“21 – 27 abril: ‘Si no sois uno, no sois míos’: Doctrina y Convenios 37–40”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Doctrina y Convenios 2025, (2025)
“Doctrina y Convenios 37–40”, Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: 2025
21 – 27 abril: “Si no sois uno, no sois míos”
Doctrina y Convenios 37–40
Para los primeros santos, la Iglesia era más que un lugar donde escuchar sermones los domingos. En las revelaciones, se utilizaban palabras como causa, reino, Sion y, muy a menudo, obra. Eso pudo haber sido en parte lo que atrajo a la gente a la Iglesia restaurada. Por mucho que amaran la doctrina, muchos también deseaban algo a lo que pudieran dedicar su vida. Aun así, no fue fácil obedecer el mandato del Señor de 1830 de congregarse en Ohio. Para muchos, significaba dejar casas cómodas para dirigirse a un lugar desconocido a orillas de la civilización (véase “Voces de la Restauración: El recogimiento en Ohio”). Hoy en día podemos ver claramente lo que esos santos podían vislumbrar solo con el ojo de la fe: el Señor tenía grandes bendiciones esperándolos en Ohio.
La necesidad de congregarse en Ohio hace tiempo que pasó, pero los santos de hoy en día se siguen uniendo en torno a la misma causa: la de “establecer Sion” (Doctrina y Convenios 39:13). Como a esos primeros santos, se nos invita a abandonar “los afanes del mundo” (Doctrina y Convenios 40:2) y confiar en la promesa del Señor: “Recibirás […] una bendición mayor que cualquiera que hayas conocido” (Doctrina y Convenios 39:10).
Véase también Santos, tomo I, págs. 111–113.
Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia
Dios nos congrega para bendecirnos.
Los miembros de la Iglesia de Fayette, Nueva York, tuvieron que hacer sacrificios difíciles para mudarse a Ohio (a más de 400 kilómetros de distancia) en el invierno de 1831. Al leer acerca del mandato del Señor en Doctrina y Convenios 37:3–4, podrías pensar en los sacrificios que el Señor te ha pedido. Luego, al estudiar Doctrina y Convenios 38:1–33, busca verdades acerca del Salvador que te den fe para seguir Su consejo. ¿Qué aprendes en los versículos 11–33 sobre las bendiciones de congregarnos como seguidores de Jesucristo?
“Escuchad mi voz y seguidme”.
¿De qué manera puedes hacer que Jesucristo sea tu “legislador”? ¿En qué forma el seguir Sus leyes te hace parte de “un pueblo libre”?
Véase también 2 Nefi 2:26–27.
Si estoy preparado, no debo temer.
¿Cuándo has experimentado el principio que el Señor reveló en Doctrina y Convenios 38:30: “Si estáis preparados, no temeréis”? Mientras estudias la sección 38, observa cómo el Señor prepara a Sus santos para que puedan afrontar el futuro con valor. ¿Cómo quiere Él que te prepares para los desafíos, de modo que no temas?
Véase también David A. Bednar, “Con esto los probaremos”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 8–11.
Dios desea que “se[amos] uno”.
Los santos que se reunieron en Ohio provenían de diversos contextos. Es probable que ocurra lo mismo con las personas de tu barrio. Pero el Señor manda a su pueblo que “se[an] uno” (versículo 27). ¿Cómo podemos lograr este tipo de unidad? ¿Qué ideas te vienen a la mente conforme lees Doctrina y Convenios 38:24–27? ¿Por qué debemos estar unidos para ser el pueblo de Dios?
Leer estos versículos también podría inspirarte a pensar en tus relaciones, por ejemplo, con los miembros de tu familia, los miembros del barrio y los miembros de tu cuórum o de tu clase. ¿Qué les puede estar impidiendo estar unidos en Cristo? ¿Cómo puede el Salvador ayudarlos a “se[r] uno”? Los videos “A Friend to All” [Un amigo de todos] o “Love in Our Hearts” [Amor en nuestro corazón] (Biblioteca del Evangelio) podrían ayudarte a responder esas preguntas. También puedes encontrar ideas en el mensaje del élder Dale G. Renlund titulado “La paz de Cristo pone fin a las enemistades”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 83–85.
