“8: ¿Cómo utilizo el tiempo con sabiduría?” Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2018, págs. 145–166
“8 El uso sabio del tiempo”, Predicad Mi Evangelio, págs. 145–166
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¿Cómo utilizo el tiempo con sabiduría?
A usted se le ha asignado efectuar la obra del Señor en un área específica, y Él desea que vele por esa área con amor y gran cuidado. Su objetivo es ayudar a los demás a venir a Él mediante la fe, el arrepentimiento, el bautismo y la confirmación, y perseverando hasta el fin.
Haga todo lo que pueda para dejar su área más fuerte de lo que la encontró. Las metas claras y la planificación cuidadosa le serán de ayuda para lograr lo que el Señor espera de usted. Al cuidar de las personas del área que le haya sido asignada, usted rendirá cuentas al Señor y a los líderes de su misión.
La carta con su llamamiento a la misión dice lo siguiente: “Al dedicar su tiempo y su atención a servir al Señor, dejando a un lado todos los demás asuntos personales, el Señor le bendecirá con abundante conocimiento y testimonio de la Restauración, así como de las verdades del evangelio de Jesucristo”. Este capítulo le ayudará a saber cómo las metas, el planeamiento y el rendir cuentas pueden ser de utilidad para que muchas personas reciban el Evangelio restaurado.
Indicadores clave para la conversión
Tal vez se haya preguntado cuáles de sus muchos deberes son los más importantes. Para responder a esa pregunta, es preciso que entienda su objetivo y sepa en qué forma el uso eficaz del tiempo puede serle de ayuda para llevar a cabo dicho objetivo.
Su objetivo es invitar a otras personas a venir a Cristo ayudándolas a recibir el Evangelio restaurado por medio de la fe en Jesucristo y Su expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin. Los líderes de la Iglesia han establecido los indicadores clave a fin de ayudarle a concentrar su atención en ese objetivo. A medida que se centre en esos indicadores, usted ayudará a las personas a progresar hacia el bautismo, la confirmación, la actividad continua en la Iglesia y una conversión duradera.
Por medio de estos indicadores se determinan acontecimientos y condiciones que muestran el progreso de una persona hacia una conversión duradera. A continuación figura una breve descripción de cada uno de los indicadores clave.
Personas bautizadas y confirmadas: Cada converso que haya recibido las ordenanzas del bautismo y la confirmación.
Personas con fecha bautismal: Toda persona que haya aceptado ser bautizada y confirmada en fechas específicas.
Personas que asistieron a la reunión sacramental: Toda persona (no bautizada) a la que usted esté enseñando, que haya asistido a la reunión sacramental.
Nuevas personas a las que se está enseñando: El número total de personas (no bautizadas) que hayan recibido una lección y aceptado una fecha específica para que ustedes vuelvan. Por lo general, una lección incluye una oración (cuando sea apropiado), la enseñanza de al menos un principio o tema del Evangelio y extender invitaciones pertinentes.
Al fijar metas y hacer planes, evalúe lo que vaya a hacer en términos de cómo sus esfuerzos aumentarán el número de personas representadas en cada uno de esos indicadores clave. Usted deberá tener como meta el aumento de las cifras de cada indicador.
Usted hará muchas cosas que no se describen en los indicadores clave, tal como contactar a personas en la calle o estudiar en forma personal y con su compañero. Esas importantes actividades contribuyen a uno o más de los indicadores clave. Por ejemplo, cuando usted enseña a las personas que encuentra por iniciativa propia, agrega nuevas personas al grupo de enseñanza. De igual manera, la calidad del estudio personal y con el compañero mejorará su habilidad para enseñar por medio del Espíritu, lo cual bendecirá a las personas a las que esté enseñando. La eficacia del modo en que usted encuentre y enseñe influirá en cada uno de los indicadores clave. Evalúe todas sus acciones considerando si aumentan el número de personas en esas categorías. Si a usted y a su compañero no les es posible ver la forma en que una actividad misional podría aumentar el número de personas en uno o más indicadores clave, se deben preguntar si la actividad es algo que merezca su tiempo.
La carpeta de área y los materiales para planear e informar
Refiriéndose a los que fueron recibidos en la Iglesia en su época mediante el bautismo y la confirmación, Moroni enseñó que “… se inscribían sus nombres, a fin de que se hiciese memoria de ellos y fuesen nutridos por la buena palabra de Dios, para guardarlos en la vía correcta” (Moroni 6:4).
