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9 – 15 noviembre. Éter 1–5: “Rasg[ad] ese velo de incredulidad”


“9 – 15 noviembre. Éter 1–5: ‘Rasg[ad] ese velo de incredulidad’”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Libro de Mormón 2020 (2020)

“9 – 15 noviembre. Éter 1–5”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2020

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Los jareditas viajan por el desierto

Los jareditas abandonan Babel, por Albin Veselka.

9 – 15 noviembre

Éter 1–5

“Rasg[ad] ese velo de incredulidad”

¿Qué verdades aprendió durante su estudio personal de Éter 1–5 que pueda compartir con las personas a quienes enseña? ¿Qué oportunidades puede darles para que compartan lo que hayan aprendido?

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Invitar a compartir

Considere esta manera creativa de animar a los miembros de la clase a compartir: Proporcione piedras a 16 de ellos e invítelos a compartir una verdad que recuerden de su estudio personal o familiar de Éter 1–5. ¿Qué harán a causa de lo que han aprendido?

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Enseñar la doctrina

Éter 1–3; 4:8–19

A medida que acudamos continuamente al Señor, Él revelará Su voluntad.

  • Cada uno de nosotros ha batallado para encontrar una respuesta a un problema o a una pregunta. ¿De qué manera pueden ayudar las experiencias del hermano de Jared a las personas a las que enseña para que aprendan cómo procurar la ayuda del Señor? Tal vez podría dibujar una tabla en la pizarra con columnas tituladas La pregunta del hermano de Jared, La acción del hermano de Jared y La respuesta del Señor. Después podría dividir la clase en grupos y asignar una columna a cada grupo. Cada uno de los grupos podría trabajar en conjunto para escudriñar Éter 1:33–43 y 2:16–3:6, y escribir lo que encuentren en la columna asignada. Después la clase podría analizar preguntas como esta: ¿Qué aprendemos acerca de las distintas formas en las que el Señor podría elegir ayudarnos? ¿Qué aprendemos sobre la función que tenemos nosotros en el proceso de recibir revelación? Tal vez los miembros de la clase podrían compartir otros ejemplos de las Escrituras que enseñen principios semejantes. La declaración del élder Richard G. Scott que se encuentra en “Recursos adicionales” brinda otras perspectivas sobre cómo el Señor contesta las oraciones.

  • La oración del hermano de Jared que está en Éter 3:1–5 podría inspirar a los miembros de la clase a evaluar su oraciones personales. Tal vez los miembros de la clase podrían imaginarse que están aconsejando a una persona que está aprendiendo a orar. ¿Qué consejos le darían? Después podrían escudriñar Éter 3:1–5 y resumir cada versículo con uno o dos principios o sugerencias sobre cómo orar de forma eficaz. Considere concederles unos minutos para que piensen en las oraciones que ofrecen y en cómo pueden seguir el ejemplo del hermano de Jared a fin de hacerlas más significativas.

  • Después de compartir la experiencia reveladora del hermano de Jared en Éter 3, Moroni brinda consejo en Éter 4 sobre cómo recibir revelación del Señor. Para ayudar a los miembros de la clase a aprender de ese consejo, podría mostrarles una imagen de Jesucristo e invitarlos a escudriñar Éter 4:8–10, en busca de cosas que impiden que recibamos revelación o verdad del Señor. Conforme los miembros de la clase compartan lo que encuentren, usted podría cubrir lentamente la imagen de Cristo con un paño o un papel. ¿Cómo podemos evitar esas barreras espirituales en nuestra vida? A continuación, los miembros de la clase podrían escudriñar Éter 4:7, 11–15, en busca de cómo podemos reunir los requisitos para recibir la verdad del Señor. A medida que ellos compartan lo que encuentren, quite el paño o el papel. ¿Qué significa “ejer[cer] la fe en… el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared”? (Éter 4:7; véase también Éter 3:1–9). ¿Qué significa “rasg[ar] e[l] velo de incredulidad” en nuestra vida? (Éter 4:15). ¿De qué manera podemos ayudar a los demás a hacer lo mismo? Los miembros de la clase también podrían buscar verdades acerca de la revelación personal en el mensaje del presidente Russell M. Nelson “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas” (Liahona, mayo de 2018, págs. 93–96).

