Ven, sígueme
21–27 enero. Juan 1: Hemos hallado al Mesías


“21–27 enero. Juan 1: Hemos hallado al Mesías”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Nuevo Testamento 2019 (2019)

“21–27 enero. Juan 1”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2019

Mujer comparte el Evangelio en una estación de tren

21–27 enero

Juan 1

Hemos hallado al Mesías

Antes de leer algún material adicional, lea y medite en Juan 1 y anote las impresiones que reciba. Esto invitará al Espíritu durante su preparación. Ven, sígueme — Para uso individual y familiar y las ideas siguientes pueden ayudarle a inspirar a las personas de su clase a entender y aplicar la doctrina de este capítulo.

Anote sus impresiones

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Invitar a compartir

A fin de ayudar a los miembros de la clase a compartir lo que aprendan, podría pedirles que escriban preguntas, comentarios o reflexiones de sus lecturas en tiras de papel y las depositen en un recipiente. Saque las tiras de papel del recipiente para analizarlas como clase.

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Enseñar la doctrina

Juan 1:1–5

Jesucristo estaba “en el principio con Dios”.

  • Juan comenzó su testimonio de Cristo testificando de las funciones del Salvador antes de su nacimiento. ¿Qué enseñó Juan acerca del Cristo preterrenal? ¿Por qué es importante conocer las funciones preterrenales de Cristo? Podría ser útil escribir estas preguntas en la pizarra y pedir a los miembros de la clase que busquen las respuestas en Juan 1:1–5 (véase también Traducción de José Smith, Juan 1:1–5, en el apéndice de la Biblia) y en la cita del élder James E. Talmage en “Recursos adicionales”. ¿Qué otras referencias de las Escrituras podrían compartir los miembros de la clase que enseñen más acerca del Cristo preterrenal? (Vea otros ejemplos en “Jesucristo”, en la Guía para el Estudio de las Escrituras). También podrían repasar como clase el documento “El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles” (Liahona, abril de 2000, pág. 2).

  • Si quisiera utilizar estos versículos para hablar de las creaciones del Señor, podría leer Juan 1:3 y mostrar láminas que reflejen la belleza de la tierra. Podría mostrar el video “Our Home” [Nuestro hogar](lds.org/topics/environmental-stewardship-and-conservation). Invite a los miembros de la clase a compartir la manera en que las creaciones del Señor les ayudan a sentir Su amor.

Juan 1:1–14

Jesucristo es la luz.

  • La luz física puede ayudarnos a entender el simbolismo de la luz espiritual. ¿Cómo podría ilustrar este simbolismo a la clase? Podría apagar las luces del salón y encender una linterna para mostrar el contraste entre la luz y la oscuridad. Luego puede pedirle a los miembros de la clase que busquen todas las ocasiones en que aparece la palabra luz en Juan 1:1–14 e invitarlos a compartir la manera en que el Salvador y Su evangelio nos brindan luz espiritual. ¿Cómo han experimentado Su luz los miembros de la clase? Como parte del análisis, tal vez a usted le gustaría que leyeran más acerca de la Luz de Cristo en Doctrina y Convenios 84:45–46; 88:11–13, o podría referirlos a la sección “Luz de Cristo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras. ¿Cómo podemos ser una luz al mundo?

    La luz del sol atraviesa una formación rocosa en la playa

    El Salvador y Su Evangelio nos brindan luz espiritual.

  • Puesto que Juan 1:1–14 está escrito en lenguaje simbólico, podría resultar difícil de entender. Una manera de ayudar a los miembros de la clase a entender el testimonio de Juan podría ser invitándolos a hacer una lista de las palabras y frases que se repiten en estos versículos y compartir lo que enseña cada una acerca del Salvador.

  • Aquí tiene una manera de cómo hacer participar a los miembros de la clase con estos versículos: muestre varias láminas (incluso una de la reseña de esta semana en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar) que contengan aspectos de la vida y la misión divina de Cristo. Invite a los miembros de la clase a escudriñar Juan 1:1–14 en busca de palabras o frases que pudieran servir de títulos para las láminas.

Juan 1:35–51

Podemos obtener nuestro propio testimonio del Salvador y luego invitar a otras personas a “venir y ver”.

  • En Juan 1 la invitación a venir y ver aparece en dos ocasiones (véanse los versículos 39, 46). Tal vez no tengamos la oportunidad de ver al Salvador físicamente como lo hicieron Andrés y Natanael, pero podemos responder a la misma invitación. Podría preguntarle a los miembros de la clase lo que ellos piensan que significa venir y ver en nuestra época y pedirles que compartan sus experiencias de cómo recibieron un testimonio del Salvador.