A usted se le han dado materiales para ayudarle a registrar información importante en cuanto a las personas a las que enseñe. Dichos materiales también le permiten compartir la cantidad adecuada de información con las personas que la necesiten, según aparece en la ilustración que figura a continuación. Antes de que registre o comparta información en sus herramientas de planeamiento, correo electrónico, redes sociales, notas u otras comunicaciones, hágase estas preguntas:
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¿Cómo me sentiría si alguien compartiera este tipo de información acerca de mí con otras personas?
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¿Estoy siguiendo las normas de la Iglesia y las leyes de privacidad de datos del área en la que trabajo si registro o comparto esta información?
Para cada formulario y registro, siga las normas de la Iglesia en cuanto a conservación de datos y las reglas de privacidad del área en la que presta servicio.
Estos materiales y toda la información que necesita para llevar a cabo su trabajo se conservan en la carpeta de área y en la Agenda diaria del misionero. En algunas misiones, la carpeta de área y la agenda son documentos impresos; mientras que en otras son herramientas digitales. Sin importar cuál utilice, los principios para fijar metas y planear, informar y rendir cuentas son los mismos.
Carpeta de área
La carpeta de área impresa está organizada de la siguiente manera:
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Mapa del área de enseñanza
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El mapa del área de enseñanza define los límites de un área de enseñanza en particular.
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Informes de progreso
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Los formularios Informe de progreso se utilizan para informar los indicadores clave y coordinar sus esfuerzos con los líderes de barrio y de estaca en las reuniones de coordinación misional y del consejo de barrio.
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Personas con fecha para el bautismo y la confirmación
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Los formularios Registro de enseñanza se utilizan para ayudarle a registrar información apropiada en cuanto al progreso de las personas a las que esté enseñando.
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Personas a las que se está enseñando
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Formularios Registro de enseñanza
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Personas que tienen interés
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Los formularios Personas que tienen interés le permiten llevar un registro de las personas con las que ha entrado en contacto o que le han proporcionado referencias.
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Las referencias de los medios de comunicación y otras referencias son de personas cuya referencia se ha enviado a los misioneros después de que ellas vieran contenidos audiovisuales u otros materiales de la Iglesia, o cuyas referencias las enviaron los miembros de la Iglesia.
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Personas a las que se ha enseñado
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Formularios Registro de enseñanza
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Conversos recientes y miembros que vuelven a la actividad
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Formularios Registro de enseñanza
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Los formularios Progreso de miembros nuevos y de miembros que se hayan vuelto a activar registran el progreso de los miembros nuevos de la Iglesia y de los que están volviendo a activarse en la Iglesia.
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Datos del barrio y de la misión
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Directorio del barrio
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Lista de puestos en el barrio
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Horario de las reuniones del barrio y de las reuniones misionales
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Lista de las familias en las que no todos son miembros de la Iglesia
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Directorio de misioneros de su distrito o zona
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Liderazgo
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El Informe semanal y mensual de indicadores clave es donde cada compañerismo enviará la información solicitada semanalmente, utilizando las herramientas digitales o mediante el Portal Misional.
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Los formularios Informe semanal del misionero le permiten indicar brevemente el progreso de las personas a las que está enseñando y toda cuestión personal que desee comunicar a su presidente de misión. Él es la única persona que leerá esa carta, así que tenga a bien ser franco con sus comentarios.
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Información sobre el área
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Información sobre el apartamento
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Transporte público
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Barbería o peluquería
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Lavandería
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Lugares para hacer compras
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Lugares que hay que evitar
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Contactos
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La Agenda diaria del misionero
La Agenda diaria del misionero tiene las siguientes características:
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Cinco semanas de horarios diarios, con una página de referencia rápida para la sexta semana.
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Páginas para metas semanales y mensuales.
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Un resumen de las pautas para planear; una lista de los acontecimientos que conducen al bautismo, a la confirmación y a la actividad en la Iglesia; planes de las lecciones misionales; ideas para encontrar personas para enseñar; y las preguntas para la entrevista bautismal.
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Una sección para anotar información sobre los contactos y el domicilio, el correo electrónico y el número telefónico de los miembros y las personas a las que enseña. Siga las normas de la Iglesia en cuanto a conservación de datos y las reglas de privacidad de su misión.
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La página Resultados semanales y mensuales de indicadores clave, para llevar un registro de sus resultados semanales y mensuales. Cada compañerismo debe acceder al Portal Misional y registrar allí esa información o hacerlo a través de las herramientas digitales.
