Capítulo 22
Josafat, de Judá, y Acab, de Israel, unen fuerzas contra Siria — Los profetas de Acab predicen el éxito — Micaías predice la derrota y la muerte de Acab — Acab es muerto y los perros lamen su sangre — Josafat reina con rectitud en Judá — Ocozías reina en Israel y sirve a Baal.
1 Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel.
2 Y aconteció al tercer año, que Josafat, rey de Judá, descendió a visitar al rey de Israel.
3 Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de manos del rey de Siria?
4 Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.
5 Y dijo Josafat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.
6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque el Señor la entregará en manos del rey.
7 Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por medio del cual consultemos?
8 Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un hombre por medio del cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; pero yo le aborrezco, porque nunca me profetiza el bien, sino solamente el mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.
9 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla.
10 Y el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su silla, vestidos con sus ropas reales, en una era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.
11 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y dijo: Así dice Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta acabarlos.
12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad y serás prosperado, porque Jehová la entregará en manos del rey.
13 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey el bien; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia el bien.
14 Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hable, eso diré.
15 Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad o la dejaremos? Y él respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en manos del rey.
16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de hacerte jurar que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?
17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuelva cada uno a su casa en paz.
18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal.
19 Entonces Micaías dijo: Oye, pues, la palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda.
20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra.
21 Y salió un espíritu, y se puso delante de Jehová y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera?
22 Y él dijo: Yo saldré y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Lo inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así.
23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en boca de todos estos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.
24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el espíritu de Jehová para hablarte a ti?
25 Y Micaías respondió: He aquí, tú lo verás en aquel día, cuando te metas en un aposento interior para esconderte.
26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías y llévalo ante Amón, gobernador de la ciudad, y ante Joás, hijo del rey;
27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.
28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. Enseguida dijo: ¡Oíd, pueblos todos!
29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad.
30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla.
31 Pero el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis vosotros ni con grande ni con chico, sino solo contra el rey de Israel.
32 Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente este es el rey de Israel; y se volvieron a él para pelear con él; pero el rey Josafat gritó.
33 Y aconteció que al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
34 Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta y sácame del campo, que estoy herido.
35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey tuvo que ser sostenido en su carro delante de los sirios, y al atardecer murió, y la sangre de la herida corría por el fondo del carro.
36 Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!
37 Y murió, pues, el rey, y fue llevado a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria.
38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; lavaron también sus armas; y los perros lamieron su sangre, conforme a la palabra que Jehová había hablado.
39 Los demás hechos de Acab, y todas las cosas que hizo, y la casa de marfil que construyó y todas las ciudades que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?
40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar Ocozías, su hijo.
41 Y Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel.
42 Y tenía Josafat treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba hija de Silhi.
43 Y anduvo en todo el camino de Asa, su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso los lugares altos no fueron quitados, y el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
44 Y Josafat hizo la paz con el rey de Israel.
45 Los demás hechos de Josafat, y sus hazañas y las guerras que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
46 Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que habían quedado en el tiempo de su padre Asa.
47 No había entonces rey en Edom; había gobernador en lugar de rey.
48 Josafat había hecho naves en Tarsis, las cuales habían de ir a Ofir por oro; pero no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber.
49 Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: Vayan mis siervos con los tuyos en las naves. Pero Josafat no quiso.
50 Y durmió Josafat con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David, su padre; y en su lugar reinó Joram, su hijo.
51 Y Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.
52 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre y en el camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel,
53 porque sirvió a Baal y lo adoró, y provocó a ira a Jehová, Dios de Israel, conforme a todas las cosas que su padre había hecho.