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Ayudar a los alumnos a venir a Jesucristo


“Ayudar a los alumnos a venir a Jesucristo”, Enseñar a la manera del Salvador: Para todos los que enseñan en el hogar y en la Iglesia, 2022.

“Ayudar a los alumnos a venir a Jesucristo”, Enseñar a la manera del Salvador

Jesús sentado con los niños

Como maestros del Evangelio de Jesucristo, ayudamos a los demás a entender y confiar en Sus enseñanzas, en Su poder y en Su amor.

Ayudar a los alumnos a venir a Jesucristo

Nada de lo que haga como maestro bendecirá más a los alumnos que ayudarles a conocer al Padre Celestial y a Jesucristo y a sentir Su amor (véase Juan 17:3). Piense en las experiencias que le han ayudado a llegar a conocer y amar al Padre Celestial y a Jesucristo. ¿Qué cosas ha hecho para aprender acerca de Sus atributos, Su poder y Su amor? ¿De qué manera su amor por el Padre Celestial y Jesucristo le ha brindado gozo? Luego piense en lo que el amor y el poder de Ellos pueden hacer por cada persona a la que usted enseña (véanse Alma 26:16; Moisés 5:11).

Nuestra meta final en esta vida es llegar a ser más como nuestro Padre Celestial y regresar a Él, y alcanzamos esa meta al venir a Jesucristo (véase Juan 14:6). Es por eso que, como enseñó el profeta Nefi, “hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo” (véase 2 Nefi 25:26).

Cada hijo de Dios necesita la luz y la verdad que provienen del Salvador, y puede escoger responder a ellas. Ser maestro del evangelio de Jesucristo significa ayudar a los demás a entender y confiar en Sus enseñanzas, en Su poder redentor y en Su amor perfecto. Considere cómo pueden ayudarle las siguientes ideas a inspirar a los demás a conocer mejor a Jesucristo y seguirlo.

Ayudar a los alumnos a reconocer el amor, el poder y la misericordia del Señor en sus vidas

Es bueno conocer el amor, el poder y la misericordia del Salvador, pero también necesitamos experimentarlos. Aprender cómo bendijo y sanó a las personas en las Escrituras nos ayuda a desarrollar una mayor fe en que Él puede bendecirnos y sanarnos. Por ejemplo, aprender acerca de las experiencias de Daniel es incompleto si no nos inspira a confiar en el Señor cuando figurativamente nos encontramos en nuestro propio foso de los leones.

A medida que ayude a los alumnos a reconocer las “tiernas misericordias del Señor” (véase 1 Nefi 1:20) tanto en sus propias experiencias como en las Escrituras, ellos sentirán y sabrán que el Señor está con ellos y que los amparará con amor (véase Doctrina y Convenios 68:6). Ellos verán y sentirán la realidad del amor y la misericordia del Señor en sus necesidades y circunstancias personales.

Jesús pronuncia el Sermón del Monte

Los maestros pueden ayudar a los alumnos a experimentar el amor, el poder y la misericordia del Salvador.

Ayudar a los alumnos a fortalecer su relación con el Padre Celestial y Jesucristo

El propósito de enseñar y aprender acerca de Jesucristo es ayudar a cada persona a acercarse más a Él y a nuestro Padre Celestial. Ayude a las personas a las que enseña a no perder nunca de vista este propósito. Aliéntelos a fortalecer su relación con el Padre Celestial y Jesucristo al estudiar las Escrituras, arrepentirse continuamente, hablar con el Padre en oración y testificar del Padre y del Hijo. Enseñe a los alumnos por medio de la palabra y el ejemplo de qué manera el hacer y guardar convenios nos une a Ellos. Ayúdeles a saber cuán preciados y amados somos para Ellos. Fortalezca su fe en que Jesucristo, en virtud de Su expiación perfecta, es el único camino de regreso a nuestro Padre. Brinde oportunidades para que los alumnos reciban un testimonio proveniente del Espíritu Santo, “que da testimonio del Padre y del Hijo” (véase Moisés 5:9).

Ayudar a los alumnos a esforzarse intencionalmente por ser más como Jesucristo

En definitiva, aprender acerca de Jesucristo nos inspira a llegar a ser más como Él, pero eso solo ocurre cuando actuamos con fe, tanto dentro como fuera de la clase, tomando decisiones con el propósito de seguir Su ejemplo y recibir Su gracia. Invite a los alumnos a buscar la ayuda del Espíritu Santo para descubrir maneras de llegar a ser más semejantes al Salvador. Brinde guía y apoyo a medida que los alumnos toman la determinación de esforzarse durante toda la vida por llegar a ser como Él.

Jacob enseñó que “todas las cosas que han sido dadas por Dios […] desde el principio del mundo” pueden enseñarnos acerca de Jesucristo (véase 2 Nefi 11:4). Lo que usted enseñe puede ser una de esas cosas. Coloque a Jesucristo en el centro de cada experiencia de enseñanza y aprendizaje. A medida que usted y los alumnos “habl[en] de Cristo, [se] regocij[en] en Cristo, predi[quen] de Cristo” (véase 2 Nefi 25:26), el Espíritu Santo sembrará un testimonio del Salvador en lo profundo de la mente y el corazón de cada uno. Al ayudar a los alumnos a llegar a conocer al Padre Celestial y a Jesucristo por sí mismos, es más probable que acudan a Ellos en busca de ayuda, esperanza y sanación a lo largo de sus vidas.