Durante la sesión de planeamiento semanal, usted anotará sus metas semanales y mensuales en la página Planes y metas mensuales y semanales de la Agenda diaria del misionero. Utilice esta página de la agenda para:
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Escribir sus metas semanales para cada indicador clave y una meta mensual de personas bautizadas y confirmadas.
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Registrar los resultados definitivos de la semana. En el horario diario aparece la cantidad de personas nuevas enseñadas cada día. El total de cada semana se transfiere a la página Metas y planes mensuales y semanales.
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Establecer y registrar metas de lo que espera que suceda con las personas que tienen más probabilidades de seguir progresando hacia el bautismo y la confirmación (asistir a la Iglesia, leer el Libro de Mormón, fijar una fecha bautismal, etc.).
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Escribir otras metas personales o de compañerismo.
Todos los días, al hacer sus planes y trabajar, utilizará el horario diario. Utilice esta página para:
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Registrar citas de enseñanza, reuniones y actividades para encontrar. Hacer planes para llevar a cabo actividades significativas cada hora del día, incluso planes de respaldo.
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Enumerar las tareas que tenga que llevar a cabo (llamadas telefónicas, personas por contactar, preparación de lecciones, seguimiento a los compromisos, etc.) y lo que estudiará a fin de prepararse para las citas para enseñar.
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Registrar las metas diarias y los resultados definitivos en cuanto a las nuevas personas a las que enseña.
Cómo fijar metas
Las metas reflejan los deseos de nuestro corazón y nuestra visión de lo que podemos lograr. A través de las metas y los planes, nuestras esperanzas se transforman en acción. El fijar metas y el hacer planes son actos de fe. Con espíritu de oración, establezca metas que estén en armonía con el mandamiento del Señor: “… haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).
Fije metas para cada uno de los indicadores clave; asimismo, puede fijar metas para su desarrollo personal. Haga todo lo que esté dentro de sus posibilidades para lograr sus metas, mientras que al mismo tiempo respete el albedrío de los demás. La máxima medida del éxito no reside solamente en lograr metas, sino en el servicio que se presta y en el progreso de los demás. Las metas son un medio para ayudarle a hacer mucho bien entre los hijos del Padre Celestial, y no se deben utilizar para recibir reconocimiento.
Las metas que se consideren con detenimiento le brindarán una dirección clara y le ayudarán a ocupar sus días con actividades que ayuden a la gente a fortalecer su fe en el Salvador y progresar hacia el bautismo, la confirmación y la plena actividad en la Iglesia. Las metas que suponen un desafío le ayudarán a trabajar con eficacia y le impulsarán a hacer un mayor esfuerzo y a progresar. A medida que fije sus metas, siga las pautas que figuran a continuación:
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Siga el Espíritu.
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Céntrese en las personas, teniendo en mente los indicadores clave para la conversión.
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Aunque usted utilizará cifras, siempre que sea posible, respalde esas cifras con el nombre de las personas.
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Sea específico y realista, pero fije metas que le exigirán un esfuerzo adicional.
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Establezca metas diarias, semanales y mensuales. Las metas de los indicadores clave se informan a través del Portal Misional o mediante herramientas digitales.
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Establezca metas para el estudio personal y con el compañero, incluso el estudio del idioma, si está aprendiendo otro idioma.
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Mida su progreso cada día, cada semana y cada mes. Si no logra una meta, evalúe sus esfuerzos y busque la forma de alcanzarla. Si es necesario, adapte sus expectativas.
Con el tiempo, su presidente de misión tal vez establezca normas de excelencia o metas para la misión con el fin de elevar su visión y aumentar su fe. Las normas del distrito, de la zona y de la misión le ayudarán a esforzarse más, a trabajar con eficacia y a alcanzar niveles más elevados de rendimiento. No se deben utilizar como cantidades fijas que impongan metas específicas sobre usted y su compañero.
La sesión de planeamiento semanal
Una vez que hayan fijado metas, decidan cómo las lograrán. Usted y su compañero deberán efectuar una sesión de planeamiento semanal en el día y la hora que sean menos productivos para compartir el Evangelio. Su presidente de misión fijará el día y la hora de la sesión de planeamiento semanal. Este planeamiento semanal no debería tomar más de dos o tres horas.
Este análisis se deberá centrar en las necesidades de las personas y en la forma de ayudarlas a progresar. Durante la sesión de planeamiento semanal, revisen las metas anteriores y fijen metas nuevas para la próxima semana y el próximo mes. Consideren cada uno de los aspectos de la obra misional.
