“Capítulo 11: Ayude a las personas a hacer y cumplir compromisos”, Predicad Mi Evangelio: Una guía para compartir el Evangelio de Jesucristo, 2023
“Capítulo 11”, Predicad Mi Evangelio
Capítulo 11
Ayude a las personas a hacer y cumplir compromisos
Arrepentimiento, compromiso y conversión
Como misionero y discípulo de Jesucristo, usted desea la salvación de las almas (véase Mosíah 28:3). El Salvador es “poderoso para salvar” a quienes guardan los convenios que hacen al recibir las ordenanzas esenciales del sacerdocio, comenzando por el bautismo (véase 2 Nefi 31:19). Extender invitaciones a las personas y ayudarlas a cumplir compromisos las preparará para el bautismo.
Las personas se salvan con la condición de que se arrepientan (véase Helamán 5:11). El arrepentimiento implica volverse a Jesucristo de manera plena y sincera. El compromiso es una parte esencial del arrepentimiento. Cuando usted, como parte de su enseñanza, invita a las personas a que hagan compromisos, las está invitando a arrepentirse.
El compromiso implica escoger un curso de acción y aferrarse plenamente a esa decisión. Vivir de manera constante las verdades del Evangelio conduce a la conversión.
La conversión es un cambio en las creencias, el corazón y la vida de las personas para aceptar a Dios y obedecer Su voluntad, e incluye la decisión consciente de llegar a ser un discípulo de Cristo. La conversión tiene lugar cuando la gente, por medio de su fe en Cristo, se arrepiente de sus pecados, se bautiza, recibe el don del Espíritu Santo y persevera hasta el fin. El Señor y Sus profetas se refieren a este cambio como un renacer espiritual (véanse Juan 3:3–5; Mosíah 27:25–26).
La Expiación del Salvador posibilita la conversión, y el Espíritu Santo lleva a cabo ese poderoso cambio de corazón (véanse Mosíah 5:2; Alma 5:12–14).
La conversión es un proceso, no un acontecimiento. Ayudar a las personas a convertirse a Jesucristo es la esencia de su objetivo como misionero. Según lo guíe el Espíritu, usted invita a las personas a hacer compromisos que las ayudarán a crecer espiritualmente y a sentir la influencia del Espíritu Santo en su vida, para entonces apoyarlas a que cumplan los compromisos que han hecho. Usted las ayuda a actuar con fe para que se produzca ese cambio duradero (véase Mosíah 6:3).
Las personas que cumplen sus compromisos antes del bautismo son más propensas a hacer y guardar convenios sagrados después. Cuando usted enseña a las personas a cumplir compromisos, les está enseñando a guardar convenios. Hacer convenios, y guardarlos, es una parte esencial del Evangelio de Jesucristo y del plan de Dios para Sus hijos.
En este capítulo se incluyen pautas para extender invitaciones, prometer bendiciones, compartir su testimonio y ayudar a las personas a cumplir sus compromisos a fin de que puedan venir al Salvador y ser salvas.
Extienda invitaciones
Como representante de Jesucristo, usted invita a las personas a seguirlo a Él y recibir el gozo de Su evangelio. Les extiende invitaciones específicas para que hagan cosas que edifiquen su fe en Cristo y entonces las apoya para que cumplan sus compromisos.
Las invitaciones y los compromisos son esenciales por las siguientes razones:
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Ayudan a las personas a vivir los principios que aprenden con el fin de tener un testimonio confirmado por el Espíritu.
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Cumplir compromisos es una manera de demostrar nuestro arrepentimiento (véase Doctrina y Convenios 20:37).
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El arrepentimiento ayuda a las personas a sentir la paz y el gozo del perdón de Dios, además de que tendrán mayor ayuda de Dios para enfrentar sus dificultades.
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El cumplir compromisos prepara a las personas para hacer y guardar convenios sagrados.
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Usted puede manifestar su amor por las personas y su fe en las promesas de Dios, cuando ayuda a las personas a cumplir sus compromisos.
