El Señor ha declarado que la obra misional es responsabilidad de todos los que lo siguen. Los miembros de la Iglesia del Señor pueden, mediante la bondad presente en su vida y la fortaleza de su testimonio, compartir el mensaje del Evangelio y ayudar a preparar a sus familiares, amigos y conocidos que no sean miembros de la Iglesia para que los misioneros de tiempo completo les enseñen. (Véase Temas del Evangelio, Obra misional) .