2020
Cómo fomentar una perspectiva positiva de la sexualidad
Agosto de 2020


Jóvenes Adultos

Cómo fomentar una perspectiva positiva de la sexualidad

Dios nos ha bendecido con sensaciones sexuales apropiadas y de carácter divino por una razón. A medida que los miembros solteros de la Iglesia comprendamos mejor esas sensaciones, hallaremos mayor paz y esperanza.

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En la actualidad, gran parte de la sociedad parece estar muy confundida en cuanto a lo que es un entendimiento sano y positivo de la sexualidad1. Para ser francos, en ciertas maneras, algunos de nosotros, los jóvenes adultos miembros de la Iglesia, también parecemos estarlo. Así que, aclaremos algunos puntos.

Para empezar, debemos saber cuál es nuestra postura como Santos de los Últimos Días respecto a nuestra perspectiva de la sexualidad. Hace muchos años, el élder Parley P. Pratt (1807–1857) enseñó: “Nuestros afectos naturales fueron puestos en nuestro interior por el Espíritu de Dios para un propósito sabio, y estas son las fuerzas que motivan nuestra vida y felicidad; son el vínculo que une a toda sociedad virtuosa y celestial; son la esencia de la caridad o del amor […].

“No existe principio más puro y santo […].

“El hecho es que Dios […] plantó en [nuestro] corazón esos sentimientos afectuosos cuyo objeto es el de cimentar [nuestra] felicidad y unión”2.

El presidente John Taylor (1808–1887) también explicó: “Lo traemos al mundo [un deseo natural], pero al igual que todo lo demás, debemos santificarlo […]. El ejercer apropiadamente esas funciones lleva a la vida, la felicidad y la exaltación en este mundo y en el venidero”3.

En términos sencillos: Dios nos creó con la capacidad para tener sensaciones sexuales. Es parte de quiénes somos. Además, puede ser una parte buena, maravillosa y gozosa de nuestra vida, siempre y cuando aprendamos a utilizarla y encauzarla en maneras que Él aprobaría. Conforme controlamos esas sensaciones de formas apropiadas a lo largo de nuestra vida, las bendiciones que recibimos son increíbles.

Por medio de este don, tenemos el potencial de ayudar a cumplir el plan del Padre Celestial y de llegar a ser como nuestros padres celestiales4. Lamentablemente, en nuestro mundo de hoy, Satanás ha hecho que muchas personas tengan una perspectiva distorsionada en cuanto lo que es la sexualidad apropiada y divina; él quiere que hagamos uso indebido de ella y que la malentendamos, así como su naturaleza sagrada. Él a veces nos confunde en cuanto a la diferencia que existe entre lo que es sagrado y lo que es secreto, para hacernos sentir avergonzados al tener sensaciones sexuales apropiadas, para conducirnos a cosas como la pornografía o para utilizar nuestro cuerpo o el de otra persona en maneras que están fuera de los límites que Dios ha establecido. Sin embargo, la sexualidad —si se emplea como Dios lo dispuso— es un don divino. Si tenemos sentimientos negativos hacia nuestra sexualidad, quizás solo necesitemos entenderla mejor.

¿Cómo puedo cultivar una perspectiva positiva de la sexualidad?

Si tenemos una perspectiva distorsionada de la sexualidad, ¿cómo podemos ver nuestra sexualidad divina e innata de una forma positiva y aprender a comprender y a encauzar nuestras sensaciones de manera adecuada, a medida que nos esforzamos por llegar a ser como el Salvador? ¿Cómo podemos sentirnos cómodos con quiénes somos y aceptar las sensaciones sexuales divinas con las que fuimos creados? Las siguientes son algunas sugerencias que pueden ser de utilidad:

1. Comprende que todos somos tanto seres espirituales como físicos.

Tal vez creas que la sexualidad es algo meramente físico, pero también tiene mucho que ver con la mente y los pensamientos. Nuestros pensamientos influyen en nuestros actos, y la forma en que usamos nuestro cuerpo influye también en nuestro ser espiritual. El presidente Boyd K. Packer (1924–2015) enseñó: “Nuestro espíritu y nuestro cuerpo están combinados de manera tal que nuestro cuerpo se convierte en un instrumento de nuestra mente y en el cimiento de nuestro carácter”5.

