Una historia de la Iglesia en los
Estados Unidos
Reseña
En la primavera de 1820, José Smith estaba orando en una arboleda cerca de su hogar al oeste de Nueva York cuando se le aparecieron Dios el Padre y Jesucristo. Después de otras revelaciones, José Smith tradujo y publicó el Libro de Mormón y organizó la Iglesia restaurada de Jesucristo el 6 de abril de 1830. Algunos de los principales lugares de recogimiento de la joven Iglesia fueron la ciudad de Kirtland, Ohio; varios condados de Misuri; y la ciudad de Nauvoo, Illinois. Desde los primeros días de la Iglesia, los misioneros viajaban por todas partes, incluso al extranjero, para difundir el mensaje de que Dios estaba revelando nuevamente la verdad y congregando a un pueblo a través de un profeta. Entre 1830 y 1844, miles de conversos de Norteamérica, Europa y el Pacífico se unieron a los santos.
Después de la muerte de José Smith en 1844, los santos fueron expulsados de Nauvoo, Illinois, hacia el oeste, a las Montañas Rocosas. Grupos de pioneros comenzaron a asentarse en el valle del Lago Salado. Para 1869, los Santos de los Últimos Días habían establecido cientos de comunidades en los actuales estados de Utah, Nevada, Arizona, Idaho, California, Colorado y Oregón. A finales del siglo XIX, entre las operaciones de la Iglesia se encontraban cuatro templos y ocho misiones en los Estados Unidos.
En 1919 se dedicó un templo en Laie, Hawái, el cual llegó a ser el primer templo construido fuera de Utah desde que los santos salieron de Nauvoo. El número de miembros de la Iglesia en los Estados Unidos superó el millón en 1951. Un par de décadas después, con la organización de la Estaca Fargo, Dakota del Norte, la Iglesia tuvo estacas en los cincuenta estados. Desde los días de la Restauración hasta la actualidad, los santos continúan siguiendo la luz del Señor y confiando en Dios en medio de travesías difíciles: “Y Jehová iba delante de ellos […] para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos” (Éxodo 13:21).