Para lograr la salvación, los hombres deben arrepentirse y guardar los mandamientos, nacer de nuevo, purificar sus vestidos mediante la sangre de Cristo, ser humildes, despojarse del orgullo y de la envidia, y hacer las obras de rectitud — El Buen Pastor llama a Su pueblo — Los que hacen obras malas son hijos del diablo — Alma testifica de la veracidad de su doctrina y manda a los hombres que se arrepientan — Los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida. Aproximadamente 83 a.C.