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15–21 abril. Pascua de Resurrección: ‘¿Dónde [está], oh sepulcro, tu victoria?’


“15–21 abril. Pascua de Resurrección: ‘¿Dónde [está], oh sepulcro, tu victoria?’”Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Nuevo Testamento 2019 (2019)

“15–21 abril. Pascua de Resurrección”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2019

Sepulcro del Jardín

15–21 abril

Pascua de Resurrección

“¿Dónde [está], oh sepulcro, tu victoria?”

Cuando se prepare para enseñar esta semana, considere cómo su clase puede edificar la fe en Jesucristo y en Su expiación con el análisis sobre el domingo de Pascua de Resurrección.

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Invitar a compartir

Pregunte a los miembros de la clase cómo responderían preguntas como: “¿Qué es la expiación de Jesucristo?” y “¿Cómo puedo recibir las bendiciones de la expiación de Cristo?”. ¿Leyeron alguna Escritura esta semana que les ayude a contestar esas preguntas?

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Enseñar la doctrina

Jesucristo nos libera del pecado y la muerte, nos fortalece en nuestras debilidades y nos consuela durante las pruebas.

  • ¿Comprenden los miembros de la clase que, además de vencer el pecado y la muerte, Jesucristo también puede consolarnos durante las pruebas y fortalecernos en nuestras debilidades? Escribir estas palabras en la pizarra podría ser una manera de ayudarles a descubrir estos principios: Pecado, Muerte, Pruebas, Debilidades. Pida a cada miembro de la clase que lea uno de los pasajes de las Escrituras de “Recursos adicionales” y que medite en cómo nos ayuda el Salvador a superar o sobrellevar estas cosas. Los miembros de la clase podrían escribir lo que aprendan de estos pasajes bajo cada encabezado y compartir sus testimonios del Salvador y Su expiación.

  • ¿Qué nos enseñan las Escrituras acerca del precio que Cristo pagó por nuestra salvación? Por ejemplo, véase Lucas 22:39–44; Mosíah 3:7 y Doctrina y Convenios 19:16–19. ¿Qué precio pagó nuestro Padre Celestial? (véase Juan 3:16).

    La crucifixión de Cristo

    La crucifixión de Cristo, por Louise Parker

  • Antes de la clase, considere invitar a algunos miembros a que lleven una cita de un mensaje de una conferencia que describa cómo el Salvador nos bendice por medio de Su expiación (véanse ejemplos en “Recursos adicionales”). ¿Cómo amplían las enseñanzas de los profetas modernos nuestro entendimiento de las bendiciones de la expiación del Salvador? ¿Cómo fortalecen nuestro testimonio del poder de Su expiación?

  • Tal vez una lección práctica permitiría ilustrar la diferencia entre ser limpios del pecado y ser perfectos: escriba en la pizarra las primeras líneas de Moroni 10:32, pero con errores ortográficos o gramaticales. Luego invite a un miembro de la clase a borrar los errores. ¿Solucionó esto el problema? ¿Qué lecciones aprendemos de esta Escritura y de la lección práctica acerca del efecto que puede tener la Expiación en nosotros? Esta cita del presidente Dieter F. Uchtdorf también podría ser útil: “Si la salvación solo borrara nuestros errores y pecados, entonces la salvación, aunque maravillosa, no llevaría a efecto las aspiraciones del Padre respecto a nosotros. Su propósito es mucho más sublime: Él quiere que Sus hijos e hijas lleguen a ser como Él” (“El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 108).

  • Los relatos y las analogías pueden ayudarnos a entender la expiación de Cristo. Por ejemplo, en su mensaje “Merced, justicia y amor” (Liahona, mayo de 2015, págs. 104–106), el élder Jeffrey R. Holland comparte una historia de dos hermanos que escalaron una montaña. También hay un video con el mismo título en LDS.org; o podrían ver juntos el video de “Handel’s Messiah: Debtor’s Prison” (LDS.org; vea la descripción en “Recursos adicionales”) y analice cómo la expiación de Jesucristo nos libra de nuestras prisiones.

Testigos del Nuevo Testamento dieron testimonio de que Jesucristo venció la muerte.

  • Considere repasar en las Escrituras el relato de la primera Pascua: la resurrección de Jesucristo. Podría invitar a un miembro de la clase a que relate la historia con sus propias palabras (véase Juan 20:1–17). También podrían ver un video de la Biblia, tal como “Ha resucitado” (LDS.org).

