Capítulo 15
Los verdaderos santos confraternizan unos con otros — Pablo relata su diligencia en la predicación del Evangelio — Los dones del Espíritu se derraman sobre los gentiles.
1 Así que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros que seáis unánimes según Cristo Jesús,
6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó, para gloria de Dios.
8 Digo, pues, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,
9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles,y cantaré a tu nombre.
10 Y otra vez dice:Alegraos, gentiles, con su pueblo.
11 Y otra vez:Alabad al Señor, todos los gentiles;y magnificadle, todos los pueblos.
12 Y otra vez, dice Isaías:Habrá una raíz de Isaí,y el que se levantará a regir a los gentiles;los gentiles pondrán su esperanza en él.
13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
14 Y estoy seguro de vosotros, hermanos míos, que aun vosotros mismos estáis llenos de bondad, colmados de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
15 Pero os he escrito, hermanos, en parte osadamente, como para haceros recordar por la gracia que de Dios me es dada,
16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.
17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que se refiere a Dios.
18 Porque no osaría hablar de nada que Cristo no haya hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
19 con el poder de milagros y prodigios, por el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
20 Y de esta manera me esforcé por predicar el evangelio, no donde antes Cristo fue nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,
21 sino, como está escrito:Aquellos a los que nunca les fue anunciado acerca de él, verán;y los que nunca han oído, entenderán.
22 Por lo cual me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.
23 Pero ahora, no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros desde hace muchos años,
24 cuando vaya a España, iré a vosotros, porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, después de haber gozado con vosotros.
25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.
26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.
27 Porque les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los bienes materiales.
28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré a visitaros rumbo a España.
29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con la abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.
30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios,
31 para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos de Jerusalén sea acepta;
32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que halle descanso juntamente con vosotros.
33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.