Helamán 8

Los profetas testifican de Jesucristo

En un mundo en el que tantas voces nos empujan en muchas direcciones, Dios nos ha dado profetas para aferrarnos a Él. Cuando los nefitas inicuos le preguntaron por qué había hablado tan duramente en cuanto a ellos, Nefi testificó con valentía del Salvador. Esta lección puede ayudarte a comprender que los profetas testifican de Jesucristo y a sentir la veracidad de sus testimonios.

El testimonio de un testigo

Piensa en alguna ocasión en que hayas oído algo difícil de creer. Por ejemplo, tal vez hayas oído hablar de alguien que logró algo aparentemente imposible o que fue sanado milagrosamente mediante el poder del sacerdocio. ¿Qué fue necesario para que creyeras? ¿De qué manera el escuchar esto de boca de un testigo influiría en tu creencia?

La mayoría de las personas no han visto a Jesucristo, pero aun así muchos creen en Él.

• ¿Cuáles son algunas razones por las que las personas creen en Jesucristo?

• ¿Qué función desempeñan los profetas para ayudarte a creer en el Salvador?

El testimonio de los profetas de la antigüedad

Tal vez recuerdes que el profeta Nefi profetizó a los nefitas inicuos que serían destruidos si no se arrepentían (véase Helamán 7:22–29). Muchos de los nefitas se enojaron con Nefi por hablar en contra de su iniquidad (véase Helamán 8:1–7). Nefi reprendió a esas personas y les dijo que no solo negaban sus palabras, sino las palabras de los profetas antiguos, entre ellos Moisés, que habían testificado de Jesucristo (véase Helamán 8:10–13).

Lee Helamán 8:13–23 para saber lo que dijo Nefi acerca de Moisés y de otros profetas del pasado. Si lo deseas, marca los nombres de los profetas que Nefi mencionó.

• ¿Qué tenían en común todos esos profetas?

Una verdad que podemos aprender de estos versículos es la siguiente: Los profetas testifican de Jesucristo.

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, declaró lo siguiente:

La función más importante del profeta del Señor es enseñarnos acerca del Salvador y guiarnos a Él […].

Un profeta no se interpone entre ustedes y el Salvador; más bien, permanece a su lado y señala el camino hacia el Salvador. La mayor responsabilidad y el mayor don de un profeta para nosotros es su testimonio firme, su conocimiento certero, de que Jesús es el Cristo (Neil L. Andersen, “El profeta de Dios”, Liahona, mayo de 2018, págs. 25, 27).

• ¿Por qué crees que el mayor don de un profeta para nosotros es su testimonio de Jesucristo?

Ejemplos de profetas que testifican de Jesucristo

Dedica un tiempo a estudiar algunos de los testimonios de los profetas sobre Jesucristo. A medida que estudies sus testimonios, el Espíritu Santo puede testificarte de la veracidad de sus palabras en el corazón y en la mente.

1. Completa una de las actividades siguientes:

Opción A: Los profetas de la antigüedad testificaron de Jesucristo

Lee por lo menos tres de los testimonios de los profetas que mencionó Nefi, que se encuentran a continuación. Haz una lista de lo que estos testimonios te enseñan acerca de Jesucristo.

• Moisés: Éxodo 15:2; Deuteronomio 18:15 (véase también 3 Nefi 20:23–24).

• Abraham: Abraham 3:22–24; Traducción de José Smith Apéndice, Génesis 15:12 (en el apéndice de la Biblia).

• Isaías: Isaías 7:14; 9:6; 53:3–5.

• Jeremías: Jeremías 33:14–16; 50:34.

• Lehi: 1 Nefi 1:14–15; 2 Nefi 2:6–8.

• Nefi, hijo de Lehi: 1 Nefi 19:9–11; 2 Nefi 25:19, 23–26.

Repasa la lista que escribiste. Podrías anotar las reflexiones, sentimientos o impresiones que hayas tenido sobre el Salvador mientras estudiabas. Escribe varias frases que expliquen en qué sentido tu vida sería diferente si los profetas no nos hubieran enseñado estas cosas acerca de Jesucristo.

Si eliges esta opción, envía lo que escribiste.

Opción B: Los profetas de los últimos días testifican de Jesucristo

Busca dos o más ejemplos de profetas o apóstoles de los últimos días que testifiquen de Jesucristo. Podrían ser de una conferencia general reciente o de la historia de la Iglesia. Podrías utilizar LaIglesiadeJesucristo.org o la aplicación Biblioteca del Evangelio en tu búsqueda. También podrías leer o escuchar “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles” en LaIglesiadeJesucristo.org.

Si escogiste esta opción, anota tus ejemplos de profetas que testifican de Cristo. Escribe lo que aprendiste acerca de Jesucristo e incluye cómo te sentiste al leer o escuchar esos testimonios.

Opcional: ¿Quieres aprender más?

Helamán 8:19–20. ¿Quiénes eran Zenós, Zenoc y Ezías, y dónde puedo leer acerca de ellos?

Zenós, Zenoc y Ezías eran profetas que se mencionan en el Libro de Mormón. Sus enseñanzas y testimonios provenían de las planchas de bronce, las cuales no tenemos actualmente. Los profetas del Libro de Mormón registraron que cada uno de esos profetas había testificado de Jesucristo (véanse 1 Nefi 19:10; Alma 33:15–16; 34:7; Helamán 8:19–20). El profeta Jacob atribuyó a Zenós la autoría de la parábola del olivo (véase Jacob 5:1–77).

¿Dónde puedo encontrar algunos de los testimonios de los profetas de los últimos días?

“Testigos especiales de Cristo”: una colección de videos en los que cada miembro de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles comparte su testimonio de Jesucristo (disponible en LaIglesiadeJesucristo.org).

¿Qué puedo aprender sobre Jesucristo de los profetas del Libro de Mormón?

El presidente Russell M. Nelson enseñó lo siguiente:

Cuando lean el Libro de Mormón, concéntrense en la figura principal del libro que es —desde el primero hasta el último capítulo— el Señor Jesucristo, el Hijo del Dios viviente […].

[Nefi] vio al Redentor del mundo, Su ministerio terrenal y Su crucifixión […].

Otros grandes profetas del Libro de Mormón —cada uno a su modo— testificaron de la divinidad del Señor Jesucristo. Entre ellos se encuentran el hermano de Jared, Zenoc, Neum y Zenós. Los testimonios de Jesucristo que son anteriores a Su nacimiento en Belén también se registraron, tal como el del rey Benjamín, el de Abinadí, el del padre de Alma, el de Alma, hijo, el de Amulek, el de los hijos de Mosíah, el del capitán Moroni, el de los hermanos Nefi y Lehi, y el de Samuel el Lamanita. En una secuencia al parecer interminable de proclamaciones proféticas —el testimonio de “todos los santos profetas” [Jacob 4:4] de “muchos miles de años antes de su venida” [Helamán 8:18]—, el Libro de Mormón hace la solemne declaración de que Jesús es el Cristo, nuestro Salvador y Redentor (véase Russell M. Nelson, “Un testimonio del Libro de Mormón”, Liahona, enero de 2000, págs. 82–83).