Éter 2:14–15

Mediante Su amonestación, el Señor nos invita a arrepentirnos y a venir a Él.

  • Hasta un gran profeta como lo fue el hermano de Jared fue amonestado por el Señor. De hecho, parte de lo que lo hizo grande fue la manera en que reaccionó a esa amonestación. Para ayudar a los miembros de la clase a aprender del ejemplo del hermano de Jared, podría invitarlos a leer Éter 2:14–15 en grupos de dos. Después pídales que finjan que uno de ellos es el hermano de Jared y el otro es alguien que acaba de ser amonestado por un líder de la Iglesia o por uno de sus padres. Pídales que intercambien ideas o que hagan una dramatización de lo que el hermano de Jared le diría a esa persona sobre la experiencia que él tuvo. ¿Qué consejo daría él? ¿Qué lecciones aprendemos que nos ayudarán a acercarnos más al Padre Celestial? También podrían analizar la forma en que la amonestación del Señor y la respuesta del hermano de Jared pudieron haberle ayudado a este a prepararse para la experiencia que tuvo en Éter 3:1–20. Otros recursos que podrían ayudar son: el mensaje del élder D. Todd Christofferson “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo” (Liahona, mayo de 2011, págs. 97–100) o la sección titulada “Disciplina” en el mensaje del élder Lynn G. Robbins “El Juez justo” (Liahona, noviembre de 2016, pág. 97).

Éter 5

Tres testigos testifican de la veracidad del Libro de Mormón.

  • El hecho de aprender sobre la profecía de Moroni en cuanto a los Tres Testigos podría fortalecer el testimonio del Libro de Mormón de los miembros de la clase. Tal vez la mitad de la clase podría leer Éter 5 y la otra mitad podría leer “El Testimonio de Tres Testigos” (al principio del Libro de Mormón), y compartir uno con el otro lo que sientan que fue el propósito del Señor al permitir que los Tres Testigos vieran a un ángel y las planchas. También podrían analizar otros ejemplos en los que varios testigos establecen una verdad (véanse, por ejemplo, Mateo 3:13–17; 18:15–16; Juan 5:31–47; D. y C. 128:3). ¿Qué testimonios que hemos recibido en nuestra vida nos han inspirado a creer? ¿De qué manera se nos “[ha mostrado] el poder de Dios y también su palabra” en el Libro de Mormón? (Éter 5:4).

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los miembros de la clase a que imaginen que sus líderes políticos constantemente se capturan y se matan entre ellos. En Éter 6–11, leerán sobre lo que sucedió a los descendientes de Jared y su hermano. También encontrarán algunas advertencias que les ayudarán a evitar los problemas que afrontaron los jareditas.

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Recursos adicionales

Cómo reconocer las respuestas a las oraciones.

El élder Richard G. Scott enseñó:

“Cuando le explicamos el problema y la solución que proponemos, a veces el Padre contesta ‘Sí’ y otras veces nos dice que no. A menudo se reserva la respuesta, no por falta de interés en nosotros sino porque El nos ama con un amor perfecto y quiere que apliquemos las verdades que nos ha dado. A fin de progresar, tenemos que confiar en nuestra capacidad de tomar decisiones correctas; tenemos que hacer lo que sentimos que es correcto. A su debido tiempo, Dios contestará. Él no nos fallará…

“Su deseo es que actuemos para ganar experiencia:

“Cuando contesta , es para darnos confianza;

“cuando contesta No, es para evitarnos un error.

“Cuando se reserva la respuesta, lo hace para que progresemos mediante la fe en Él, la obediencia a Sus mandamientos y la disposición a actuar de acuerdo con la verdad. Él espera que asumamos la responsabilidad de nuestras acciones y tomemos una decisión compatible con Sus enseñanzas, sin recibir confirmación previa. No debemos esperar pasivamente ni protestar porque el Señor no nos haya hablado. Debemos actuar” (“Cómo reconocer las respuestas a las oraciones”, Liahona, enero de 1990, págs. 31–32).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Primero recurra a las Escrituras. Las Escrituras deben ser la fuente principal de estudio y preparación. No olvide que las palabras de los profetas modernos complementas los libros canónicos y también son Escritura (véase Enseñar a la manera del Salvador, págs. 17–18).

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