El domingo por la noche es el tiempo recomendado para completar el Informe semanal y mensual de indicadores clave. En el caso de que usted no informe los indicadores clave automáticamente o a través del Portal Misional, el informe del domingo por la noche indica la situación más precisa y oportuna de la misión debido a que la mayoría de los bautismos y las confirmaciones se efectúan el sábado o el domingo.
Ya que es muy probable que el día en que lleve a cabo la sesión de planeamiento semanal sea diferente al día en que presente el informe, haga su planeamiento semanal tomando en cuenta los siguientes10 días. Por ejemplo, si usted lleva a cabo la sesión de planeamiento semanal el jueves, revisará el progreso de sus metas en lo que vaya de esa semana, y hará los planes para lo que tenga que hacer para lograr esas metas hasta el domingo. Luego, fije metas y haga planes para la próxima semana, de lunes a domingo. El domingo por la noche, usted hará los totales e informará los resultados de la semana anterior, y tendrá listo su plan para la próxima semana. A continuación aparece una descripción de cómo se aplican las pautas de planeamiento a una sesión de planeamiento semanal. Conforme siga estas pautas, observe que usted seguirá esta secuencia: primero se fijará metas y luego hará planes para alcanzarlas. Los planes que haga deben indicar los pasos específicos que debe tomar para alcanzar sus metas.
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Oren para recibir inspiración y procuren obtenerla. Antes de empezar, tengan a mano sus herramientas de planeamiento, como la Agenda diaria del misionero y la carpeta de área o las herramientas digitales. Den comienzo a la sesión de planeamiento con una oración. Procuren recibir inspiración a medida que analicen las necesidades de las personas y planifiquen cómo prestarles servicio y ayudarlas a progresar en el Evangelio. Oren específicamente por las personas a las que enseñan; tengan fe para pedirle al Padre Celestial que las bendiga con respuestas a sus oraciones, con el deseo de asistir a la Iglesia, etc.
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Fijen metas y hagan planes para las personas que serán bautizadas y confirmadas la próxima semana. Repasen el Registro de enseñanza de cada persona que está comprometida para ser bautizada y confirmada la próxima semana. Analicen los arreglos que ustedes tengan que hacer para llevar a cabo las entrevistas bautismales, los servicios y las confirmaciones. Valiéndose del Registro de enseñanza, analicen cualquier compromiso con el que esas personas estén teniendo dificultades y la forma en que pueden ayudarlas. Planeen tener contacto diario con ellas. Analicen cómo pueden ayudar al líder misional del barrio a coordinar los detalles con el obispo a fin de que se efectúen sus confirmaciones en la reunión sacramental.
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Fijen metas y hagan planes para las personas que tengan una fecha bautismal. Repasen el Registro de enseñanza de cada persona que será bautizada en las próximas semanas. Hablen en cuanto a las lecciones que tengan que enseñarles. Piensen en cómo pueden ayudarlas a prepararse para el bautismo y la confirmación. Analicen los motivos por los que alguien podría no haberse bautizado en la fecha que tenía programada. Consideren y analicen con detenimiento sus necesidades. Fijen nuevas metas y hagan planes que les ayudarán a progresar hacia un día y una hora específicos en que puedan entrar en el convenio del bautismo y recibir la ordenanza de la confirmación. En el Registro de enseñanza, marquen los principios que tengan pensado enseñar y los compromisos que les ayudarán a cumplir. Determinen qué es lo que ustedes pueden hacer para ayudarles a recibir estas lecciones y guardar estos compromisos.
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Fijen metas y hagan planes para ayudar a las personas a asistir a la reunión sacramental. Analicen el Registro de enseñanza de cada persona y hablen en cuanto a su asistencia a la reunión sacramental. En el caso de las personas que estén asistiendo a la reunión sacramental con regularidad, hablen en cuanto a lo que deben hacer para ayudarlas a continuar teniendo una experiencia espiritual edificante. En el caso de aquellos que nunca hayan asistido a la reunión sacramental, que hayan asistido solo una vez o que asistan de vez en cuando, analicen qué podría estar impidiendo que asistan. Por ejemplo, quizás necesiten ayuda con el transporte, tal vez tengan temor o no estén familiarizados con los servicios de la Iglesia, o quizás hayan tenido una experiencia negativa en el pasado. Hablen sobre lo que pueden hacer para ayudarles a vencer esas barreras. Fijen metas para el número de personas que llevarán a la próxima reunión sacramental. Planifiquen quién llevará a esas personas a la Iglesia, quién les dará la bienvenida y quién se sentará con ellas durante las reuniones. Planeen ponerse en contacto con los líderes de cuórum y de las organizaciones auxiliares, y con cualquier maestro que tenga la responsabilidad de las clases a las que los visitantes asistirán. Planeen informar al obispo. En el Registro de enseñanza, enumeren las formas en que el consejo de barrio puede ayudar. Hagan planes en cuanto a lo que tengan que hacer cada día de la semana para preparar a esas personas para que asistan.
