“29 abril – 5 mayo. Juan 7–10: ‘Yo soy el Buen Pastor’” Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)
“29 abril – 5 mayo. Juan 7–10”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019
El que de entre vosotros esté sin pecado, por Liz Lemon Swindle.
29 abril – 5 mayo
Juan 7–10
“Yo soy el Buen Pastor”
Al leer Juan 7–10, puede recibir impresiones del Espíritu Santo acerca de los principios doctrinales que se exponen en estos capítulos. Anotar esas impresiones le permitirá hacer un plan para llevarlas a la práctica.
Anote sus impresiones
Aunque Jesucristo vino a traer “paz [y] buena voluntad para con los hombres” (Lucas 2:14), había “disensión entre la gente a causa de él” (Juan 7:43). Las personas, que presenciaban los mismos acontecimientos, llegaban a conclusiones diferentes acerca de quién era Jesús. Algunos razonaban: “Él es bueno”, mientras que otros decían: “[Él] engaña a la gente” (Juan 7:12). Después de sanar a un ciego en el día de reposo, algunos insistían en que “Este hombre no es de Dios, pues no guarda el día de reposo”, mientras que otros preguntaban: “¿Cómo puede un hombre pecador hacer estos milagros?” (Juan 9:16). Aunque a pesar de toda la confusión, quienes buscaban la verdad reconocían el poder de Sus palabras, porque: “¡Nunca ha hablado hombre alguno así como este hombre!” (Juan 7:46). Cuando los judíos le pidieron a Jesús que “[les dijera] abiertamente” si Él era el Cristo, Él reveló un principio que puede ayudarnos a distinguir la verdad del error: “Mis ovejas oyen mi voz”, les dijo, “y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27).
Ideas para el estudio personal de las Escrituras
Al grado que viva conforme a las verdades que enseñó Jesucristo, llegaré a conocer que son verdaderas.
Los judíos se asombraban de que Jesús supiera tanto, siendo que Él no era instruido (véase el versículo 15), al menos, no de la forma que ellos conocían. En Su respuesta, Jesús enseñó una manera diferente de aprender la verdad y que está al alcance de todos, sin importar su educación ni origen. Según Juan 7:14–17, ¿cómo puede llegar a saber que la doctrina que enseñó Jesús es verdadera? ¿Cómo le ha ayudado este proceso a desarrollar su testimonio del Evangelio?
La misericordia del Salvador está a disposición de todos.
Al referirse a la conversación entre el Salvador y la mujer sorprendida en adulterio, el élder Dale G. Renlund dijo: “Ciertamente, el Salvador no aprobó el adulterio, pero tampoco condenó a la mujer, sino que la animó a reformar su vida. Ella se animó a cambiar gracias a la compasión y la misericordia de Él. La Traducción de José Smith de la Biblia testifica de su consiguiente discipulado: ‘Y la mujer glorificó a Dios desde aquella hora, y creyó en su nombre’ (véase Juan 8:11, nota c al pie de página”, y “Nuestro Buen Pastor”, Liahona, mayo de 2017, pág. 30).
¿Cuándo se ha sentido usted como esa mujer, al recibir misericordia en lugar de condenación de parte del Salvador? ¿Cuándo ha actuado como los escribas y fariseos, acusando o juzgando a otros aun cuando también usted ha pecado? (véase Juan 8:7). ¿Qué más puede aprender de la forma en que interactuó el Salvador con los escribas y fariseos así como con la mujer sorprendida en adulterio? ¿Qué aprende acerca del perdón del Salvador al leer estos versículos?
¿Por qué se ofendieron los judíos cuando Jesús les dijo: “Antes que Abraham fuese, yo soy”?
“Yo soy” es como Jehová se identificó a Sí mismo ante Moisés, tal como se registra en Éxodo 3:14. Así que cuando Jesús dijo: “Yo soy”, Él se estaba identificando como Jehová, el Dios del Antiguo Testamento. Los judíos consideraron esto como una blasfemia, y bajo la ley mosaica, debía castigarse con la muerte por apedreamiento.
Valiéndose de nuestros desafíos, Dios puede manifestarse en nuestra vida.
Debido a que el pecado suele acarrear consecuencias negativas, podemos considerar que algunas de nuestras desventuras son el resultado de nuestras transgresiones. Sin embargo, cuando los discípulos del Salvador supusieron que un hombre había nacido ciego debido a que él o sus padres habían pecado, Jesús los corrigió. ¿De qué modo las palabras en Juan 9:3 cambian su visión acerca de sus desafíos o los de los demás? Al leer Juan 9, medite en cómo las “obras de Dios se [manifestaron]” (Juan 9:3). ¿De qué forma se han manifestado cuando ha afrontado dificultades?
Es interesante notar que la pregunta de los discípulos en Juan 9:2 revela que ellos creían en una existencia preterrenal, una doctrina que el Cristianismo perdió durante la Gran Apostasía y que fue restaurada mediante el profeta José Smith (véase D. y C. 93:29; Moisés 4:1–4; Abraham 3:22–26).
¿Quiénes son las “otras ovejas” a las que se refirió el Salvador en Juan 10:16?
Cuando el Salvador visitó las Américas después de Su resurrección, Él explicó quiénes son Sus otras ovejas (véase 3 Nefi 15:21–16:5).
Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar
Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:
¿Cómo puede ayudar a su familia a entender la enseñanza de Jesús en Juan 7:24? Una manera sería salir afuera y hacer que un integrante de la familia se ensucie. ¿Al ver su apariencia exterior, qué podrían pensar de este integrante de la familia las personas que no lo conocen? Hagan una lista de algunas buenas cualidades que tiene este integrante y que no se pueden apreciar solo con mirarlo (véase también 1 Samuel 16:7).
¿Cómo podemos llegar a ser esclavos del pecado a veces? ¿Qué verdades enseñó Jesús que nos pueden hacer libres?
Jesús sana a un ciego, por Carl Heinrich Bloch.
¿De qué manera podría ayudar a su familia a visualizar el relato de cuando Jesús sanó a un hombre ciego en Juan 9? Podrían hacer una representación del relato juntos o mostrar el video “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” (LDS.org). Haga pausas ocasionalmente en el relato para que los integrantes de la familia puedan leer los versículos correspondientes de Juan 9. Invítelos a anotar cualquier enseñanza que aprendan del relato, como por ejemplo, lo que significa llegar a convertirse al evangelio de Jesucristo.
Para hacer participar a los integrantes de la familia en el aprendizaje de la parábola del Buen Pastor, pídales que cada uno haga un dibujo de lo siguiente: un ladrón, un pastor, un asalariado (un jornalero contratado), un lobo y una oveja. Pídales que lean Juan 10:1–18, 27–29, y entonces, analicen como familia lo que el Salvador enseñó de las cosas que dibujaron.
Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.
Cómo mejorar el estudio personal
Buscar palabras y frases inspiradoras. Durante su lectura, el Espíritu puede hacer que ciertas palabras o frases le llamen la atención, le inspiren y motiven, o que parezcan como si hubieran sido escritas justamente para usted. Considere anotar las palabras o frases que le inspiren en Juan 7–10.
Nunca más perdida, por Greg K. Olsen.