Evaluar el campamento
“[P]ara que todo hombre me rinda cuentas de la mayordomía que le sea designada” (D. y C. 104:12).
Al reunirse para evaluar el campamento, recibirán la guía del Espíritu a fin de mejorar las experiencias y aprender de ellas. Tanto las líderes adultas como jóvenes de campamento deben reunirse cada día y al concluir el campamento con el fin de evaluar las actividades realizadas. Las evaluaciones diarias deben ser breves y deben ayudar a mejorar la calidad de la experiencia.
Conforme evalúen su experiencia en el campamento, consideren las siguientes preguntas:
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¿Se realizaron las actividades tal como se planificaron? ¿Sí o no, y por qué?
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¿Qué podría haberse hecho mejor hoy?
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¿Qué ha salido bien?
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¿Qué principios se enseñaron y qué lecciones aprendieron las jóvenes?
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¿Hay algún problema que tengamos que resolver?
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¿Sintieron el Espíritu las jóvenes hoy? Si la respuesta es no, ¿qué podemos hacer de forma diferente mañana?
Durante la reunión de evaluación posterior al campamento, hagan estas y otras preguntas para determinar lo que se hizo bien y lo que se puede mejorar el próximo año:
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¿Logramos nuestras metas? ¿Sí o no, y por qué?
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¿Cuán bien nos preparamos espiritualmente?
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¿Cuán bien deliberamos en consejo?
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¿Qué aprendieron las jóvenes en cuanto a ministrarse unas a otras?
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¿De qué manera cumplieron con sus responsabilidades las líderes jóvenes de campamento?
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¿De qué forma se fortalecieron las familias de las jóvenes?
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¿Dónde y cuándo sintieron el Espíritu las jóvenes durante el campamento?
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¿Qué podemos hacer para ayudar a las jóvenes a continuar reconociendo y siguiendo el Espíritu?
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¿Qué sucedió en la vida de nuestras jóvenes a consecuencia del campamento?
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¿Qué ideas tenemos para nuestro próximo campamento de las Mujeres Jóvenes?
Las experiencias que tengan en el campamento seguirán mejorando conforme lleven registros detallados. Esos registros deben incluir un resumen de las actividades, un informe sobre el presupuesto, información sobre el transporte y el alojamiento, los menús, el número de participantes, fotografías y, si es posible, testimonios. Los registros son un recurso valioso para quienes planifiquen el campamento en los años siguientes.
Inviten a las jóvenes a reflexionar sobre sus experiencias en el campamento. Anímenlas a que compartan lo que aprendieron con su familia y sus amigos. Durante las actividades de la Mutual, podrían continuar ampliando las aptitudes que las jóvenes hayan aprendido en el campamento. También podrían analizar las doctrinas que se enseñaron en el campamento durante las clases dominicales. Si las actividades tuvieron éxito, consideren compartirlas con otras personas.