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Fijen metas y hagan planes para las lecciones que han de enseñarse a las personas que están progresando. Examinen el Registro de enseñanza de cada persona a quien se le enseñó con un miembro presente. Hablen de cómo sienten que ellos están recibiendo el mensaje. Analicen los compromisos y las actividades del Registro de enseñanza que ellos se estén esforzando por guardar o realizar. Hablen en cuanto a lo que ustedes pueden hacer para que los miembros del barrio y el consejo de barrio continúen participando en el progreso de ellos. Fijen metas para las lecciones que enseñarán; los compromisos que les ayudarán a cumplir, especialmente la asistencia a la Iglesia, estudiar el Libro de Mormón y orar; y las experiencias importantes que ustedes les ayudarán a tener durante las próximas semanas.
Examinen el Registro de enseñanza de cada persona a quien se le enseñó sin tener un miembro presente. Estas podrían ser personas que ustedes encontraron por iniciativa propia. Hablen en cuanto a qué líder del sacerdocio o de las organizaciones auxiliares se podría invitar para que les brinde amistad. Analicen las lecciones que enseñarán y los compromisos que les ayudarán a cumplir. Fijen metas para las lecciones que enseñarán, la forma en que contarán con la participación de los miembros, y cómo ayudarán a esas personas a asistir a la reunión sacramental. Anoten esas metas en el Registro de enseñanza y hagan los planes necesarios.
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Fijen metas y hagan planes para las lecciones que se enseñarán a todas las demás personas que están enseñando. Examinen el Registro de enseñanza de cada persona que no esté progresando. Analicen la razón por la que no están cumpliendo sus compromisos. Hablen sobre lo que harán para contar con la participación de los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares para unir en amistad a esas personas. Analicen muchos de los mismos puntos que se sugirieron en el paso 5. Fijen metas y hagan planes para ayudar a esas personas a progresar. Anoten esas metas en el Registro de enseñanza.
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Fijen metas y hagan planes para contactar y enseñar a las referencias que hayan recibido de los miembros, de los misioneros, de las Oficinas Generales de la Iglesia y de otras fuentes. Revisen los formularios Personas que tienen interés. Examinen todas las referencias que hayan recibido y presten atención a aquellas a quienes aún no hayan contactado. Fijen metas y hagan planes para ponerse en contacto durante la semana con el mayor número de referencias que les sea posible, de preferencia, con todas ellas. De ser posible, se debe contactar a las referencias en menos de 24 horas. Pónganse en contacto con la persona que envió la referencia para saber más y planear cómo trabajar en conjunto. Analicen cómo podrían presentarse a cada persona o familia y el mensaje que podrían enseñar. Si la referencia proviene de las Oficinas Generales de la Iglesia, hablen de cómo enseñarán un mensaje del Evangelio con la ayuda del video, libro u otro material que ellos hayan solicitado. Asegúrense de que tengan el artículo que solicitaron. Si es apropiado, pónganse en contacto con la referencia por teléfono o por mensaje de texto, y fijen una cita. Analicen la clase de seguimiento que deberán realizar.
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Fijen metas y hagan planes para obtener más referencias de los miembros y de las personas a las que están enseñando. Con espíritu de oración, determinen a qué otras personas pueden visitar. Planeen cómo las ayudarán a invitar a sus amigos y familiares a aprender sobre el Evangelio restaurado. Hablen sobre cómo las invitarán a participar en la obra misional. Fijen las citas y hagan los planes necesarios.
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Fijen metas y hagan planes para las lecciones que enseñarán a los conversos recientes y a los miembros que vuelven a la actividad. Revisen el Registro de enseñanza de cada converso reciente y de cada miembro que se haya vuelto a activar, a quienes estén enseñando. Fijen metas y hagan planes para las lecciones que enseñarán. Determinen la forma en que ayudarán a esas personas a asistir a la reunión sacramental y a cumplir otros compromisos.