Invite según lo guíe el Espíritu
Procure la guía del Espíritu en cuanto a qué invitaciones extender y cuándo hacerlo. Considere qué enseñanza o doctrina, cuando se entienda correctamente, ayudará a la persona a aceptar su invitación. La invitación adecuada en el momento adecuado puede animar a las personas a hacer cosas que edificarán su fe, lo cual puede conducir a un poderoso cambio de corazón (véanse Mosíah 5:2; Alma 5:12–14).
Tal vez las invitaciones que extienda sean pequeñas, como leer un capítulo de las Escrituras o ir a una reunión sacramental; o tal vez sean cruciales, como bautizarse. Las invitaciones deben ser adecuadas al momento espiritual en que se encuentre la persona.
Las invitaciones dirigidas por el Espíritu forman una sucesión escalonada que ayuda a la persona a progresar espiritualmente (véanse 2 Nefi 28:30; Doctrina y Convenios 93:12–13). Pregúntese: “¿Qué compromisos está cumpliendo esta persona? ¿Qué es lo siguiente que necesita hacer para progresar?”.
Escuche a las personas al hablarles o enseñarles. Partiendo de lo que oiga o sienta, procure la guía del Espíritu en cuanto a qué invitaciones las ayudarán a progresar para hacer convenios sagrados.
Principios para extender invitaciones
Extender invitaciones requiere fe en Cristo. Tenga fe en que Él bendecirá a las personas cuando acepten sus invitaciones y las cumplan.
Las personas son más propensas a cambiar cuando usted las invita a actuar de acuerdo con una verdad del Evangelio y las ayuda a ver la manera en que ese cambio las bendecirá. Ellas cambiarán al grado en que sientan el Espíritu y el gozo de vivir el Evangelio de Jesucristo.
Siempre que interactúe con personas, de manera presencial o en línea, piense en qué invitación las ayudará a fortalecer su fe en Cristo y a sentir el Espíritu. A veces puede ser algo tan sencillo como reunirse de nuevo con usted o ir a una actividad de la Iglesia.
Al prepararse para enseñar una lección, considere las necesidades y el progreso de cada persona. Asegúrese de que la lección incluya una o más invitaciones que ayuden a la persona a progresar.
Cuídese de no extender demasiadas invitaciones de golpe. Las personas necesitan tiempo para actuar, crecer y aprender de cada invitación.
Sea valiente, pero no sobrecargue cuando invite a las personas a hacer compromisos (véase Alma 38:12). Respete su albedrío.
Invite con palabras amables y claras
En una invitación se suelen emplear las preguntas “¿hará?”, “¿irá?”, etc., que requieren una respuesta de sí o no. Extienda invitaciones amables, específicas y claras. Estas deben invitar o guiar a las personas a hacer un compromiso para actuar con fe en Jesucristo.
Si bien las invitaciones serán únicas para cada persona, considere los ejemplos siguientes:
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Asistir a las reuniones de la Iglesia le permite disponer de un tiempo y un lugar para adorar a Dios y sentir Su Espíritu. También puede ayudarle a ser parte de una comunidad de apoyo para hacer cambios y acercarse más al Salvador. ¿Vendrá con nosotros a la reunión sacramental este domingo?
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Ya que hemos hablado de la importancia de estudiar las Escrituras, ¿leerá [un pasaje específico de las Escrituras]? ¿Anotará cualquier impresión o pregunta que tenga? Podremos analizarlas durante la próxima visita.
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Hemos hablado de la vida del Salvador y de Sus mandamientos. ¿Seguirá Su ejemplo bautizándose en Su Iglesia y haciéndole promesas a Él? (Véase “La invitación a ser bautizado y confirmado” en el capítulo 3).
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Usted expresó interés en conectar más con Dios en su vida. ¿Orará con fe durante los próximos días para sentir las bendiciones de la oración?
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Tenemos un video que creemos que le resultará útil. ¿Podemos mostrárselo o enviarle un vínculo? ¿Lo verá? ¿Podemos contactar con usted mañana para ver qué le pareció?
Procure las impresiones del Espíritu Santo cuando considere maneras naturales de extender invitaciones amables, específicas y claras.