Si se expresa dentro de los límites de la ley de castidad, nuestra sexualidad innata no es un impedimento para la espiritualidad. Si se tiene una idea deformada de la sexualidad como algo negativo, es probable que esa idea se lleve al matrimonio. Sin embargo, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “La unión sexual [dentro del matrimonio] es […] no solo la unión de un hombre y una mujer, sino más bien, la unión de ese hombre y esa mujer con Dios […]. No hay ningún otro momento en esta vida en el que seamos más semejantes a Dios que aquel en el que expresamos ese poder particular6. ¿Cómo podría el hecho de comprender esto cambiar tu perspectiva actual de la sexualidad o de la intimidad sexual, incluso siendo soltero o soltera?

2. Infórmate acerca del cuerpo

Si aún no lo has hecho, aprende en cuanto a la anatomía humana. Cuanto más entiendas el proceso natural del desarrollo del cuerpo, más comprenderás que las sensaciones sexuales apropiadas son una parte normal de la vida. El hecho de informarse sobre la anatomía humana, llamar las partes del cuerpo por su nombre y comprender sus funciones sexuales y físicas, ayuda a disminuir el tabú que las rodea. Al mismo tiempo, también debemos “[eliminar] de [nuestras] conversaciones las palabras, las bromas y los temas degradantes, vulgares y sexualmente explícitos”7. Conforme comprendamos las partes del cuerpo y su propósito, seremos menos susceptibles a verlas solamente en un contexto sexual.

El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Cada órgano del cuerpo es un don maravilloso de Dios”8 y, obviamente, eso incluye los órganos sexuales. Fueron creados para un sabio propósito y es nuestra responsabilidad aprender a emplearlos en maneras que el Señor querría.

3. No sientas temor ni vergüenza

El aprender más acerca del cuerpo te ayudará a entender la forma en que las sensaciones sexuales son un aspecto normal de nuestro cuerpo. Y si bien todos estamos tratando de vencer al “hombre natural” en esta vida (véase Mosíah 3:19), el solo hecho de tener sensaciones sexuales apropiadas no tiene que ser motivo de vergüenza. Solamente es pecado si por ellas actúas de forma inadecuada o si contemplas pensamientos inapropiados o lujuriosos. ¡No sentimos vergüenza ni culpa por tener hambre! Quizás solo cuando nos atiborramos con nuestra comida favorita en respuesta al hambre o cuando comenzamos a obsesionarnos con esta. Está bien reconocer que las sensaciones y los pensamientos sexuales apropiados son parte de nuestra naturaleza divina, y que son para un propósito útil en el lugar y el momento adecuados.

Si sientes atracción hacia personas del mismo sexo, quizás sientas temor o vergüenza de tus sentimientos, pero Dios no desea que te sientas así. Podemos vivir una vida plena dentro de los límites que Él ha establecido para nuestro beneficio. Cada uno de nosotros tiene que recorrer su propia senda en la vida terrenal, y, si amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos, no hay circunstancia alguna que el Padre Celestial no pueda hacer que obre para nuestro bien eterno (véanse Romanos 8:28; Juan 14:15; Doctrina y Convenios 90:24). Con Su ayuda, podemos aprender y madurar, y llegar a ser como Él.

4. Cultiva relaciones significativas

Las sensaciones físicas son solo una parte de la sexualidad. Una de las verdaderas necesidades que hay detrás de las sensaciones sexuales apropiadas son las relaciones con los demás. Como seres humanos, ansiamos esa cercanía. El relacionarnos con otras personas por medio de la amistad estrecha, los lazos, el contacto físico apropiado, el amor y el afecto, puede ayudarnos a ver a los demás como realmente son y a expresar la sexualidad de forma adecuada, guardando al mismo tiempo la ley de castidad.