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Fijen metas y hagan planes para encontrar nuevas personas para enseñar. Examinen las labores de la semana anterior a fin de encontrar nuevas personas para enseñar mediante referencias, oportunidades de servicio y actividades personales para encontrar. Hablen sobre la razón por la que algunas personas mostraron interés en aprender más y otras no. Fijen metas de cuántas nuevas personas encontrarán esta semana.
Identifiquen las personas que probablemente deseen saber más. Además, determinen los miembros y las familias en las que no todos son miembros de la Iglesia a los que deseen visitar, las referencias que puedan visitar y las oportunidades de servicio que buscarán. Planeen qué herramientas para encontrar utilizarán, como por ejemplo: tarjetas de obsequio, DVD o Escrituras. También hablen sobre los lugares a los que irán para contactar a las personas, a cuántas personas contactarán cada día, las personas a las que les pedirán referencias, personas que han sido enseñadas previamente que visitarán, las formas en las que el consejo de barrio puede ayudar, etc.
Utilicen todo el tiempo que quede con actividades para encontrar, las cuales les ayudarán a lograr sus metas. Fijen metas y planeen hablar con cuantas personas el Señor les ponga en el camino. Esfuércense siempre por encontrar personas para enseñar.
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Planifiquen la manera de trabajar con el consejo de barrio. El obispo es la autoridad presidente; respeten y honren su autoridad. Bajo su dirección, examinen el Informe de progreso que se utilizó en la reunión anterior de correlación misional o del consejo de barrio. Analicen las asignaciones que hayan recibido del obispo o del líder misional de barrio, y den un informe para dar a conocer si las han llevado a cabo. Hablen en cuanto a cómo lograr la participación de otras personas que podrían ayudar, como el líder misional del barrio, los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, y otros miembros. Preparen meticulosamente un Informe de progreso para la próxima reunión del consejo de barrio o para la reunión de coordinación misional. Asegúrense de que sea un informe exacto, legible y limpio. Fijen metas y hagan planes para trabajar en armonía con los líderes del barrio. Siempre que sea posible, hagan copias del Informe de progreso para los líderes del barrio que estarán presentes en la reunión. Si su misión utiliza herramientas digitales, una copia electrónica del Informe de progreso estará automáticamente a disposición de los líderes del barrio.
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Programen las reuniones que se efectúen con regularidad. En la Agenda diaria del misionero o en las herramientas digitales, anoten las reuniones que se efectúen con regularidad, como el consejo de distrito, las conferencias de zona, el consejo de líderes de la misión, las entrevistas y las reuniones de la Iglesia. Hablen sobre las asignaciones que deben llevar a cabo antes de cualquiera de esas reuniones, y añádanlas a la sección Apuntes/Lista de cosas para hacer.
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Lleven a cabo un inventario entre compañeros. Al final de la sesión de planeamiento semanal, comparta metas apropiadas con su compañero, y solicite su ayuda para lograrlas. Hable con su compañero en cuanto a la fortaleza de su relación. Analicen cualquier desafío que pudiese impedirles trabajar en unidad o ser obedientes. Resuelvan los conflictos. Comparta con su compañero lo que usted considere que sean los puntos fuertes de él o ella. Pida sugerencias para mejorar. Si es necesario, fijen metas que mejorarán la relación que existe entre ustedes. Terminen con una oración.
Sesión diaria de planeamiento
Cada mañana, lleve a cabo una sesión de planeamiento con su compañero. Para una sesión diaria de planeamiento aplique los mismos principios y pautas que sigue en una sesión semanal, pero de forma más sencilla. Con espíritu de oración, analice las lecciones o temas que puede estudiar durante el tiempo de estudio personal y con el compañero, que le servirán para llevar a cabo su plan. Escriba esos temas en el espacio correspondiente en la página Metas y planes diarios. Examine su horario diario. Para cada hora del día tenga planeada una actividad importante. Durante la sesión de planeamiento del domingo, dé cuenta del progreso de las personas a las que enseña, a fin de informar a su presidente de misión y terminar el proceso de fijación de metas para la semana siguiente.
Siempre ore antes de salir de su apartamento. En el transcurso del día, revise sus metas, planes y horario, y haga ajustes según sea necesario. Usted puede determinar cuán eficaces son sus planes diarios si no tiene que preguntar a los demás: “¿Qué debo hacer ahora?”.