Prometa bendiciones a las personas
Dios promete bendecirnos si guardamos Sus mandamientos (véase Doctrina y Convenios 130:20–21). Las personas que guardan los mandamientos y se mantienen fieles “son bendecid[a]s en todas las cosas” y “mor[ará]n con Dios en un estado de interminable felicidad” (véase Mosíah 2:41).
Cuando invite a las personas a hacer compromisos, prométales bendiciones por cumplir sus compromisos. Usted puede encontrar muchas bendiciones al estudiar las Escrituras, las enseñanzas de los profetas de los últimos días y las lecciones del capítulo 3. Piense también en sus propias bendiciones. Decida con oración qué bendiciones prometerá a cada persona a la que le extienda una invitación.
Cuando invite a una persona a vivir un mandamiento, enseñe lo siguiente:
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Al obedecer los mandamientos mostramos nuestro amor por nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo (véase Juan 14:15).
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Al obedecer los mandamientos le mostramos a Dios que confiamos en Él (véase Proverbios 3:5–6).
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Las bendiciones de Dios son espirituales y temporales (véase Mosíah 2:41).
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La vida eterna es la mayor bendición de Dios (véase Doctrina y Convenios 14:7).
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Cuando oramos y actuamos con sinceridad y fe, Dios nos ayuda a cumplir lo que nos manda que hagamos (véase 1 Nefi 3:7).
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Dios cumple Sus promesas de bendecirnos a Su manera y en Su tiempo (véase Doctrina y Convenios 88:68).
Las personas suelen enfrentar oposición para guardar los mandamientos. Apoye a las personas a las que enseña y asegúreles que Dios las bendecirá en sus esfuerzos por hacer Su voluntad. Ayúdelas a entender que la oposición es una oportunidad de crecer cuando escogemos seguir a Cristo, aun cuando sea difícil (véase 2 Nefi 2:11, 13–16).
El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Algunas bendiciones nos llegan pronto, otras llegan más tarde y otras no se reciben hasta llegar al cielo; pero para aquellos que aceptan el evangelio de Jesucristo, siempre llegan” (véase “Sumo sacerdote de los bienes venideros”, Liahona, enero de 2000, pág. 45).
Comparta su testimonio
Comparta su testimonio siempre que extienda una invitación y prometa bendiciones. Hable de cómo ha sido bendecido al vivir el principio que esté enseñando. Comparta su testimonio de que ese principio bendecirá la vida de la persona cuando lo viva.
Su testimonio sincero contribuirá a crear un ambiente propicio para que las personas sientan el Espíritu Santo confirmándoles la verdad. Eso las prepara para aceptar las invitaciones que usted les extienda.
Si desea más información, vea “Comparta su testimonio” en el capítulo 10.
Ayude a las personas a cumplir sus compromisos
Cuando las personas acepten su invitación a hacer algo, realice un seguimiento para ayudarlas a cumplir sus compromisos. Las está ayudando a desarrollar fe en Cristo. Su labor consiste en ayudarlas a fortalecer su fe y resolución de progresar hacia una conversión plena. No se contente solo con invitarlas a cambiar; apóyelas a que lo hagan.
Las personas recibirán un testimonio del Espíritu a medida que ejercen fe para arrepentimiento al cumplir los compromisos. Dicho testimonio no se recibe “sino hasta después de la prueba de [su] fe” (véase Éter 12:6). No se sorprenda cuando se presente la oposición. Planifique cómo ayudará a las personas durante la prueba a fin de que reciban el testimonio del Espíritu. Otros miembros de la Iglesia también pueden brindar apoyo.
Las personas suelen sentir la influencia del Espíritu cuando usted está con ellas. Haga hincapié en la importancia de orar, leer las Escrituras y actuar conforme a las invitaciones a fin de que tengan esos sentimientos cuando estén a solas.
Cumplir los compromisos prepara a las personas para las ordenanzas y los convenios que los llevarán por la senda de una conversión de toda la vida. Los esfuerzos que usted haga pueden ayudarlas a que “manifiesten por sus obras” el deseo que tienen de seguir a Jesucristo (Doctrina y Convenios 20:37).