El élder Marlin K. Jensen, Setenta Autoridad General emérito, dijo: “El profeta José Smith enseñó que ‘la amistad es uno de los principios fundamentales de [nuestra religión]’. Ese pensamiento debe inspirarnos y motivarnos porque creo que la amistad es una necesidad fundamental de nuestro mundo. Pienso que todos añoramos profundamente la amistad, la satisfacción y la seguridad que solo brindan las relaciones estrechas y duraderas”9.

5. Considera tu propio cuerpo como algo divino (¡porque lo es!)

Nuestro cuerpo es una bendición maravillosa de Dios. Aun así, muchos de nosotros a menudo caemos en la trampa de criticarlo. Si pudiéramos recordar lo mucho que significaba nuestro cuerpo antes de que lo tuviéramos (y lo mucho que significará después de que muramos [véase Doctrina y Convenios 138:17, 50]), tal vez sentiríamos más gratitud y menos desprecio hacia esa increíble dádiva.

El presidente Nelson enseñó: “El cuerpo físico es una magnífica creación de Dios. Es Su templo, así como el de ustedes, y deben tratarlo con reverencia […]. Un estudio del cuerpo atestigua su designio divino”10. Además, el saber cuán divino realmente es el cuerpo, tendrá una influencia positiva en nuestros actos. El presidente Nelson también explicó: “Cuando verdaderamente conocemos nuestra naturaleza divina […], centramos la vista en imágenes, el oído en sonidos y la mente en pensamientos que dan fe de nuestra creación física como templos de Dios. En nuestras oraciones diarias reconocemos a Dios con agradecimiento como nuestro Creador y le damos gracias por la magnificencia de nuestro templo físico. Cuidamos del cuerpo y lo apreciamos como un don personal de Dios”11.

6. Utiliza medios de comunicación que presenten relaciones sanas

Las relaciones sanas consisten en conectarse, escuchar, servir, validar, comprometerse y madurar juntos. En una relación sana hay reciprocidad y ambas personas procuran la comodidad y el bienestar de la otra. El uso de medios de comunicación que presenten relaciones sanas y el proceso que toma cultivarlas te ayudarán a adquirir una perspectiva más positiva de la sexualidad.

Parte del motivo por el que la pornografía es perjudicial para que tengamos una perspectiva sana y positiva de la sexualidad es que entorpece las relaciones significativas y pretende aislar la relación a un solo aspecto. Evita los medios de comunicación impresos, visuales o audibles que sobreestimulen tu apetito sexual. La buena música, los medios de comunicación edificantes, el sano uso de internet y los filtros son de utilidad. El sitio AddressingPornography.ChurchofJesusChrist.org ofrece recursos adicionales de utilidad para aprender sobre la sexualidad de maneras sanas.

Si tienes problemas con la pornografía, deberías hablar con tu obispo o presidente de rama, y también es recomendable que hables con otros líderes de la Iglesia, familiares o amigos para recibir apoyo. En ciertos casos, puede ser útil recurrir a un profesional de salud mental.

7. Trata a todos los demás como hijos de Dios

Parte del desarrollo sexual abarca aprender a respetar y a comprender a los demás. Eso incluye aprender a ser digno de confianza, desinteresado, sincero y considerado con los sentimientos de los demás; es decir, verlos como hijos divinos de Dios. El desarrollo de todas esas características es algo en lo que podemos —y debemos— trabajar a lo largo de nuestra vida, y es algo que llegará a ser de vital importancia al momento de la intimidad sexual con tu futuro compañero o compañera eterna.

Hazte esta pregunta: ¿Cómo tratas a las personas? ¿Eres amable? ¿Respetas sus necesidades emocionales y sus límites físicos? Esos atributos pueden servirte para madurar en todos los aspectos, incluso el de una sexualidad sana y apropiada.

8. Recuerda tu verdadera identidad

Nuestro Padre Celestial te dio muchas sensaciones sobre las cuales debes tener mayordomía. Guardar la ley de castidad te permite honrar y amar a Dios, a ti mismo y a los demás.

Recuerda que eres un ser eterno que se encuentra viviendo una experiencia terrenal. La experiencia personal que tengas con la sexualidad en la vida terrenal será única y tendrá una función especial en tu refinamiento aquí en la tierra. El refinamiento no siempre es fácil, pero ofrece gozo y paz en nuestro afán de llegar a ser como el Padre Celestial. A medida que guardes Sus mandamientos, Él te puede guiar y ayudar a adquirir fuerza y conocimiento en tus experiencias individuales con la sexualidad, lo que te servirá para cumplir con tu destino y potencial divinos.