Rendir cuentas de nuestra responsabilidad
El principio de rendir cuentas de su responsabilidad es fundamental en el plan eterno de Dios. Todos compareceremos ante el Señor en el juicio final y daremos cuentas de lo que hayamos hecho con las oportunidades que Él nos ha dado (véanse Alma 5:15–19; Doctrina y Convenios 137:9). En su misión usted podrá aprender mucho en cuanto a rendir cuentas que le será de beneficio durante toda su vida. El principio de rendir cuentas será una bendición para usted si hace lo siguiente:
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Emprende la tarea de fijar metas y de planear con la idea de que rendirá cuentas de sus esfuerzos a sus líderes de la misión y al Señor por medio de la oración.
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Siente una responsabilidad personal por la sagrada confianza que el Señor le ha dado.
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Fija metas significativas.
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Toma la iniciativa de rendir cuentas de su trabajo al Señor y a sus líderes de la misión. No espera a que se lo pidan ni a que los demás le den seguimiento frecuentemente, sino que tiene el deseo de rendir cuentas de sus labores.
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Acepta plena responsabilidad por sus esfuerzos. Nunca culpa a los demás por circunstancias difíciles o por la falta de progreso.
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Procura aprender de sus líderes y los invita a hacer sugerencias que le ayuden a mejorar.
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Siente entusiasmo para hacer lo mejor posible.
El rendir cuentas de su mayordomía no ocurre solo al final de la misión; es un principio que influye en la forma en que usted comienza, en lo que piensa y siente en cuanto a la responsabilidad que el Señor le ha dado, en cómo afronta su trabajo y en la forma en que persevera. La actitud que tenga hacia su experiencia misional es un reflejo del amor que siente hacia su Padre Celestial y Su Hijo, y del respeto que tiene por el sacerdocio.
Al orar personalmente y con el compañero, busque inspiración para saber lo que deberá hacer cada día. Al seguir sus planes, ore y busque la guía del Señor; lleve una oración en su corazón a lo largo del día para que el Espíritu le ayude a saber a dónde ir, qué hacer y qué decir. Pregúntese: “¿Qué más puedo hacer?”. Cuando ore al final del día, rinda un informe de su trabajo.
Cada semana, usted rendirá cuentas a los líderes de la misión en su informe semanal, durante el consejo de distrito y en otras circunstancias a lo largo de la semana. Si usted es un líder de la misión, recibirá esta información de otros misioneros. Demuestre interés en sus vidas y en la de aquellos a quienes enseñen, en vez de simplemente en las cifras. No utilice estos materiales o la información que reciba como formas para controlar o manipular. La información que reciba a través de estos medios le proporcionará ocasiones para elogiar a los misioneros por su dedicación y reconocer oportunidades para futuras capacitaciones.
Ideas para el estudio y la práctica
Estudio personal
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En su diario de estudio, escriba en una sola frase la respuesta a cada una de las preguntas que figuran en “Considere esto”.
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Dedique unos momentos y piense en su último día en el campo misional. Cuando llegue ese día:
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¿Qué le gustaría decir que hizo como misionero?
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¿Qué clase de persona anhela haber llegado a ser?
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¿Qué diferencias desearía que los demás notaran en usted?
En su diario de estudio, escriba una respuesta para cada una de estas preguntas. Determine qué es lo que debe hacer ahora para lograr esas metas. Escriba los planes que le acudan a la mente.
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Estudio con el compañero
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Con la ayuda de la carpeta de área, respondan a las preguntas que aparecen a continuación:
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¿Están todos los registros al día y son exactos y fáciles de leer?
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Si un misionero es nuevo en el área, ¿podría examinar la carpeta de área y saber dónde se encuentran las personas en su progreso espiritual y lo que aún deba hacerse para ayudarlas?
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Si un misionero es nuevo en el área, ¿se beneficiaría con las labores que usted ha hecho para encontrar a nuevas personas para enseñar?
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Imagine que usted mismo entrega su carpeta de área al Señor para rendirle cuentas de la forma en que ha cuidado de las personas de su área. ¿Estaría complacido el Señor con sus esfuerzos?
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Hablen de una de las personas a las que están enseñando. En la Agenda diaria del misionero, localicen la página titulada “Acontecimientos que conducen al bautismo, a la confirmación y a la actividad en la Iglesia”. Seleccionen un acontecimiento y hagan una lista de todo lo que tengan que hacer para que este se haga realidad. Analicen la forma en que podrían planear esas tareas a fin de que el acontecimiento se realice lo más pronto posible.
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Analice la siguiente analogía con su compañero. Evalúen cuánto tiempo pasa en el agua el “sedal” de su caña de pescar cada día.
