“25 – 31 marzo. Mateo 14–15; Marcos 6–7; Juan 5–6: ‘No tengáis miedo’” Ven. Sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)
“25 – 31 marzo. Mateo 14–15; Marcos 6–7; Juan 5–6”, Ven. Sígueme — Para uso individual y familiar 2019
25 – 31 marzo
Mateo 14–15; Marcos 6–7; Juan 5–6
“No tengáis miedo”
Durante su lectura de Mateo 14–15; Marcos 6–7 y Juan 5–6, busque verdades que sean significativas para usted. Podría hacerse preguntas tales como: “¿Cómo se relacionan los relatos de estos capítulos conmigo?” “¿Qué mensajes hallo para mi vida?”, o “¿Qué me gustaría compartir con mi familia o con otras personas?”.
Anote sus impresiones
¿Qué puede haber inspirado a Pedro a abandonar la seguridad de su bote en medio del mar de Galilea durante una estruendosa tormenta? ¿Qué le llevó a creer que si Jesús podía andar sobre el agua, él también podría? No podemos saberlo a ciencia cierta, pero quizás Pedro entendía que el Hijo de Dios no solo había venido para hacer cosas maravillosas por las personas sino para facultarlas a hacer cosas maravillosas también. Después de todo, la invitación de Jesús era “Ven, sígueme” (Lucas 18:22). Pedro ya había aceptado esa invitación una vez, y estaba dispuesto a aceptarla de nuevo, incluso si esto significaba vencer sus temores y hacer algo que parecía imposible. Probablemente, el Señor no nos pedirá que descendamos de un bote en medio de una tempestad ni que ofrezcamos nuestra escasa ración de pan cuando hay miles que necesitan comer, pero puede que Él nos pida que aceptemos Sus instrucciones aun cuando no las entendamos plenamente. Sean cuales sean Sus invitaciones, a veces pueden parecernos sorprendentes o incluso atemorizantes. Sin embargo, pueden ocurrir milagros, si al igual que Pedro, apartamos los temores, las dudas y nuestro limitado entendimiento y le seguimos con fe.
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
Jesucristo honra a Su Padre.
La relación entre el Padre Celestial y cada uno de Sus hijos debe ser sagrada. En estos versículos, Jesucristo nos dio un modelo inspirado que podemos seguir en nuestra relación con el Padre Celestial. Lee Juan 5:17–47, y marca o anota cada vez que aparece la palabra Padre. ¿Cómo honró el Hijo al Padre, y cómo puede seguir Su ejemplo? ¿Qué aprende en cuanto a lo que el Padre siente por el Hijo? ¿De qué modo el fortalecer su relación con el Padre Celestial aumentará su disposición de buscar y obedecer Su voluntad?
Véanse también Juan 17; Jeffrey R. Holland, “La grandiosidad de Dios”, Liahona, noviembre de 2003, págs. 70–73.
Mateo 14:16–21; Marcos 6:33–44; Juan 6:5–14
El Salvador puede magnificar mis humildes ofrendas para lograr Sus propósitos.
¿Alguna vez se ha sentido incapaz de poder atender todas las necesidades que percibe a su alrededor, en su casa, en otras personas o en la sociedad? Los discípulos de Jesús deben haberse sentido incapaces cuando Él les pidió que alimentaran a más de cinco mil personas hambrientas (véase Mateo 14:21) siendo que solo tenían a su disposición cinco panes y dos peces. A medida que lee acerca del milagro que se dio a continuación, medite en la manera en que Dios puede utilizar sus humildes ofrendas de servicio para bendecir a los que le rodean. ¿De qué modo Él puede magnificar sus esfuerzos al servir en la Iglesia? Reflexione sobre la declaración del presidente James E. Faust: “Mucha gente casi desconocida, poseyendo dones que solo equivalen a cinco panes de cebada y a dos pececillos, magnifican sus llamamientos y sirven sin reconocimiento ni atención, alimentando literalmente a miles de personas” (“Cinco panes de cebada y dos pececillos”, Liahona, julio de 1994, pág. 5).
Mateo 14:22–33; Marcos 6:45–52; Juan 6:15–21
Jesucristo me invita a dejar de lado mis temores y dudas, y a ejercer la fe en Él.
Imagínese los detalles de la escena que se narra en Mateo 14:22–33; Marcos 6:45–52 y Juan 6:15–21. Imagínese cómo se habrán sentido Pedro y los demás discípulos. ¿Qué puede aprender de las palabras y las acciones del Salvador en estos versículos en cuanto al discipulado? ¿Qué aprende de las palabras y las acciones de Pedro? (véase también 1 Nefi 3:7). ¿Qué le está pidiendo el Señor que haga que podría asemejarse a salir del bote? ¿Qué encuentra en estos versículos que le dé valor para ejercer su fe en Jesucristo?
Como discípulo de Jesucristo, debo estar dispuesto a creer y a aceptar la verdad, aun cuando sea difícil hacerlo.
El día después de haber proporcionado en forma milagrosa pan a las multitudes en el desierto, los seguidores de Jesús lo encontraron y deseaban más alimentos. Sin embargo, se sintieron decepcionados y hasta ofendidos cuando Él, en cambio, les ofreció una nutrición de tipo espiritual: el “pan de vida” (Juan 6:48). A muchos les pareció: “Dura es esta palabra” (Juan 6:60).
¿Ha tenido la experiencia de haber pensado que algo que el Salvador o uno de Sus siervos enseñara era una doctrina “dura” o difícil de aceptar? Piense en esas experiencias cuando lea este relato, en particular las palabras de Pedro en los versículos 68–69. ¿Cuáles son algunas de las “palabras de vida eterna” (Juan 6:68) que le ayudan a permanecer comprometido a seguir al Salvador?
Véase también M. Russell Ballard, “¿A quién iremos?”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 90–92.
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de atender las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:
Al leer acerca de la alimentación de los cinco mil, podrían comer algo de pan y pescado e imaginar cuánto se necesitaría para alimentar a cinco mil personas. ¿De qué manera ha sido alimentada espiritualmente su familia por Cristo? ¿De qué modo lo ha utilizado Él a usted para alimentar a otros?
Su familia podría disfrutar haciendo una representación del relato de estos versículos. ¿Por qué se asustarían los discípulos? ¿Por qué pudo Pedro superar sus temores y salir del bote? ¿De qué manera él mostró fe aun cuando estaba hundiéndose? ¿En qué sentido somos como Pedro algunas veces?
Invite a su familia a tomar nota de las veces en que se menciona la palabra “sanar” en estos versículos. ¿De qué maneras puede sanar Jesucristo a las personas? ¿Cuándo y de qué manera nos ha sanado Él?
Dé a cada miembro de la familia un pedazo de pan para comer y analicen los beneficios que recibimos del pan y otros alimentos saludables. Luego, escudriñen juntos estos versículos, buscando averiguar por qué Jesucristo se llamó a Sí mismo el “pan de vida” (Juan 6:35).
Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.