Mi fundamento: Busque conocimiento — Tiempo máximo: 20 minutos
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Meditar:¿De qué manera el aprendizaje da lugar a la oportunidad?
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Ver:“Educación para una vida mejor”, disponible en https://www.lds.org/media-library/video/2014-06-2080-education-for-a-better-life?lang=spa. (¿No tiene el video? Lea la página 165).
Educación para una vida mejor
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Imagenfotograma de “Educación para un mejor empleo”Élder Joseph W. Sitati: Desde los 13 años de edad viví en una zona muy rural de Kenia. La gente tenía muy poco. Pero los que parecían tener las cosas que otros admiraban, eran los que tenían una buena educación. Me di cuenta de que la educación era la clave para una vida mejor.
Me vino la idea de ir a hablar con el director de una de las mejores escuelas a la que realmente deseaba asistir. Utilicé la bicicleta de mi padre para hacer este viaje; me tomó medio día. Nunca había salido de mi pueblo y no sabía hablar muy bien inglés. El director de la escuela era un hombre blanco. Yo nunca había hablado con alguien como él, así que me sentía intimidado.
Algo dentro de mí me empujaba y me decía que debería hablarle, así que me fui a ver al director. Me di cuenta de que él estaba bastante sorprendido de ver a este muchacho de pie, como un soldado, delante de él. Tenía ojos bondadosos, lo que me dio ánimo. Le dije que realmente quería asistir a su escuela y que me haría muy feliz si me aceptaba. Él dijo: “Bien, veremos cuando lleguen los resultados”. Yo le dije: “Gracias, señor”. Y en menos de cuatro minutos, ya estaba fuera de la oficina.
Esos cuatro minutos que pasé en esa oficina fueron realmente un momento decisivo en mi vida. Fui el único alumno de mi escuela primaria seleccionado para asistir a una de las mejores escuelas de nuestra zona. El hecho de que este buen hombre me hubiera dado esa oportunidad me hizo tener un sentimiento de gratitud y me inspiró a esforzarme por ser el mejor estudiante de mi clase.
Eso me dio nuevas oportunidades para asistir a otro colegio muy bueno y así prepararme para la universidad. La educación que tuve me permitió encontrar a mi esposa en la universidad. Me permitió encontrar un trabajo en la ciudad. Mientras vivíamos en Nairobi, nos encontramos con una pareja de misioneros que nos invitó a su casa, donde estaban teniendo reuniones con aquellos que eran miembros de la Iglesia. Si yo no hubiera estado en Nairobi en ese momento, nunca habría encontrado el Evangelio. El hecho de estar en un puesto de trabajo seguro me permitió servir en la Iglesia.
Testifico que la educación es la clave de la autosuficiencia, la cual abrirá muchas vías para lograr el éxito y tener la capacidad de proveer para uno mismo y tener la libertad espiritual de ser autosuficientes.
Vuelva a la página 162.
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Analizar:¿Qué quería el élder Joseph W. Sitati cuando tenía 13 años? ¿Qué hizo al respecto?
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Leer:Doctrina y Convenios 88:118–119 y la cita del presidente Gordon B. Hinckley (a la derecha)
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Meditar:¿Qué ideas e impresiones ha recibido del Espíritu Santo acerca de cómo mejorar su vida?
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Comprométase:Comprométase a hacer las siguientes tareas durante esta semana. Marque la casilla al completar cada tarea.
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Complete las siguientes metas y actividades con un mentor.
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Termine de escribir el plan de la “misión de su vida” y analícelo con su familia.
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Pida a alguien que sea su mentor y fije una cita para reunirse.
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Actividad: Cómo crear metas
Paso 1: Lea la cita del presidente Howard W. Hunter (a la derecha). Por medio de las metas, nuestras esperanzas se transforman en acción.
“Este es un Evangelio de arrepentimiento y debemos arrepentirnos y resolver los problemas. De hecho, el proceso de arrepentirse, establecer compromisos y fijar metas debería ser un proceso continuo… Les recomiendo que lo pongan en práctica”.
Howard W. Hunter, “The Dauntless Spirit of Resolution”, devocional de la Universidad Brigham Young, 5 de enero de 1992, pág. 2, speeches.byu.edu
Las metas deberían:
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Ser específicas y poder medirse.
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Escribirse y colocarse en un lugar donde las pueda ver al menos cada día.
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Tener fechas de finalización.
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Incluir acciones específicas que haya que realizar para lograr la meta.
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Revisarse, comunicarse y actualizarse constantemente.
Paso 2: En otra hoja de papel, escriba dos o tres metas que le ayudarán a cumplir con la misión de su vida. Siga el ejemplo que aparece a continuación. Coloque el papel donde pueda verlo todos los días.
Meta |
¿Por qué? |
Pasos específicos para alcanzar la meta |
Cronología |
¿A quién comunicaré mi progreso? |
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EJEMPLO: Leer el Libro de Mormón 30 minutos cada día. |
Para poder recibir la guía del Espíritu Santo cada día. |
1. Despertarme a las 6:30 horas cada día. 2. Leer antes de desayunar. 3. Registrar mi progreso en una tabla. |
Evaluaré mi progreso cada noche antes de acostarme. |
Compartiré mi tabla de progreso con un familiar cada domingo. |
Actividad: Cómo encontrar a un mentor
Paso 1: Lea la cita del élder Robert D. Hales (a la derecha). Hay tres tipos distintos de mentores. Es posible que necesite a alguien que tenga mucha experiencia para que responda a sus preguntas, alguien que haya hecho lo que usted desea hacer. Otros mentores pueden ser amigos o familiares rectos. Son personas que están dispuestas a dedicar más tiempo animándole a realizar cambios en su vida y a quienes deberá rendir cuentas de su progreso.
“En mis días de joven adulto, busqué el consejo de mis padres y de asesores fieles y de confianza. Uno era un líder del sacerdocio; otro, un maestro que creía en mí… Oren para elegir consejeros que se interesen sinceramente en su bienestar espiritual”.
Robert D. Hales, “Cómo enfrentar los desafíos del mundo actual”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 46
Paso 2: Piense en qué clase de ayuda necesita. Elabore una lista de personas que puedan ser sus mentores. Medite y ore acerca de su lista de nombres.
Paso 3: Responda a las preguntas siguientes para iniciar una relación con un mentor. Para invitar a alguien a ser su mentor, simplemente podría preguntarle: “Estoy tratando de hacer un cambio en mi vida. ¿Estaría dispuesto a ayudarme?”.
Mi mentor |
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¿Quién le gustaría que fuera su mentor? |
¿Cuándo le pedirá que sea su mentor? |
¿Cuándo podrían reunirse para compartir la “misión de su vida” y sus metas? |
¿Con qué frecuencia desearía reunirse con su mentor? |
Paso 4: Recuerde que usted es el responsable de la “misión de su vida”. Cuando se reúna con su mentor:
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Revise su progreso.
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Revise los obstáculos para su progreso y lo que está haciendo para superarlos.
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En particular, repase lo que tiene previsto hacer antes de volver a reunirse con su mentor.