TJS, Hebreos 7:3. Compárese con Hebreos 7:3
Melquisedec fue sacerdote según el orden del Hijo de Dios. Todos los que reciben este sacerdocio pueden llegar a ser como el Hijo de Dios.
3 Porque este Melquisedec fue ordenado sacerdote según el orden del Hijo de Dios, orden que era sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tiene principio de días, ni fin de vida. Y todos los que son ordenados a este sacerdocio son hechos semejantes al Hijo de Dios, permaneciendo sacerdotes para siempre.
TJS, Hebreos 7:19–21. Compárese con Hebreos 7:19–21
La ley preparó a las personas para Jesús, que es el “el fiador de un mejor testamento”.
19 Porque la ley se administró sin juramento y nada perfeccionó, sino que fue solo la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.
20 Y [como] este sumo sacerdote no fue sin juramento, por tanto, Jesús fue hecho el fiador de un mejor testamento.
21 (Porque en verdad los otros sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero este, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec);
TJS, Hebreos 7:25–26. Compárese con Hebreos 7:26–27
Jesús se ofrece a Sí mismo como un sacrificio sin pecado por nuestros pecados.
25 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, sin mancha, limpio, apartado de los pecadores y hecho gobernante sobre los cielos;
26 y no como los otros sumos sacerdotes que cada día ofrecían sacrificios, primero por sus propios pecados, y luego por los pecados del pueblo, porque él no necesitó ofrecer sacrificio por sus propios pecados, porque no conoció pecado, sino por los pecados del pueblo. Y esto lo hizo una sola vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo.