La mañana que fui a FSY estaba increíblemente nerviosa.
Nos estacionamos e hicimos una oración, y sentí que mi ansiedad desaparecía como si fuera humo. Un sentimiento de amor y calidez me embargó. Sentí como si mi difunto abuelo me estuviera abrazando, y supe que ese era el lugar donde se suponía que debía pasar esa semana.
¡Y terminó siendo la mejor semana de mi vida! Conocí a algunos de mis mejores amigos y me divertí mucho.
Estos son tres consejos para superar los nervios de FSY:
- Habla con el Padre Celestial al respecto. Él te ama y podrá ayudarte con tus nervios.
- Actúa con fe. FSY puede ser aterrador, porque vives una experiencia nueva rodeado de personas nuevas, pero el Padre Celestial puede ayudarte a relajarte para que la preocupación no arruine tu experiencia.
- Busca un lema. Ya sea un pasaje de las Escrituras, un dicho o la letra de una canción, busca algo que te ayude a centrarte en el Salvador. Cada vez que comiences a sentirte nervioso, recita el lema.
Nunca hubo un momento en FSY en el que me sintiera incómoda. Me sentí muy amada por mis consejeros, por mi compañía y por mi Padre Celestial, y obtuve una perspectiva completamente diferente del Evangelio y del amor de Dios por mí.
Jesucristo, por medio de FSY, ¡cambió mi vida!