2022
Piedras de preparación, planificación y perseverancia
Agosto de 2022


“Piedras de preparación, planificación y perseverancia”, Liahona, agosto de 2022.

Piedras de preparación, planificación y perseverancia

Cuando hagan planes para su futuro, edifiquen su fundamento sobre la piedra más importante: el Salvador Jesucristo.

honda y piedras

Preparación

Probablemente conozcan la historia de David y Goliat. Goliat era un guerrero enorme que representaba a los filisteos. David era un joven pastor de ovejas que defendía a Israel. David sabía que Dios estaba de su lado. No tuvo miedo de pelear contra Goliat, porque Goliat desafiaba a los ejércitos del Dios viviente.

Para prepararse para la batalla que se aproximaba, David escogió cinco piedras lisas de un arroyo y las puso en su bolsa de pastor. Luego fue a encontrarse con Goliat en la batalla. No fue un combate largo. David pudo matar a Goliat con una sola piedra (véase 1 Samuel 17:40–50).

Si David sabía que Dios estaba de su lado y que solo necesitaba una piedra, ¿por qué se tomó la molestia de escoger cinco piedras? Según el relato de las Escrituras, David tenía confianza. Dijo a Goliat: “… de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos” (1 Samuel 17:47). ¿Perdió David su tiempo al buscar las cinco piedras? ¿No tenía suficiente fe?

La lección que aprendí de este relato es que debemos prepararnos bien para nuestro futuro. Es posible que no podamos cambiar lo que va a venir, pero sí podemos elegir cómo prepararnos para lo que vendrá. Al prepararse para su carrera futura incierta, sus desafíos imprevistos y su vida inexplorada en el futuro, tal vez utilicen una sola piedra, o puede que necesiten cinco piedras. Confíen en el Señor y prepárense bien para lo que afrontarán en el futuro.

Planificación

En el libro de Éter aprendemos acerca del viaje del hermano de Jared y de su familia y amigos mientras se dirigían a la tierra prometida. Después de llegar a la orilla del mar, habitaron en tiendas durante cuatro años.

“… a la conclusión de los cuatro años, el Señor vino otra vez al hermano de Jared, y estaba en una nube, y habló con él. Y por el espacio de tres horas habló el Señor con el hermano de Jared, y lo reprendió porque no se había acordado de invocar el nombre del Señor” (Éter 2:14).

El hermano de Jared se arrepintió del mal que había hecho, y Dios lo perdonó y le aconsejó que no pecara más. Dios también prometió que llevaría al pueblo a “una tierra escogida sobre todas las demás” para dársela por herencia (Éter 2:15).

El Señor entonces mandó al hermano de Jared que construyera barcos. Cuando el hermano de Jared terminó, pidió ayuda al Señor. Quería saber cómo su pueblo podría respirar en los barcos (véase Éter 2:19).

El Señor fue misericordioso y le respondió: “…He aquí, harás una abertura en la cubierta, y también en el fondo; y cuando te falte aire, destaparás la abertura y recibirás aire. Y si sucede que os entra el agua, he aquí, cerrarás la abertura para que no perezcáis en el mar” (Éter 2:20).

No era muy complicado.

Entonces el hermano de Jared preguntó: “…¿Vas a permitir, oh Señor, que crucemos estas grandes aguas en la obscuridad?” (Éter 2:22).

Esta vez, el Señor ayudó al hermano de Jared a ser autosuficiente para buscar la solución. “…¿Qué quieres que yo haga para que tengáis luz en vuestros barcos? Porque he aquí, no podéis tener ventanas, pues serían hechas pedazos; ni llevaréis fuego con vosotros…” (Éter 2:23; véanse también los versículos 24–25).

Al entender la situación, el hermano de Jared buscó la mejor solución dadas las circunstancias que enfrentaría su pueblo mientras cruzaba el “gran mar” (Éter 2:25).

