“5 – 11 julio. Doctrina y Convenios 76: ‘Grande será su galardón y eterna será su gloria’”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Doctrina y Convenios 2021 (2020)
“5 – 11 julio. Doctrina y Convenios 76”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2021
5 – 11 julio
Doctrina y Convenios 76
“Grande será su galardón y eterna será su gloria“
En la sección 76, el Señor expresó cuánto desea Él revelarnos verdades (véanse los versículos 7–10). Lea las Escrituras con fe en que Él le revelará “las cosas de Dios” (versículo 12) que necesita saber. Luego anote las perspectivas que reciba “mientras [se] hall[e] aún en el Espíritu” (versículos 28, 80, 113).
Anote sus impresiones
“¿Qué me sucederá después de que muera?”. Casi toda religión del mundo aborda esa pregunta de alguna u otra manera. Por siglos, muchas tradiciones cristianas, basándose en enseñanzas de la Biblia, han enseñado en cuanto al cielo y el infierno, en cuanto al paraíso para los justos y el tormento para los inicuos. Pero, ¿puede realmente dividirse a toda la familia humana en buenos y malos? ¿Y qué significa realmente la palabra cielo? En febrero de 1832, José Smith y Sidney Rigdon se preguntaban si había algo más que aprender sobre el tema (véase Doctrina y Convenios 76, encabezamiento de la sección).
Efectivamente lo había. Al meditar sobre esas cosas, el Señor “tocó los ojos de [su] entendimiento y fueron abiertos” (versículo 19). José y Sidney recibieron una revelación tan asombrosa, tan extensa y tan instructiva, que los santos la llamaron simplemente “La visión”. Abrió las ventanas de los cielos y dio a los hijos de Dios una comprensión más amplia de la eternidad. La visión reveló que el cielo es más grande, amplio e incluyente de lo que la mayoría de las personas habían supuesto previamente. Dios es más misericordioso y justo de lo que podemos comprender, y los hijos de Dios tienen un destino eterno más glorioso de lo que podemos imaginar.
Véanse Santos, tomo I, págs. 150–153; “La visión”, Revelaciones en contexto, págs. 158–164.
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
La salvación viene por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Cuando Wilford Woodruff leyó la visión que se describe en la sección 76, dijo: “… sentí amar al Señor como nunca antes en mi vida” (véase “Voces de la Restauración”, al final de esta reseña). Quizá usted haya tenido sentimientos similares al leer esa revelación. Después de todo, ninguna de las gloriosas bendiciones que se describen en la sección 76 sería posible sin el Salvador. Quizá usted podría localizar cada versículo de la sección 76 que menciona al Señor Jesucristo. ¿Qué le enseñan esos versículos acerca de Él y de Su función en el plan de Dios? ¿Qué influencia tienen en lo que siente por Él? Conforme lea y medite, quizá reciba impresiones sobre la forma en que puede “recibi[r] el testimonio de Jesús” y ser más “valient[e]” en él (versículos 51, 79).
Doctrina y Convenios 76:39–44, 50–112
Dios desea salvar “todas las obras de sus manos”.
Algunas personas, incluso algunos de los primeros miembros de la Iglesia, se opusieron a la visión de la sección 76 porque enseñaba que casi todos se salvarían y recibirían algún grado de gloria. Sus objeciones podrían haber sido el resultado, en parte, de un malentendido en cuanto a Dios y Su relación con nosotros. Al leer esa revelación, ¿qué aprende sobre la naturaleza de Dios y Su plan para Sus hijos?
Considere la diferencia que existe entre ser salvo (de la muerte física y espiritual, véanse los versículos 39, 43–44) y ser exaltado (vivir con Dios y llegar a ser como Él, véanse los versículos 50–70).
Véanse también Juan 3:16–17; Doctrina y Convenios 132:20–25.
Doctrina y Convenios 76:50–70, 92–95
Mi Padre Celestial desea que yo reciba la vida eterna en el Reino Celestial.
¿Alguna vez se ha preguntado —o preocupado sobre— si será merecedor o no del Reino Celestial? Cuando lea la descripción de los que recibirán esa gloria (véanse los versículos 50–70, 92–95), en vez de buscar solo una lista de lo que debe hacer, busque lo que Dios ha hecho —y está haciendo— para ayudarle a llegar a ser como Él. ¿El leer la visión de esa manera tiene influencia en lo que usted siente en cuanto a sus esfuerzos personales?
También podría pensar sobre la gran bendición que es saber esos detalles sobre el Reino Celestial. ¿Qué influencia tiene esta visión de gloria celestial en la forma en que ve y desea vivir su vida diaria?
Véanse también Moisés 1:39; Joy D. Jones, “Un valor inconmensurable”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 13–15; J. Devn Cornish, “¿Soy lo suficientemente bueno? ¿Lo lograré?”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 32–34.
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
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Doctrina y Convenios 76:22–24, 50–52, 78–79, 81–82.¿Qué aprendemos en esos versículos sobre la importancia de nuestro testimonio? ¿Qué función desempeña el testimonio en nuestro destino eterno? Podría ser útil buscar definiciones de la palabra valiente a fin de analizar cómo ser “valientes en el testimonio de Jesús” (versículo 79). También podrían cantar “Voy a ser valiente” (Canciones para los niños, pág. 85).