  • A fin de comenzar un análisis de estos versículos, considere pedir a los miembros de la clase que compartan relatos de cómo dieron a conocer el evangelio de Jesucristo a otras personas. ¿A quiénes invitaron a venir y ver? ¿Qué aprendemos de Andrés y Felipe acerca de compartir nuestro testimonio de Cristo?

  • A veces las personas no comparten el Evangelio porque les resulta intimidante y complicado. Los relatos de Juan 1:35–51 muestran cómo compartir el Evangelio puede ser algo sencillo y natural. Podría pedirle a los miembros de la clase que lean esos versículos y analicen cómo podrían usarlos para ayudar a alguien a quien le pone nervioso compartir el Evangelio. Podrían utilizar la cita del élder Neil L. Andersen en “Recursos adicionales” para tener ideas, (véase también el video “Cosas buenas para compartir” en LDS.org.)

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Alentar el aprendizaje en el hogar

A fin de alentar a los miembros de la clase a que estudien Mateo 3, Marcos 1 y Lucas 3, podría pedirles que piensen en alguien a quien les gustaría ayudar a venir a Cristo. Dígales que en esos capítulos van a leer acerca de un profeta cuya misión consistió en preparar a las personas para recibir al Salvador.

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Recursos adicionales

Juan 1

Jesucristo estaba con el Padre en el principio.

El élder James E. Talmage enseñó: “El Verbo es Jesucristo, el cual estuvo con el Padre en ese principio, y… Él mismo se hallaba investido con los poderes y categoría de Dios, y… vino al mundo y habitó entre los hombres. Hallamos corroboradas estas declaraciones mediante la revelación concedida a Moisés, en la cual le fue permitido ver muchas de las creaciones de Dios y escuchar la voz del Padre hablar de las cosas que habían sido hechas: ‘Y las he creado por la palabra de mi poder, que es mi Hijo Unigénito, lleno de gracia y de verdad’ [Moisés 1:32, 33]” (Jesús el Cristo, pág. 12).

Podemos invitar a otras personas a venir y ver.

El élder Neil L. Andersen enseñó:

“El Salvador nos enseñó la forma de compartir el Evangelio. Me gusta el relato de Andrés, quien preguntó: ‘Rabí… ¿dónde moras?’ (Juan 1:38). Jesús podría haber contestado indicando el lugar donde vivía, pero en vez de ello le dijo a Andrés… ‘Venid y ved’ (Juan 1:39). Me gusta pensar que el Salvador estaba diciendo: ‘Venid y ved no solo dónde vivo sino cómo vivo. Venid y ved quién soy. Venid y sentid el Espíritu’. No sabemos todo lo que ocurrió aquel día, pero sí sabemos que cuando Andrés encontró a su hermano Simón, le declaró: ‘Hemos hallado al… Cristo’ (Juan 1:41).

“Con aquellos que muestran interés en nuestras conversaciones, podemos seguir el ejemplo del Salvador y extenderles la invitación ‘venid y ved’. Algunos aceptarán nuestra invitación y otros no. Todos conocemos a alguien a quien se le ha invitado varias veces antes de que aceptara la invitación [a] ‘venir y ver’. Pensemos también en aquellos que una vez estuvieron con nosotros pero que ahora vemos raras veces; invitémoslos a volver y ver una vez más…

“Para los que usan internet y teléfonos celulares, hay nuevas maneras de invitar a los demás a ‘venir y ver’. Hagamos que el compartir nuestra fe en internet sea algo más común en nuestra vida cotidiana” (véase “Es un milagro”, Liahona, mayo de 2013, pág. 79).

La música puede enseñarnos de Cristo.

Considere utilizar el himno “Por la belleza terrenal” (Himnos, nro. 43) cuando analicen la función del Salvador como el Creador (véase Juan 1:3). Podría utilizar la música y letra del himno “Por la belleza terrenal” en https://www.lds.org/music/library/hymns/for-the-beauty-of-the-earth?lang=eng&clang=spa.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Ayude a los alumnos a aplicar las Escrituras a sí mismos. La misma invitación que Cristo dio a Sus discípulos —venid y ved— puede ayudar a las personas a las que enseña a desear seguir al Salvador. Aliente a los alumnos a que apliquen los principios de las Escrituras a su diario vivir y que inviten a otras personas a hacer lo mismo (véase 1 Nefi 19:23; Enseñar a la manera del Salvador, pág. 21).