Marcos 5:24–34; Mateo 9:20–22
Obtener el poder de Jesucristo
Jesús sanó a una mujer enferma de flujo de sangre cuando iba camino a sanar a la hija de Jairo. El objetivo de esta lección es ayudarte a comprender cómo obtener el poder del Salvador en tu vida al ejercer tu fe en Él.
Estiramiento espiritual
Tómate un minuto para ponerte de pie y hacer un ejercicio de estiramiento. Cuando termines, responde estas preguntas en tu mente:
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¿Sentiste alguna diferencia en tu cuerpo?
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¿De qué manera crees que el estiramiento físico regular podría beneficiarte?
El estiramiento tiene varios beneficios. Cuando los atletas realizan estiramientos, se desempeñan mejor y tienen menos probabilidades de sufrir lesiones. Del mismo modo, cuando los alumnos expanden sus mentes y van más allá de sus hábitos de estudio regulares, aumentan su aprendizaje.
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¿Qué significa para ti estirarte espiritualmente?
Así como el estiramiento físico tiene beneficios, nuestra espiritualidad aumenta a medida que ejercemos nuestra fe en el Salvador y recurrimos a Su poder. En la lección de hoy, aprenderás sobre una mujer que tuvo una fe extraordinaria en Jesucristo, y estiró su mano hacia el Salvador y recurrió a Su poder para ser sanada.Cuando Jesucristo iba camino a sanar a la hija de un hombre llamado Jairo, iba seguido por una multitud (véase Marcos 5:22–24). Entre la multitud había una mujer enferma.
Lee Marcos 5:25–26 para saber cuál era la afección de la mujer y cuáles eran sus necesidades.
Los relatos de las Escrituras no definen la naturaleza del “flujo de sangre” de la mujer ( Marcos 5:25). Sabemos que afectaba su vida de varias maneras. “Había gastado todo lo que tenía” buscando que los médicos la curaran ( Marcos 5:26). Según la ley de Moisés, alguien que sufría de un flujo de sangre era considerado ceremonialmente impuro (véase Levítico 15:19–33). Esto probablemente implicó que la mujer fuese excluida de la sociedad de alguna manera durante los 12 años de su dolencia.
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¿En qué aspectos de tu vida sientes que necesitas la ayuda del Salvador?
Lee Marcos 5:27–29 a fin de averiguar lo que hizo la mujer para recibir la ayuda del Salvador (véase también Mateo 9:20–22). La frase “se acercó por detrás” hace referencia a su dificultad para pasar entre la multitud para poder tocar el manto de Jesús ( Marcos 5:27).
También puedes ver el video “Jesús sana a una mujer de fe” (1:38), que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org, y seguirlo en tu ejemplar de las Escrituras.
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¿Qué te impresiona sobre lo que hizo esta mujer para obtener el poder del Salvador?
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En este relato, la mujer literalmente estiró su brazo para tocar al Salvador. ¿Cuáles son algunas de las maneras en las que te puedes “estirar” y llegar al Salvador?
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¿Crees que el Salvador puede sanarte, aunque no puedas tocarlo físicamente? ¿Por qué?
Lee Marcos 5:30–34 en busca de la respuesta del Salvador al acto de fe de esta mujer. La palabra virtud del versículo 30 significa “poder” o “fuerza” ( Marcos 5:30 , nota a al pie de página).
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¿Qué notaste sobre el Salvador en estos versículos?
A pesar de la necesidad inmediata de Jairo de llevar a Jesús a su casa para sanar a su hija, Jesús se detuvo y ayudó a esta mujer.
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¿Qué te enseña esto sobre el Salvador?
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¿De qué maneras influye esto en tu deseo de recurrir a Él para obtener ayuda con tus necesidades?
El presidente Russell M. Nelson aplicó este relato a nuestra vida. Si lo deseas, puedes mirar el video “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida” desde el minuto 11:30 hasta el minuto 13:20, o puedes leer el texto que aparece a continuación. Mientras lo haces, busca los principios que el presidente Nelson enseñó sobre obtener el poder del Salvador.
