Solo para versión digital: Jóvenes adultos
Cuatro verdades que te ayudarán a atravesar tu etapa como joven adulto
Tuve dificultades en mi etapa como joven adulta, pero aprendí cuatro verdades que me ayudaron a atravesarla.
Estudia. Sirve en una misión. Cásate. Viaja por el mundo. Elige una profesión. Sé económicamente estable. Ten un bebé. Con tantas decisiones importantes de la vida y tantas voces que nos dicen cómo ser “adultos”, ¿cómo se supone que ordenemos nuestra lista de prioridades?
Con estas innumerables oportunidades y el temor común de equivocarse u omitir algo, es comprensible que tantos jóvenes adultos afronten dificultades. Sin embargo, la respuesta para priorizar las decisiones de la vida es siempre la misma: acudir a Jesucristo. Conforme atravesamos el impredecible mar de la etapa como jóvenes adultos, podemos utilizar las cuatro sugerencias siguientes para mantener nuestra vida centrada en Cristo.
Estudia las Escrituras a diario
Hay una diferencia entre estudiar y leer; ¡es la diferencia que marca toda la diferencia! Para mí, estudiar implica leer con espíritu de oración, con un propósito, y buscando guía y conocimiento.
El presidente Thomas S. Monson centró su último discurso como profeta en el poder del Libro de Mormón. Entre otras bendiciones, prometió que, conforme leamos el Libro de Mormón, “estaremos en condiciones de oír la voz del Espíritu, resistir la tentación, superar la duda y el temor, y recibir la ayuda del cielo en nuestras vidas”1.
Al estudiar las Escrituras, muestras a Dios que Él es importante. Así como alimentamos el cuerpo cada mañana para tener fortaleza física, nuestro espíritu también necesita fortaleza espiritual diaria. Crear el hábito de estudiar cada día las Escrituras nos proporcionará el sustento espiritual que necesitamos para mantenernos firmemente anclados en Cristo y abrir la mente y el corazón al Espíritu.
Paga el diezmo
Aunque tener la perspectiva equivocada en cuanto al dinero puede hacer de este algo mundano, el dinero es una realidad de la vida, y es una preocupación para muchos jóvenes adultos. ¿No sería maravilloso que se nos garantizaran bendiciones si sacrificamos un poco de lo que se nos ha dado?
Pues bien, ¡se nos garantizan!
Tanto Malaquías en el Antiguo Testamento como Jesucristo mismo en las Américas prometieron que, si pagamos el diezmo, se abrirán las ventanas de los cielos y se derramarán bendiciones (véase Malaquías 3:10; véase también 3 Nefi 24:8–10). Dios sabe acerca de nuestras preocupaciones económicas y tiene presente que pedirnos una parte de todo lo que ganamos puede parecer mucho. Sin embargo, ninguna otra cosa que podamos hacer con esa contribución del diez por ciento puede compararse con las bendiciones que Dios tiene reservadas para nosotros; además, fortalecemos nuestra fe cada vez que consagramos nuestros diezmos al Señor.
Ejerce la gratitud
Ejercer la gratitud en los buenos y en los malos momentos es una habilidad que requiere esfuerzo y práctica. Sin embargo, ¡la gratitud tiene el potencial de hacer que la vida sea infinitamente mejor! Expresar gratitud no es ignorar todos los aspectos negativos de la vida y fingir que todo es de color de rosa. Más bien, implica buscar aquellas cosas por las que estar agradecidos a pesar de todo lo negativo.
Hay estudios que indican que algunos de los efectos positivos de la gratitud incluyen un mayor bienestar, relaciones interpersonales más profundas, mayor optimismo y felicidad, mayor autocontrol, disminución del estrés, mejor salud física y mental, ¡y una vida mejor en general! El presidente Nelson ha dicho que la gratitud “nos da una mayor perspectiva del propósito mismo de la vida y de su gozo”2.
La próxima vez que tengas unos minutos, escoge reflexionar en las cosas por las que estás agradecido. Ya sea mediante el orar o el meditar, la gratitud será de beneficio para tu vida y te mantendrá centrado en el Salvador.
Aprende más acerca de Jesucristo
Mi última sugerencia tiene que ver con el acontecimiento más impactante y de mayores consecuencias eternas que haya tenido lugar: la expiación de Jesucristo.
Puedo señalar cierto momento durante mi misión que transformó la forma en que veía la expiación del Salvador. Durante un estudio matutino de las Escrituras, la necesidad y la grandeza de la expiación de Cristo me impactaron repentinamente. No recuerdo lo que leí, pero de repente comprendí a un nivel más profundo lo verdaderamente inútil que sería todo en la vida sin Jesucristo y Su expiación.
Puedes comenzar hoy al leer y escuchar las Escrituras y las palabras de los profetas sobre Cristo y Su sacrificio expiatorio. Haz la prueba de orar para lograr una comprensión más profunda. Combinar el estudio y la oración produce milagros e invitará un mayor poder a tu vida. El presidente Nelson nos ha aconsejado repetidamente que venzamos al mundo, lo cual él definió como “llegar a amar a Dios y a Su Hijo Amado más que a cualquier otra persona o cosa”3.
Aprender más sobre nuestro Salvador y Su expiación infinita nos ayudará a vencer al mundo, a volver a centrar nuestras prioridades, y a cambiar la forma en que pensamos y actuamos cada día. Nos acercará más al Padre Celestial y a Jesucristo, y estaremos mejor preparados para afrontar los muchos desafíos de la vida.