domingo, y más tarde bautizó al segundo converso de Tuzla.
Para Haris Rožajac, de Sarajevo, unirse a la Iglesia no fue una decisión sencilla. Como provenía de una familia muy religiosa, escudriñó el Libro de Mormón en busca de respuestas a sus preguntas. “Después de encontrar respuestas a las preguntas que más me habían inquietado, me di cuenta de que me acercaría más a Dios si me bautizaba”, rememoró Haris. Todavía le preocupaba que fuera a resentirse su relación con su familia y sus amistades, pero después de bautizarse percibió las bendiciones. “Sentí paz y una especie de dicha”, dijo, “porque sabía que acababa de empezar una nueva vida”. Se dio cuenta de que su familia también era bendecida tanto en lo espiritual como en lo cotidiano y no tardó en decidirse a hacer más para compartir el Evangelio: en junio de 2015, Haris Rožajac fue el primer residente de Bosnia en servir en una misión de tiempo completo.