“17 – 23 agosto. Helamán 1–6: ‘La roca de nuestro Redentor’”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Libro de Mormón 2020 (2020)
“17 – 23 agosto. Helamán 1–6”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2020
17 – 23 agosto
Helamán 1–6
“La roca de nuestro Redentor”
Los principios que aparecen en esta reseña le ayudarán a guiar su estudio de Helamán 1–6, pero no se deje limitar por ello. El Espíritu Santo le guiará a las verdades que debe aprender.
Anote sus impresiones
El libro de Helamán registra tanto los triunfos como las tragedias que hubo entre los nefitas y los lamanitas. Comienza con “una grave dificultad entre el pueblo nefita” (Helamán 1:1), y las dificultades continúan surgiendo a lo largo del registro. En él se lee acerca de intrigas políticas, bandas de ladrones, rechazo de los profetas y orgullo e incredulidad por toda la tierra. Asimismo, hallamos ejemplos como los de Nefi, Lehi y “la parte más humilde del pueblo”, quienes no solo logran sobrevivir, sino que prosperan espiritualmente (Helamán 3:34). ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo permanecieron firmes cuando su civilización comenzaba a decaer y desintegrarse? De la misma manera que cualquiera de nosotros permanece firme en la “furiosa tormenta” que el diablo lanza para que “[nos] azoten”: al edificar nuestras vidas “sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios… un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán” (Helamán 5:12).
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
El orgullo me separa del Espíritu y de la fortaleza del Señor.
En su lectura de Helamán 1–6 —y a lo largo de todo el Libro de Mormón— puede que note un patrón o ciclo en la conducta de los nefitas: Cuando los nefitas andan en rectitud, Dios los bendice y ellos prosperan. Después de un tiempo, ellos se vuelven orgullosos e inicuos, y toman decisiones que los conducen a la destrucción y el sufrimiento. Entonces, son humillados e inspirados a arrepentirse, y Dios los bendice nuevamente. Este patrón se repite con tanta frecuencia, que algunas personas lo llaman el “ciclo del orgullo”.
Durante su lectura, busque ejemplos de este ciclo. Quizás quiera marcar esos ejemplos cuando los encuentre. A continuación hallará algunas preguntas que le ayudarán a entender este patrón y ver cómo se puede relacionar con su vida:
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¿Qué evidencias de orgullo percibe usted entre los nefitas? (véase, por ejemplo, Helamán 3:33–34; 4:11–13). ¿Ve algunos ejemplos similares de orgullo en usted mismo?
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¿Cuáles son las consecuencias del orgullo y la iniquidad? (véase Helamán 4:23–26). ¿Cuáles son las consecuencias de la humildad y el arrepentimiento? (véase Helamán 3:27–30, 35; 4:14–16).
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¿Qué deseaba Helamán que sus hijos recordaran? (véase Helamán 5:4–12). ¿De qué forma el recordar estas verdades le ayudará a evitar volverse orgulloso?
Véase también Dieter F. Uchtdorf, “El orgullo y el sacerdocio”, Liahona, noviembre de 2010, págs. 55–58.
Al entregar mi corazón a Dios, puedo santificarme.
En Helamán 3, Mormón describió un tiempo en el que la Iglesia fue tan bendecida y próspera que aun los líderes estaban sorprendidos (véanse los versículos 24–32). Finalmente, algunas personas se volvieron orgullosas, mientras que otras se volvieron “más y más fuertes en su humildad… hasta la purificación y santificación de sus corazones” (Helamán 3:35). Note en los versículos 34–35 lo que hicieron las personas más humildes para llegar a santificarse. ¿De qué modo le ayudan estas cosas para llegar a ser más santificado? Le resultará útil saber que la Guía para el Estudio de las Escrituras (scriptures.churchofjesuschrist.org) define santificación como “el proceso por el cual la persona se libra del pecado y se vuelve pura, limpia y santa mediante la expiación de Jesucristo”. ¿Qué se siente inspirado a hacer para seguir el ejemplo de estos discípulos? ¿Qué hará para entregar el corazón a Dios?
Mi fe se fortalece a causa de “la grandeza de las evidencias que [he] recibido”.
El élder Jeffrey R. Holland dijo en una ocasión a las personas que se debaten con su fe: “ustedes tienen más fe de la que se imaginan debido a lo que el Libro de Mormón llama ‘la grandeza de las evidencias’ [Helamán 5:50]… el fruto de vivir el Evangelio se manifiesta en la vida de los Santos de los Últimos Días en todas partes” (“Creo”, Liahona, mayo de 2013, pág. 94). A medida que lea estos versículos, piense en las evidencias que el Señor le ha dado. Por ejemplo, puede que usted no haya escuchado literalmente la voz del Señor pero, ¿ha sentido “un susurro” del Espíritu Santo que “penetraba hasta el alma misma”? (Helamán 5:30; véase también D. y C. 88:66). Puede que usted haya estado en oscuridad, y haya clamado a Dios pidiendo mayor fe, y haya sido “[lleno] de ese gozo que es inefable” (Helamán 5:40–47). ¿Qué otras experiencias han fortalecido su fe en Cristo y en Su evangelio?
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación se presentan algunas ideas:
Helamán 3:27–30
Cuando el profeta Mormón compiló los registros sagrados, ocasionalmente utilizó la frase “así vemos” para resaltar verdades importantes. ¿Qué quería él que viéramos en Helamán 3:27–30? Durante su estudio de esta semana, usted podría hacer una pausa en algunas ocasiones para preguntar a los miembros de la familia cómo completarían la frase “así vemos” en relación con lo que están leyendo. ¿ Qué verdades desean resaltar ellos?
Helamán 5:6–7
El abuelo del presidente George Albert Smith, que se llamaba George A. Smith y que había fallecido, se le apareció en un sueño una vez y le preguntó: “Me gustaría saber qué has hecho con mi nombre”. El presidente Smith respondió: “Nunca he hecho nada con tu nombre de lo que tengas que avergonzarte” (en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: George Albert Smith, 2011, pág. xxviii). Después de leer Helamán 5:6–7, usted podría hablar con los miembros de su familia sobre el recordar y honrar los nombres que portamos, incluyendo al nombre del Salvador.
Helamán 5:12
Para ayudar a su familia a visualizar lo que significa tener “un fundamento seguro”, podrían construir una pequeña estructura juntos y colocarla sobre diferentes clases de fundamentos. Pueden crear una “furiosa tormenta” rociando agua con un pulverizador y soplando viento con un ventilador o un secador de pelo. ¿Qué le ocurrió a la estructura sobre los diversos tipos de fundamentos? ¿En qué sentido Jesucristo es “un fundamento seguro” en nuestra vida?
Helamán 5:29–33
¿Qué experiencias hemos tenido en las que hemos reconocido la voz de Dios en nuestra vida?
Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana en Ven, sígueme — Para la Primaria.