Planifique breves contactos diarios
Usted comienza a ayudar a las personas a cumplir compromisos desde la primera vez que las visita y les enseña. Pídales que anoten su compromiso en el teléfono, un calendario o en algo que usted deje con ellas.
Pregunte si usted, o un miembro que haya estado participando, podría hacer un breve contacto diario entre una y otra visita de enseñanza. Explique que el propósito de esos contactos es apoyarles y describa algunas maneras en que puede hacerlo. Estos contactos son una manera de poner en práctica el principio que se encuentra en Doctrina y Convenios 84:106.
Determine el método de contacto que vaya a ser más efectivo, como una visita breve, una llamada telefónica, un mensaje de texto o un mensaje en redes sociales. La tecnología brinda muchas opciones para realizar recordatorios adicionales y dar apoyo.
Aliente y ayude a las personas a través del contacto diario
Por cada invitación que extienda, haga una anotación en la aplicación Predicad Mi Evangelio acerca de cómo hacer un seguimiento al día siguiente. Al planear el día siguiente, busquen la guía del Espíritu cuando analicen cómo ayudarán a las personas a cumplir sus compromisos.
Haga que los contactos diarios con las personas sean positivos y les brinden aliento. Oren por ellas. Demuestren amor y comprensión al ayudarlas a guardar sus compromisos. Contesten sus preguntas y ayúdenlas a superar los desafíos. Si tuvieran tiempo, lean juntos en el Libro de Mormón. Compartan recursos multimedia de la Iglesia que sean relevantes, incluso música producida por la Iglesia que pueda elevarlos. Respeten su tiempo y deseos.
Presénteles a otros miembros de la Iglesia. Cuando sea adecuado, pida a los miembros que ayuden a las personas a cumplir sus compromisos (véase el capítulo 10).
Felicite a las personas que se esfuerzan para cumplir sus compromisos. Ayúdelas a ver cuán complacido está el Señor con sus esfuerzos. Estas personas están haciendo un cambio en sus vidas, lo cual requiere mucho trabajo y paciencia. Ayúdelas a reconocer las bendiciones que están recibiendo. Exprese su confianza en que pueden tener éxito.
Demuestre también su amor cuando las personas no cumplen sus compromisos. Bríndeles apoyo durante el contacto diario. Por ejemplo, si alguien aceptó la invitación a leer un capítulo del Libro de Mormón, pero aún no lo ha hecho, ofrézcase a leerlo juntos. Ayude a la persona a descubrir por su propia experiencia la manera en que el cumplir los compromisos puede bendecir su vida.
Podrían ser necesarios varios intentos para que las personas cumplan un compromiso, y tal vez necesite hacer varias visitas para ayudarlas. Analicen cómo pueden superar las dificultades para cumplir los compromisos. Sea paciente y brinde apoyo, no las critique ni las juzgue.
Incorpore la influencia del Espíritu Santo en el contacto diario
Cuando haga seguimiento a las personas, pídales que compartan su experiencia al cumplir los compromisos. Pregúnteles qué fue lo que aprendieron y sintieron. Esto las ayudará a reconocer la influencia del Espíritu en su vida y las ayudará a identificar el siguiente paso.
Cuando contacte a las personas a diario, una parte importante de su propósito es invitar la influencia del Espíritu Santo a la vida de ellos. Ayúdelas a reconocer cómo sentir el Espíritu cuando ustedes no estén allí presentes. El contacto diario debería fortalecer los sentimientos espirituales que sintieron cuando usted les enseñó. Las personas se convertirán cuando sientan el poder y la influencia del Espíritu Santo.
Muestre amor
El proceso de la conversión se centra en un amor como el de Cristo (véase 4 Nefi 1:15). Procure el don de la caridad. Mostrar un amor sincero puede ayudar a las personas a sentir el Espíritu en su vida. Sus manifestaciones de amor también pueden ayudarlas a aceptar invitaciones y a cumplir compromisos que llevan a la conversión.
Cuando ame y enseñe a otros, su propia conversión al Salvador se hará más profunda.