  • Tal vez su clase ganaría una comprensión más profunda de la importancia de los testigos de la resurrección de Jesucristo si se imaginan que son abogados o reporteros que están investigando la afirmación de que Jesucristo resucitó. Invítelos a buscar en las Escrituras personas que podrían servir de testigos (véase Mateo 28:1–10; Lucas 24:13–35; Juan 20:19–29; 1 Corintios 15:3–8, 55–58). Incluso podrían escribir un breve resumen de lo que podrían decir esas personas al testificar ante un juez o durante una entrevista para un noticiero.

  • Una manera de profundizar nuestro aprecio por la resurrección del Salvador es pensar en cómo sería explicarle nuestras creencias a otras personas. Cómo compartirían el testimonio de Jesucristo los miembros de la clase en las siguientes situaciones: a un familiar que se le ha diagnosticado una enfermedad grave; a un amigo que ha perdido un ser querido; a un vecino que les pregunta por qué celebra la Pascua de Resurrección. Aliéntelos a referirse a las Escrituras (como las que hay en “Recursos adicionales”) mientras planifican sus respuestas. Invite a algunos miembros de la clase a que compartan sus pensamientos.

Jesucristo nos da esperanza y gozo.

  • Todos podemos tener esperanza y ser de buen ánimo gracias al Salvador. Podría leer Juan 16:33 y analizar la manera en que la expiación de Jesucristo nos ayuda a tener gozo a pesar de las pruebas. ¿Cómo hemos recibido gozo o apoyo durante las pruebas?

  • Leer el testimonio de Pedro en 1 Pedro 1:3–11 podría brindar a los miembros de la clase más esperanza en la expiación de Jesucristo. Concédales tiempo para que mediten en estos versículos y trabajen en grupos de dos para encontrar otras Escrituras que también describen cómo se obtiene esperanza en Jesucristo (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Esperanza”). Podrían utilizar los versículos de las Escrituras que encuentren para hacer un cartel que podrían colgar en su hogar o en línea (véanse ejemplos de imágenes con citas inspiradoras en LDS.org). Los miembros de la clase podrían considerar las circunstancias de aquellos familiares o amigos que podrían necesitar sentir más esperanza.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

¿Qué inspiraría a los miembros de la clase a que leyeran Mateo 18 y Lucas 10? Podría decirles que estos capítulos contienen dos de las parábolas más memorables del Salvador, las cuales contienen lecciones importantes acerca de cómo debemos tratarnos los unos a los otros.

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Recursos adicionales

Pascua de Resurrección

Escrituras sobre la expiación del Salvador.

Mensajes sobre la expiación del Salvador.

Himnos sobre la expiación del Salvador.

Los miembros de la clase podrían disfrutar el cantar algunos de estos himnos y leer los pasajes de las Escrituras que se citan en la parte inferior de cada uno. Tal vez algunos miembros hayan aprendido algunos himnos como parte de su estudio familiar de las Escrituras de la semana; aliéntelos a que compartan sus experiencias.

Videos sobre la Pascua de Resurrección

Cada año la Iglesia produce mensajes para la Pascua de Resurrección que están disponibles en mormon.org/easter.

Jesucristo nos hace libres.

En 1741, George Frideric Handel compuso un oratorio sobre Jesucristo titulado El Mesías. Handel decidió que las ganancias de una de las representaciones de El Mesías se donarían para costear la liberación de personas encarceladas por no haber podido pagar sus deudas. Como resultado, más de 140 personas que habían sido encarceladas debido a que no pudieron pagar sus deudas fueron dejadas en libertad. Refiriéndose a este hecho, el presidente Russell M. Nelson comentó: “Sin la expiación de Jesucristo estaríamos irremediablemente endeudados, como las personas encarceladas por sus deudas. Nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, vino a saldar una deuda que no era Suya porque teníamos una deuda que no podíamos saldar”. Para un video con la descripción de ese evento, vea “Handel’s Messiah: Debtor’s Prison” en LDS.org.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Ser un instrumento del Espíritu. Su propósito como maestro no es hacer una presentación, sino ayudar a otras personas a recibir la influencia del Espíritu Santo, el verdadero maestro (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 10.)