Mi Deber a Dios
¿Cómo puedo ser un misionero ahora?
El Señor le ha dado a cada poseedor del Sacerdocio Aarónico el deber de invitar a todos a venir a Cristo (véase D. y C. 20:59). Los profetas del Señor también han invitado a todo joven de la Iglesia digno y capaz a servir en una misión de tiempo completo. Cumplir nuestro deber del Sacerdocio Aarónico de invitar a todos a venir a Cristo nos ayuda a prepararnos para el futuro servicio como misioneros de tiempo completo. De esa manera, ayudamos a edificar el reino de Dios.
Prepararse espiritualmente
Estudie con espíritu de oración los siguientes pasajes de las Escrituras y otros recursos. ¿Qué se ha sentido inspirado a compartir con los jóvenes?
Cumplir Mi Deber a Dios, 2010, págs. 28–29, 52–53, 76–77.
Alma 17:2–3 (Los hijos de Mosíah se prepararon para la misión ayunando, orando, y escudriñando las Escrituras diligentemente)
Hechos 2, 16; Mosíah 18 (Pedro, Pablo y Alma invitan a otros a venir a Cristo)
Neil L. Andersen, “Un testigo de Dios”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 35–38.
M. Russell Ballard, “Confíen en el Señor”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 43–45.
David A. Bednar, “Llegar a ser misioneros”, Liahona, noviembre de 2005, págs. 44–47.
David A. Bednar, “Vengan y vean”, Liahona, noviembre de 2014, págs. 107-110.
Videos: “Cumplir con tu Deber a Dios”, “Actitud misional”, “Deber del sacerdocio: Predicar el Evangelio”
Permita que los jóvenes dirijan
Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión. Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios ), los alienta a compartir las experiencias que han tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio. Puede prepararse llenando una Agenda de la reunión de cuórum durante una reunión de presidencia.
Comience la experiencia de aprendizaje
Elija alguna de las ideas siguientes, o utilice las suyas, para repasar la lección de la semana anterior y presentar la de esta semana:
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Invite a los jóvenes a que hablen, enseñen y testifiquen de las experiencias que hayan tenido al aplicar lo que aprendieron en la lección de la semana anterior.
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Pida a los jóvenes que, con espíritu de oración, piensen en amigos, familiares o miembros del cuórum menos activos a quienes podrían invitar a venir a Cristo. Pídales que escriban esos nombres en sus libritos Mi Deber a Dios (véanse las páginas 28–29, 52–53, 76–77). Inste a los jóvenes a ser sensibles a las impresiones que reciban durante la lección en cuanto a lo que podrían hacer para compartir el Evangelio con esas personas.
Aprender juntos
El propósito de esta lección es ayudar a cada joven a prepararse para una vida de servicio como misionero. Durante la reunión del cuórum, conceda tiempo a los jóvenes para que escriban los planes que tengan en su librito Mi Deber a Dios. Invítelos a que compartan sus planes entre ellos, y también a que en futuras reuniones de cuórum compartan las experiencias que hayan obtenido al prepararse para el servicio misional y al invitar a otras personas a venir a Cristo.
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Otra forma de comenzar un análisis acerca de compartir el Evangelio podría ser hacer referencia a la analogía del élder Neil L. Andersen sobre un rompecabezas en su discurso “Un testigo de Dios”. ¿De qué forma el proceso de armar un rompecabezas es como la obra de compartir el Evangelio? Invite a todos a armar el rompecabezas mientras analizan las maneras en las que pueden trabajar juntos, como cuórum, para hacer la obra misional. Como parte del análisis, podrían usar específicamente la sección del discurso del élder Andersen titulada “Una invitación a los jóvenes”. ¿Cómo pueden el consejo y el desafío del élder Andersen ayudar a los hombres jóvenes al hacer planes de compartir el Evangelio?
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Muestre una maleta a los jóvenes, e invítelos a analizar las cosas que necesitarían llevar a la misión (tal como camisas blancas, trajes, zapatos, etc.). Invítelos a hacer una lista de las cosas que necesitarían llevar a su misión que no pueden poner en una maleta. Invítelos a añadir a esa lista las respuestas que encuentren en Alma 17:2–3 y en Doctrina y Convenios 4. Pregunte a los jóvenes lo que pueden hacer para desarrollar estos atributos a medida que se preparan para el servicio misional.
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Antes de la reunión de cuórum, invite a cada joven a llevar un objeto o una imagen que represente una forma en que el Evangelio ha bendecido su vida. Durante la reunión de cuórum, lean juntos el relato acerca de los hijos del élder David A. Bednar en su discurso “Vengan y vean”. ¿Por qué estaba tan entusiasmado el hermano pequeño con vendar los brazos de su amigo? Invite a los jóvenes a compartir los objetos o las imágenes que trajeron y a describir las bendiciones que representan esos objetos. Aliéntelos a pensar en personas que conozcan que no hayan recibido estas bendiciones, e invítelos a hacer un plan para compartir el Evangelio con ellas.
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Invite a los jóvenes a leer como cuórum la invitación del élder M. Russell Ballard en su discurso “Confíen en el Señor” (en los dos párrafos que comienzan con “La clave es que sean inspirados por Dios”). Comparta una experiencia que haya tenido al aceptar esta invitación e invite a los jóvenes a que compartan experiencias que hayan tenido. Concédales tiempo para pensar en alguien a quien podrían invitar a venir a Cristo.
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Escriba lo siguiente en la pizarra: “¿Qué puedo hacer para prepararme de manera más eficaz para servir como misionero de tiempo completo?”. Pida a los jóvenes que sugieran posibles respuestas. Invítelos a descubrir cómo respondió esa pregunta el élder David A. Bednar en su discurso “Llegar a ser misioneros”. Invítelos a estudiar el discurso, buscando formas en las que pueden llegar a ser misioneros antes de ir a su misión. Muestre uno de los videos que se sugieren en esta reseña e invite a los miembros del cuórum a compartir cómo experiencias como ésta podrían ayudarlos a prepararse para el servicio misional.
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Antes de la reunión de cuórum, invite a los jóvenes a llegar preparados para compartir un ejemplo de la obra misional de las Escrituras (tal como los que se sugieren en esta reseña). A medida que comparten sus relatos, pregúnteles lo que aprendieron en cuanto a compartir el Evangelio. ¿Qué hicieron las personas de estos relatos para compartir el Evangelio? ¿Cómo afectaron sus enseñanzas a otras personas? ¿Qué se sienten inspirados a hacer los jóvenes para seguir el ejemplo de estos misioneros?
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido hoy. ¿Comprenden ellos lo que pueden hacer ahora para prepararse para un futuro servicio misional? ¿Qué otros sentimientos o impresiones tienen ellos? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a esta doctrina?
Invítelos a actuar
El joven que dirige concluye la reunión. Él podría:
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Invitar a cada joven a escribir en su librito Mi Deber a Dios algo que hará para invitar a alguien a venir a Cristo (véanse las págs. 28–29, 52–53, 76–77), y después pida a algunos miembros del cuórum que compartan lo que escribieron.
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Compartir lo que planea hacer para prepararse para el futuro servicio misional.