¿Recuerdan el relato bíblico de la mujer que padeció durante 12 años un problema debilitante? [véase Lucas 8:43–44 ]. Ella expresó gran fe en el Salvador cuando exclamó: “… Si tocare tan solo su manto, quedaré sana” [ Marcos 5:28 ].
Esta mujer fiel y centrada necesitaba estirar lo más posible la mano para acceder al poder de Él. Su “estiramiento” físico era un símbolo de su “estiramiento” espiritual […].
Cuando procuren el poder del Señor en su vida con la misma intensidad que tiene uno que se está ahogando y lucha por respirar, el poder proveniente de Jesucristo será de ustedes. Cuando el Salvador sepa que ustedes realmente desean acudir a Él —cuando Él pueda sentir que el mayor deseo de sus corazones es obtener el poder de Él en sus vidas—, serán guiados por el Espíritu Santo para saber exactamente lo que deben hacer [véase Doctrina y Convenios 88:63 ].
Cuando se estiren espiritualmente más allá de lo que jamás se hayan esforzado, entonces Su poder se derramará sobre ustedes.
(Russell M. Nelson, “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida”, Liahona, mayo de 2017, págs. 41, 42)
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¿Cuáles son algunos de los principios que reconociste en la declaración del presidente Nelson?
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¿De qué manera crees que estos principios pueden ayudarte a estirarte espiritualmente para obtener el poder del Salvador?
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¿En qué ocasión has experimentado uno de estos principios en tu propia vida?
1. Medita sobre tus necesidades personales y responde al menos tres de las siguientes preguntas en tu diario de estudio.
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¿Qué puedes hacer para demostrar que recibir la ayuda del Salvador es tu mayor deseo?
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¿Cómo cambiaría tu vida si obtuvieras el poder de Jesucristo con mayor frecuencia?
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¿Qué obstáculos puede que necesites superar al acercarte al Salvador con fe?
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¿Qué puedes hacer para reconocer las instrucciones del Espíritu Santo para acercarte al Salvador?
Opcional: ¿Quieres aprender más?
Mateo 9:20. ¿Cuál es el significado de que la mujer tocara el borde del manto del Salvador?
El borde de Su manto se refiere a una parte importante de la vestimenta de un israelita. El borde era “un fleco en cada ‘ala’ o esquina del tallit o manto ( Mateo 14:36)”. Los flecos estaban unidos con hilo azul, lo cual simbolizaba el cielo (véase Números 15:38–40). El fleco que colgaba sobre el hombro en la espalda es el que tocó la mujer. Su acto de estirarse para tocar el fleco representa la intención de alcanzar el poder celestial del Salvador. El profeta Malaquías proclamó que el Salvador “en sus alas traerá sanidad” ( Malaquías 4:2).
¿Cómo recibo la sanación del Salvador?
La presidenta Jean B. Bingham, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, dijo:
A medida que estudien la vida y las enseñanzas de Cristo en innumerables maneras, su fe en Él aumentará. Llegarán a saber que Él los ama individualmente y los entiende perfectamente […].
No importa lo que hayamos sufrido, Él es la fuente de sanidad. Aquellos que han experimentado cualquier forma de abuso, pérdida devastadora, enfermedad crónica o aflicción discapacitante, acusaciones falsas, persecución cruel o daño espiritual por el pecado o los malentendidos, pueden ser todos sanados por el Redentor del mundo. Sin embargo, Él no entrará sin invitación. Debemos venir a Él y permitirle efectuar Sus milagros.
(Jean B. Bingham, “Para que tu gozo sea completo”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 86)
La hermana Reyna I. Aburto, Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, enseñó:
Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo sanó a los enfermos y afligidos. Sin embargo, cada persona tuvo que ejercer fe en Él y actuar a fin de que Él le sanara. Algunos caminaron grandes distancias, otros extendieron la mano para tocar Su manto y otros tuvieron que ser llevados a Él para ser sanados. ¿No necesitamos todos desesperadamente de Él para recibir sanación?
(Reyna I. Aburto, “En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 58)