Que tu sexualidad no sea el aspecto más importante que te defina. La etiqueta más importante que tienes es tu identidad como hija o hijo amado de Padres Celestiales. El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “El hecho principal que nos define es que todos nosotros somos hijos de Padres Celestiales, que nacimos en la tierra con un propósito y con un destino divino. Cuando cualquier otra noción, sea cual fuere, interfiere con este hecho principal, entonces es destructiva y nos conduce por el camino equivocado” (en “Interview With Elder Dallin H. Oaks and Elder Lance B. Wickman: ‘Same-Gender Attraction’”, newsroom.ChurchofJesusChrist.org).

Hay un propósito por el cual tenemos experiencias y características distintas con las que somos bendecidos aquí en la vida terrenal. El Padre Celestial desea que te aceptes, te respetes y te ames a ti mismo por el ser divino que eres. Él, a Su vez, te guiará en tu trayecto personal y te bendecirá de formas más grandiosas de lo que te puedas imaginar.

No olvides que este es un trayecto de toda la vida.

El hecho de comprender y cultivar un sentido positivo y sano de la sexualidad apropiada no es algo en lo que se comienza a trabajar después del matrimonio ni algo que se domina de la noche a la mañana. Es un trayecto de toda la vida, que te bendecirá de muchas maneras a lo largo de tu vida mortal y eterna. Además, si has tenido altibajos a lo largo del trayecto, ten presente que el poder sanador y sustentador de la expiación de Jesucristo está al alcance de todos aquellos que lo busquen a Él (véase Mosíah 4:1–3, 10–13).

En definitiva, sean cuales sean nuestras circunstancias o experiencias, a medida que sigamos el ejemplo de nuestro Salvador, Dios cumplirá todas las promesas que nos ha hecho, y nos daremos cuenta de que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en Su plan (véase Doctrina y Convenios 59:23). Con Su ayuda, lograremos el éxito en nuestro afán de adquirir una perspectiva positiva de la sexualidad.

Notas

  1. El apóstol Pablo vio que las personas de esta época serían “llevadas por diversas concupiscencias” (2 Timoteo 3:6).

  2. Writings of Parley Parker Pratt, 1952, págs. 52–53.

  3. John Taylor, The Gospel Kingdom, selecciones de G. Homer Durham, 1943, pág. 61.

  4. Véase Dallin H. Oaks, “La Apostasía y la Restauración”, Liahona, julio de 1995, pág. 98; véase también “La pureza sexual”, en Para la Fortaleza de la Juventud (folleto, 2011), pág. 35; Dale G. Renlund y Ruth Lybbert Renlund, “Los propósitos divinos de la intimidad sexual”, Liahona, agosto de 2020, págs. 12–17.

  5. Boyd K. Packer, “The Instrument of Your Mind and the Foundation of Your Character”, Brigham Young University 2002–2003 Speeches, 2003, pág. 2; véase también M. Russell Ballard, “Dar a nuestros espíritus el control sobre nuestros cuerpos”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 106–109.

  6. Jeffrey R. Holland, “Of Souls, Symbols, and Sacraments” (devocional de la Universidad Brigham Young, 12 de enero de 1988), pág. 8, speeches.byu.edu; cursiva del original.

  7. Castidad (folletos para lecciones misionales, 2007), pág. 11.

  8. Russell M. Nelson, “El cuerpo: Un don magnífico que debemos apreciar”, Liahona, agosto de 2019, pág. 52.

  9. Marlin K. Jensen, “La amistad: un principio del Evangelio”, Liahona, julio de 1999, pág. 74.

  10. Russell M. Nelson, “El cuerpo: Un don magnífico que debemos apreciar”, Liahona, agosto de 2019, pág. 52.

  11. Russell M. Nelson, “El cuerpo: Un don magnífico que debemos apreciar”, Liahona, agosto de 2019, pág. 54.