El hermano de Jared decidió “fundi[r] dieciséis piedras pequeñas; y eran blancas y diáfanas, como cristal transparente; y las llevó en sus manos a la cima del monte, y nuevamente clamó al Señor” (Éter 3:1).

El hermano de Jared ve el dedo del Señor

El hermano de Jared ve el dedo del Señor, por Arnold Friberg

Pidió a Dios que tocara las piedras con Su dedo y las preparara para que pudieran “brill[ar] en la obscuridad”. Dios hizo lo que el hermano de Jared pidió y este puso las dieciséis piedras en los ocho barcos, una en cada extremo, y “dieron luz a los barcos” (véanse Éter 3:4–6; 6:2).

Comparen esa experiencia con la planificación para el futuro. Cada día están aprendiendo y trazando el curso para su futuro. Ya sea que aquello signifique actividades educativas, decisiones profesionales o planes familiares, el Señor puede proporcionarles guía. Casarse por la eternidad y formar una familia son parte del camino que conduce a la tierra prometida de la exaltación. El Señor está muy interesado en el camino que están tomando para llegar allí.

Así como el Señor ayudó a los jareditas al tocar las piedras, Él puede proporcionarles luz para ayudarles a ver en tiempos de decisiones, oscuridad y dudas. Recibir la guía del Señor por medio del Espíritu es como ser tocado por el dedo de Dios y recibir poder y luz espiritual para guiar a su familia a la tierra prometida.

Perseverancia

La última piedra importante que quiero mencionar está registrada en Doctrina y Convenios 50:44: “Por tanto, estoy en medio de vosotros, y soy el buen pastor y la roca de Israel. El que edifique sobre esta roca nunca caerá”.

Jesucristo enseñó a Sus discípulos acerca de un hombre sabio y de un hombre imprudente, tal como consta en Mateo 7. Cada hombre quería proporcionar a su familia un hogar seguro y cómodo y cada uno de ellos enfrentaba el mismo desafío: “La lluvia cayó y todo se inundó”1.

Sin embargo, la única diferencia es que el hombre sabio edificó su casa sobre la roca y la casa se mantuvo firme, mientras que el imprudente la edificó sobre la arena y la casa se cayó. En última instancia y eternamente, nuestros cimientos son importantes. Espero y ruego que todos encontremos el fundamento seguro y que permanezcamos en él para edificar nuestra vida futura.

Se nos recuerda en Helamán 5:12: “Y ahora bien, recordad, hijos míos, recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, sí, sus dardos en el torbellino, sí, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán”.

¡Es una promesa de Dios! ¡Si establecemos nuestro fundamento sobre Jesucristo, no podemos caer!

A medida que sigan planeando su futuro, consideren estas 22 piedras: cinco piedras de preparación, como lo demostró David; dieciséis piedras de planeamiento, como lo ilustró el hermano de Jared, y la piedra más importante —nuestra piedra de fundamento, nuestra roca— el Salvador Jesucristo.

Toda nuestra vida debe estar llena del evangelio de Jesucristo. El Evangelio no es solo una parte de nuestra vida, sino que nuestra vida es parte del evangelio de Jesucristo. Piensen en ello. Nuestra vida terrenal es una parte de todo el Plan de Salvación y la exaltación.

Dios es nuestro Padre Celestial. Él nos ama a todos. Conoce nuestro potencial mucho mejor que nosotros mismos. “… no solo conoce los detalles de nuestra vida, sino los detalles de los detalles de los detalles de nuestra vida”2.

Testifico que Jesucristo vendrá de nuevo, pero esta vez vendrá en gran gloria y majestuosidad. Espero que estemos preparados para recibirlo.

Hasta entonces, les ruego que “Confí[en] en Jehová con todo [s]u corazón, y no [s]e apoye[n] en [s]u propia prudencia. Reconó[zcanlo] en todos [s]us caminos, y él enderezará [s]us veredas” (Proverbios 3:5–6).

Tomado del discurso “22 Stones”, pronunciado en un devocional de la Universidad Brigham Young–Idaho el 27 de abril de 2021.