Colaborar en la conversión de otra persona es una labor sagrada. Encontrará un gozo duradero al dedicarse a la obra y a servir al prójimo (véanse Mateo 10:39; Mosíah 2:17; Alma 27:17–18; Doctrina y Convenios 18:10–16).
El Señor desea que las personas vengan y se queden
La obra misional surte mayor efecto cuando las personas hacen y cumplen el compromiso de vivir el Evangelio y permanecer activas en la Iglesia el resto de su vida. No basta con tan solo unirse a la Iglesia. El Señor desea que vengan y se queden (véase Juan 15:16). Dirija toda su enseñanza y sus invitaciones a ese fin. Para recibir todas las bendiciones que el Padre Celestial tiene para ellos, los miembros deben seguir viviendo el Evangelio al guardar los mandamientos y los convenios que han hecho, así como al mantenerse activos en la Iglesia.
Nefi enseñó: “… después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no […], debéis seguir adelante con firmeza en Cristo […] y [si] perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna” (2 Nefi 31:19–20).
Haga su mejor esfuerzo a fin de ayudar a las personas a reunir los requisitos para “la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios” (Doctrina y Convenios 14:7).
Ideas para el estudio y la puesta en práctica
Estudio personal
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Seleccione un mandamiento de la lección 4. Busque y anote referencias de pasajes de las Escrituras y citas de profetas de los últimos días que describan las bendiciones prometidas relacionadas con ese mandamiento. Piense en las bendiciones que usted ha recibido por obedecer ese mandamiento y anótelas en su diario.
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Cuando se comunique con su familia u otras personas, pregúnteles cómo las ha bendecido el obedecer un mandamiento determinado (por ejemplo: santificar el día de reposo, obedecer la ley del diezmo o guardar un mandamiento que le resulte difícil a una persona a la que esté enseñando).
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Conteste las preguntas siguientes para determinar aspectos en los que puede mejorar al extender invitaciones. Haga planes para mejorar.
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¿Saben las personas que las amo?
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¿Estoy seguro de que serán bendecidas si actúan conforme a nuestras invitaciones?
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¿Dedico el tiempo y la atención necesarios a hacer contactos diarios con las personas para ayudarlas a cumplir sus compromisos?
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¿Nuestros planes de lecciones incluyen invitaciones específicas a hacer algo?
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Estudio y análisis con el compañero
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Repasen las invitaciones de una de las lecciones misionales. Por cada invitación, contesten las preguntas siguientes:
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¿Qué bendiciones ha prometido el Señor a los que cumplan este compromiso?
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¿De qué manera la obediencia a este principio ayudará a las personas a aumentar su fe y testimonio?
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¿Por qué este compromiso ayudará a las personas a arrepentirse y ser más sensibles al Espíritu?
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Utilicen las herramientas de planificación para hacer una lista de las personas con las que se hayan puesto en contacto en los últimos dos días e incluyan a personas a las que estén enseñando y a miembros.
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Por cada persona, escriban las invitaciones que hayan extendido y los compromisos que las personas hayan hecho.
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Consideren qué otras invitaciones podrían haber extendido.
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Analicen por qué pudieron conseguir compromisos de algunas de esas personas y por qué no de otras.
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¿Qué harán para hacer un seguimiento de esas invitaciones?
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Consejo de distrito, conferencias de zona y consejo de líderes de la misión
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Intercambien ideas efectivas y creativas para ponerse en contacto a diario con las personas que están enseñando. ¿Cómo han trabajado los misioneros con los miembros de un modo eficaz? ¿Qué materiales impresos o digitales son útiles? ¿Qué pueden hacer cuando las personas no estén en casa o estén demasiado ocupadas para atenderles?
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Analicen la manera en que los misioneros hayan enseñado eficazmente los mandamientos que se indican en la lección 4.
Líderes y consejeros de misión
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De vez en cuando, acompañe a los misioneros cuando enseñen. Ayúdeles a centrarse en ayudar a las personas a hacer y cumplir compromisos.
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Anime a los líderes del sacerdocio, a los líderes de las organizaciones y a los miembros del barrio a hacer un contacto diario con las personas a las que enseñan los misioneros, si tales personas han accedido a esos contactos.