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Doctrina y Convenios 76:24.Su familia quizá observe una relación entre las verdades detalladas en la sección 76 y las que se enseñan en “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, págs. 2–3); una de esas verdades se encuentra en Doctrina y Convenios 76:24. ¿En qué forma sería diferente el mundo si todos entendieran que todos somos hijos de Dios? ¿Qué influencia tiene esa verdad en la forma en que tratamos a los demás? Quizá el ver imágenes de diversos hijos e hijas de Dios en esta tierra pudiera ayudar a su familia a meditar sobre esa pregunta. (Véase también “Video Presentation: I Am a Child of God” [Presentación en video: Soy un hijo de Dios], ChurchofJesusChrist.org).
Consideren cantar juntos “Soy un hijo de Dios” y buscar otros principios que se relacionen con los que se encuentran en la sección 76 (véanse, por ejemplo, los versículos 12, 62, 96).
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Doctrina y Convenios 76:40–41.Si fuéramos a resumir las “buenas nuevas” (versículo 40), o buenas noticias, contenidas en estos versículos para el titular de un periódico o un tuit breve, ¿qué diríamos? ¿Qué otras buenas nuevas encontramos en la sección 76?
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Doctrina y Convenios 76:50–70.¿De qué manera ayudará a su familia a anhelar la vida eterna en el Reino Celestial y prepararse para ella? Podrían trabajar juntos para encontrar imágenes, pasajes de las Escrituras y enseñanzas proféticas que concuerden con las frases que se encuentran en Doctrina y Convenios 76:50–70. Podría encontrarlos en revistas de la Iglesia, en laiglesiadejesucristo.org o en las notas a pie de página de las Escrituras. Luego podrían juntar esas imágenes, pasajes de las Escrituras y enseñanzas en un póster que le recuerde a su familia en cuanto a las metas eternas que tienen.
Para ver más ideas sobre la enseñanza de los niños, véase la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para la Primaria.
Canción que se sugiere: “Yo sé que vive mi Señor”, Himnos, nro. 73.
Voces de la Restauración: Testimonios de “La visión”
Wilford Woodruff
Wilford Woodruff se unió a la Iglesia en diciembre de 1833, casi dos años después de que José Smith y Sidney Rigdon recibieron la visión que está registrada en Doctrina y Convenios 76. En ese momento vivía en Nueva York y se enteró de “La visión” por medio de misioneros que prestaban servicio en la región. Años después habló de sus impresiones en cuanto a esa revelación:
“Se me enseñó desde niño que había un cielo y un infierno, y se me dijo que los inicuos tendrían todos un castigo, y los justos una gloria […].
“… Cuando leí la visión […], me iluminó la mente y me dio mucho gozo. Me parecía que Dios, quien había revelado ese principio al hombre, era sabio, justo y veraz, que poseía los mejores atributos y también sentido común y conocimiento. Sentí que Él estaba en armonía con el amor, la misericordia, la justicia y el juicio; y sentí amar al Señor como nunca antes en mi vida”1.
“La ‘Visión’ [es] una revelación que da más luz, más verdad y más principios que cualquier otra contenida en cualquier otro libro que podamos leer. Nos aclara al entendimiento nuestra condición presente, de dónde vinimos, por qué estamos aquí y hacia dónde vamos. Por esa revelación, cualquier persona puede saber cuál será su destino y condición”2.
“Antes de ver a José dije que no me importaba cuán viejo o cuán joven era; no me importaba su aspecto: si su pelo estaba largo o corto; el hombre que recibió y enseñó esa revelación era un profeta de Dios. Lo supe por mí mismo”3.
Phebe Crosby Peck
Cuando Phebe Peck escuchó a José y a Sidney enseñar “La visión”, estaba viviendo en Misuri y criando a cinco hijos como madre sola. La visión le impresionó e inspiró tanto que escribió lo siguiente para compartir con su familia extendida lo que había aprendido:
“El Señor está revelando los misterios del Reino Celestial a Sus hijos […]. José Smith y Sidney Rigdon nos visitaron la primavera pasada, y tuvimos muchas reuniones gozosas mientras estuvieron aquí, y muchos misterios se desplegaron ante nuestra vista, lo cual me dio gran consuelo. Pudimos ver la condescendencia de Dios al preparar mansiones de paz para Sus hijos. Y quienes no reciban la plenitud del Evangelio ni sean soldados valientes en la causa de Cristo no pueden morar en la presencia del Padre y del Hijo. Sin embargo, hay un lugar preparado para todos los que no reciben, pero es un lugar de gloria mucho menor que morar en el Reino Celestial. No intentaré decir nada más en cuanto a esto, ya que ya se ha imprimido y está saliendo al mundo. Y quizá tendrán la oportunidad de leerlo por ustedes mismos, y si es así, espero que lo lean con un corazón atento y suplicante, puesto que esto merece nuestra atención. Y deseo que lo escudriñen, puesto que es lo que contribuye a nuestra felicidad en este mundo y en el venidero”4.