¿Cómo podrías ayudar a estos grupos a estar más unidos? Por ejemplo, considera enviar un mensaje de texto o una nota cordial a los miembros de tu cuórum, clase o familia. ¿Con quién te sientes inspirado a comunicarte?
¿Qué te inspira acerca del ejemplo del Salvador en Efesios 2:14, 18–22; 2 Nefi 26:24–28?
Véanse también Quentin L. Cook, “Corazones entrelazados con rectitud y unidad”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 18–21; “Amad a otros”, Himnos, nro. 203; Temas y preguntas, “Pertenecer a la Iglesia de Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.
Doctrina y Convenios 38:39; 39–40
El Padre desea darme las riquezas de la eternidad.
En tu opinión, ¿cuál es la diferencia entre “las riquezas de la tierra” y “las riquezas de la eternidad”? (Doctrina y Convenios 38:39). ¿Qué experiencias te han enseñado a valorar las riquezas de la eternidad?
Ten esto en cuenta al leer sobre James Covel en las secciones 39–40 (incluidos los antecedentes históricos de los encabezados de las secciones). Considera cómo su experiencia se aplica a ti. Por ejemplo, piensa en ocasiones en las que tu “corazón… [haya sido] recto ante [Dios]” (Doctrina y Convenios 40:1). ¿De qué maneras fuiste bendecido por tu fidelidad? También piensa en los “afanes del mundo” a los que haces frente. ¿Cómo podrían evitar que recibas la palabra de Dios “con alegría”? (Doctrina y Convenios 39:9; 40:2). ¿Qué encuentras en esas secciones que te inspire a obedecer a Dios con mayor constancia?
Véase también Mateo 13:3–23.
Ideas para enseñar a los niños
Doctrina y Convenios 37; 38:31–33
Dios nos congrega para bendecirnos.
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El mapa y la hoja de actividades al final de esta reseña podrían ayudar a tus hijos a comprender lo que Dios mandó en Doctrina y Convenios 37:3. Quizás puedas ayudarlos a encontrar los lugares mencionados en esas revelaciones. También podrías ayudarlos a encontrar una frase de Doctrina y Convenios 38:31–33 que describa por qué Dios quiere que Su pueblo se congregue.
Dios desea que “se[amos] uno”.
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Mientras lees Doctrina y Convenios 38:24– 25 con tus hijos, habla sobre lo que significa estimar a tu hermano o hermana como a ti mismo (véase Mateo 7:12). Ayúdalos a repetir el versículo reemplazando “su hermano” con el nombre de cada uno de los niños.
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Para enseñar a tus hijos lo que significa “sed uno” (Doctrina y Convenios 38:27), podrías ayudarlos a dibujar un número 1 grande y decorarlo con nombres y dibujos o fotos de cada persona de tu familia o clase. Al lado del 1, podrías escribir cosas que harán para estar más unidos.
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Considera compartir una lección práctica que ilustre la forma en que las cosas se pueden combinar o unir para formar una sola, tales como trozos de tela que conforman una colcha o ingredientes con los que se hace una hogaza de pan. ¿Qué nos enseñan esos ejemplos sobre llegar a ser uno como pueblo de Dios?
Si estoy preparado, no debo temer.
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Mientras leen juntos Doctrina y Convenios 38:30, tú y tus hijos podrían hablar sobre experiencias recientes en las que hayan necesitado preparación. Luego, podrías preguntarles sobre las cosas para las que el Padre Celestial quiere que nos preparemos. Comparte con tus hijos una experiencia en la que estar preparado te ayudó a no temer. También podrían ver juntos el video “Los corazones de los hombres están desfalleciendo” (Biblioteca del Evangelio).
Recibo el don del Espíritu Santo al confirmarme.
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Considera mostrar una ilustración de una persona siendo confirmada. Pida a los niños que describan lo que está sucediendo en la ilustración. También podrías invitarlos a señalar la ilustración cada vez que escuchen las palabras Espíritu Santo en Doctrina y Convenios 39:6, 23 (o en una canción como “El Espíritu Santo”, Canciones para los niños, pág. 56). Comenten cómo los ha bendecido el don del Espíritu Santo.