“Ninguno de nosotros debería ser como el pescador que piensa que ha estado pescando todo el día cuando, en realidad, se ha pasado la mayor parte del tiempo metiéndose y saliéndose del agua, comiendo y ocupándose innecesariamente por el equipo de pesca. El tener éxito en la pesca tiene que ver con el tiempo que tengamos el sedal de la caña de pescar en el agua, y no con el tiempo que estemos ausentes de casa. Algunos pescadores se ausentan de casa durante doce horas y tienen la caña de pescar en el agua durante diez. Otros pescadores están fuera de casa doce horas y tienen la caña en el agua durante solo dos horas. Estos últimos tal vez se pregunten por qué no tienen el mismo éxito que los demás.
“Ese mismo principio se aplica a los misioneros, a quienes el Maestro llamó ‘pescadores de hombres’. El sedal de pescar del misionero debe entrar al agua en el momento en que este sale del apartamento” (Dallin H. Oaks, seminario para nuevos presidentes de misión, 20 de junio de 2000).
Consejo de distrito, conferencia de zona y consejo de líderes de la misión
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Lea a los misioneros una de las siguientes situaciones. En grupos pequeños, pida a los misioneros que analicen las metas y los planes que servirán para que las personas de estos ejemplos progresen hacia el bautismo y la confirmación. Pida a cada grupo que dé a conocer sus ideas.
Situación uno: Ustedes conocieron a Mario y a Berta cuando ambos prestaban servicio en un comedor comunitario. Les han enseñado una lección, y ahora desean saber más. Ellos no conocen a ningún miembro de la Iglesia; Berta es cristiana, pero Mario afirma no estar afiliado a ninguna religión en particular. No están casados pero viven juntos. Mario trabaja desde las 4 de la tarde hasta las12 de la noche, y Berta trabaja durante el día.
Situación dos: Esteban ha recibido todas las lecciones y asiste a la Iglesia por lo menos dos veces al mes. Él cree que José Smith es un profeta y que el Libro de Mormón es verdadero. Los miembros de su familia son católicos devotos y no aprueban que él se reúna con los misioneros.
Situación tres: Julia es estudiante universitaria; tiene una amiga que es miembro de la Iglesia y que la invitó a reunirse con ustedes. Ustedes le han enseñado dos lecciones, en las que estuvo presente su amiga. Aún no ha asistido a la Iglesia y está tan ocupada con las tareas académicas que le es difícil leer el Libro de Mormón.
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Invite a los misioneros a relatar experiencias en las que, mediante el establecimiento de metas y el hacer planes, hayan podido ayudar a las personas a:
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Cultivar una mayor fe en el Salvador.
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Arrepentirse y hacer cambios que las hayan acercado más a Dios.
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Recibir el convenio del bautismo y la confirmación.
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Volver a la Iglesia y renovar su convenio bautismal.
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Divida a los misioneros en tres grupos. Explique que cada grupo recibirá una asignación importante; luego dé a cada grupo una de las siguientes tareas:
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Abrir una nueva área de enseñanza.
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Preparar una sesión de capacitación para la conferencia de zona sobre la forma de presentar el Libro de Mormón a las personas que están interesadas en saber más.
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Integrar en el barrio a una familia que están enseñando. La familia consiste en tres hijos: una niña de 8 años, una de 12 y un joven de 16.
Diga a los misioneros que tienen ocho minutos para elaborar un plan. Uno de los misioneros deberá escribir el plan, incluso las actividades diarias.
Pida a cada grupo que presente su plan. Después de cada presentación, pregunte:
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¿Qué era necesario que los misioneros supieran en cada una de la situaciones?
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¿Cuáles podrían ser los resultados si no planearan actividades importantes o no hicieran ningún plan?
Después de todas las presentaciones, pregunte:
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¿En qué forma el planear y el fijar metas son actos de amor y de fe?
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Presidente de misión, su esposa y sus consejeros
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Pida a los misioneros que lleven sus carpetas de área a la conferencia de zona, al consejo de líderes de la misión y a las entrevistas. Además de ser usted quien examine las carpetas de área, considere la posibilidad de que los líderes de la misión o su esposa también las examinen.
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De vez en cuando, observe las sesiones de planeamiento semanales o diarias de los misioneros.
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De vez en cuando, lleve a cabo las entrevistas en los apartamentos de los misioneros. Al hacerlo, pida a su esposa o a sus asistentes que examinen las carpetas de área y las agendas diarias de los misioneros.
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Examine con frecuencia las agendas diarias de los misioneros.
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De vez en cuando asista a una reunión de consejo de barrio.