¿Realmente tengo que decirle a alguien que estoy pensando en el suicidio?

Los pensamientos suicidas son el reflejo de un trauma mental y emocional, no una debilidad del carácter. Aun las personas justas, como Pablo y otros profetas de la antigüedad, se sintieron abrumados y afligidos (véanse Números 11:14–15; 1 Reyes 19:4; Filipenses 1:21–24). No tiene por qué afrontar este desafío solo.

Sabemos que hay poder en consolarnos unos a otros. Cuando Moisés estaba agobiado, su suegro Jetro lo visitó y le dio un consejo sabio: “Desfallecerás del todo […], porque la tarea es demasiado pesada para ti; no podrás hacerlo tú solo” (Éxodo 18:18). Igualmente, cuando comparte sus pensamientos sobre el suicidio con alguien en quien confía, puede recibir fortaleza, alivio y una perspectiva más amplia. Confíe en que el Padre Celestial guiará a la persona con quien usted escoja hablar.

Podría iniciar la conversación hablando acerca de las cosas siguientes:

• ¿Cómo te sientes en este momento?

• ¿Cuánto tiempo llevas pensando en el suicidio?

• ¿Cómo te diste cuenta de estos sentimientos por primera vez?

• ¿Estos sentimientos vienen y van, o son más constantes?

• ¿Estás tomando algún medicamento o consumiendo drogas o alcohol?

Si no está seguro a quién contárselo, llame a una línea de ayuda gratuita para obtener ayuda. Visite Befrienders Worldwide (befrienders.org) para encontrar una línea de ayuda en su zona.

Recursos de la Iglesia y de la comunidad

(La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no ha creado, ni mantiene ni controla algunos de los recursos que se enumeran a continuación. El propósito de estos materiales es servir como recursos de ayuda adicionales en su estudio de este tema. La Iglesia no respalda ningún contenido que no esté de acuerdo con sus doctrinas y enseñanzas).

• Mosíah 18:8.